“Me salvaron a mi hijita”
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Las redes sociales, sobre todo Facebook, que es la que más abro, tienen un poco de todo. Hay cosas buenas y también malas, cursis, insulsas, hasta tontas. Son como un ajiaco criollo que tiene multiplicidad de viandas y condimentos.
Pero ─reitero─ tienen cosas buenas. Y esta que acabo de leer y quiero compartir con usted levanta el espíritu, motiva y da muestra de una sensibilidad extrema. Se trata de la dura y exitosa labor de los médicos y enfermeros del Hospital Pediátrico Universitario Paquito González Cueto, de la provincia de Cienfuegos, que permitió preservarle la vida a una niña residente en el municipio de Aguada de Pasajeros: Verónica Márquez Medina, de solo siete añitos, como refiere el post.
Según cuentan, ella ingresó en el centro asistencial el día 23 de julio remitida desde Aguada con un diagnóstico de dengue.
“Tixo y Yilena, los padres de Vero (como cariñosamente le dicen), relatan que solo estuvo en la sala un día porque su cuerpo comenzó a presentar signos de alarma y en un abrir y cerrar de ojos fue trasladada a la Unidad de Cuidados Intensivos.
Sus progenitores lloraban mucho, reseñan. “Ver a la niña en ese estado fue difícil. Todos los días le hacían exámenes médicos, pero su cuerpecito se deterioraba: las plaquetas le bajaron, los ultrasonidos le salían con mucho líquido… hasta el día que colapsó y tuvieron que intubarla.
“Pero a pesar de todo, el personal de Terapia siempre nos apoyaba y nos daba ánimos. Recuerdo que el doctor Yoan me dijo: ‘(…) esta batalla la vamos a ganar. Por ella vamos a hacerlo todo, pondremos conocimientos, esfuerzo y sobre todo amor (…)’.
Ellos me salvaron a mi hija. No tengo con qué pagar tanto desvelo, dedicación y cariño. Solamente les doy mi eterna gratitud”.
Verónica, risueña y traviesa como nadie se imagina, es querida y mimada por cada persona que trabaja en Terapia Intensiva, agrega el texto.
Dentro de unos días irá para su casa en Aguada a jugar con amigos y familiares. Ella quiere que sus padres le hagan una fiesta y que los médicos estén con ella, no porque sea su cumpleaños, sino porque tal vez en su inocencia sabe que estuvo a un paso de perder la vida y así quiere celebrar el éxito.
Recuerdos se lleva miles y admiración también por Leo, su enfermero favorito, por los doctores Peniché y Ariel, los residentes…
El empeño, la dedicación, el conocimiento y el cariño pudieron más.
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