Más cerveza, más cerveza

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Los primeros meses de 2016 han sido pródigos en noticias relacionadas con la cerveza. La primera, a finales de enero, aseguraba que “las personas que la beben frecuentemente podrían prevenir la progresión de enfermedades neurológicas”, según una investigación realizada por la Universidad de Lanzhou, en China. De acuerdo con el estudio, ayuda a proteger las células del cerebro de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson. Según los investigadores, “el hábito de beber cerveza resulta beneficioso para la salud gracias a la alta concentración que tiene esta bebida de xanthohumol, un componente natural que tiene una alta función antioxidante, por lo que además de proteger el corazón ayuda contra los problemas de obesidad y cáncer”. La publicó Cubadebate, no me crean a mí.

A inicios del mes en curso, diversas agencias aludían a la creación de la primera cerveza del mundo con sabor a vagina, fabricada en Polonia “empleando una tecnología avanzada del ámbito de microbiología que utiliza las bacterias del ácido láctico del área genital de una mujer”. La primera cerveza vaginal del mundo se llama Yoni y me imagino que la tomen quienes nunca han visto una en vivo ni en revistas. Pero de estupideces está lleno el mercado, ya antes los islandeses habían preparado una con grasa de ballena (¡siguen siendo salvajes, que me perdone Björk¡) y en Oregon, EUA, venden una marca con pelos de la poblada barba de su creador. Y la compran; de gustos diversos, de rarezas grandes, está hecho el mundo.

En la Argentina, un señor de Rosario que al parecer le sabe un mundo a la materia, publicó hace tres semanas un libro titulado Historia oral de la cerveza. La frase de inicio incita a leerlo: “Los borrachos no son nada sin sus promesas”.

Y llegamos al archipiélago caribeño, gran tierra cervecera. La Agencia Cubana de Noticias (ACN) informó hace pocos días que la demanda del líquido en el país supera las capacidades productivas. Hakuna Matata, el ciclo de la vida. El plan del 2016 ronda los 19 millones y otros tres millones se cubrirán con la marca Presidente, importada de Dominica. Bucanero S.A., productora de las cervezas Bucanero, Cristal y Mayabe, por añadidura, presenta afectaciones por retraso de la llegada al país de la principal materia prima, la malta cervecera de origen checo, lo cual creó desabastecimiento en el mercado. Mayle González, especialista de ventas de dicha Empresa Mixta perteneciente a la Corporación Alimentaria (Coralsa) del Ministerio de la Industria Alimentaria, expresó a la ACN que el auge del trabajo por cuenta propia y el creciente arribo de turistas a la Isla han disparado las solicitudes del producto, por lo cual es necesario construir una nueva planta para cubrir las actuales necesidades. Bueno, ya lo dijo ella, por cuanto me exime a mí de remarcarlo. En lo personal no pasa del rango de sueño el hacerme de un six-pack para el fin de semana.

Los cubanos que puedan tomarán otras (Bavaria, Heineken, Corona) cuando falte la criolla, seguro no habrá problemas. Y los otros, bueno, tienen la pipa.

En 1993, en medio del corazón salvaje del período especial, las pipas vendían su producto en descampados a la salida de los poblados. Casi un cuarto de siglo después lo hacen en medio del pueblo. En vez de evolucionar, se ha involucionado. Las personas, ebrias o no, a veces con vehículos, motos, caballos u otros medios inimaginables, molestan a mujeres, ancianos, niños, cuando se realizan estas ventas. Son innumerables las quejas efectuadas al columnista por personas mayores y mujeres, en lo fundamental, indignadas por la sordidez a que ha conducido la situación. Hay sitios donde el escenario ya es irrespirable. Y mucha gente los evade, con temor a transitar de cerca.

No estoy pidiendo —aclaro bien—, la eliminación de la venta del producto. Genera empleos, hay seres humanos que dependen de ello para su sustento. Además, el líquido tiene muchos adeptos; sobre todo en la población que no posee niveles adquisitivos para comprar las enlatadas, cubanas o extranjeras. Solo estoy abogando, desde el respeto y la humildad, porque los entes decisores de esta provincia tomen una necesaria determinación y reconciban los lugares de expendio hacia zonas donde no se entorpezca la dinámica cotidiana del pueblo trabajador. Quienes deseen tomarla que vayan al sitio donde ubiquen la venta. Nadie dude que lo harán. Pero no puede seguirse como hasta hoy. Nos acostumbramos a vivir con muchas cosas incorrectas que debemos rectificar.

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Julio Martínez Molina

Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Periodista del diario 5 de Septiembre y crítico audiovisual. Miembro de la UPEC, la UNEAC, la FIPRESCI y la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica

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