Marzo y abril: meses de mayor peligro de incendios forestales

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Una sola chispa podría bastar para poner en peligro y hasta llegar a destruir lo que la naturaleza tarda años en levantar. Tal es la realidad que impera tras la mayoría de los incendios forestales, hechos que poseen su etapa de mayor ocurrencia entre los meses de enero y mayo, y cuyas causas principales se encuentran asociadas a la acción del hombre.

Al decir de Antonio Copeiro Cabrera, especialista en Gestión y Manejo de Fuego del Cuerpo de Guardabosques (CGB) del Ministerio del Interior en Cienfuegos, el 92 por ciento de los incendios que ocurren anualmente son provocados por causas humanas. Entre ellas, la negligencia representa el 85 por ciento.

Las quemas para diferentes fines, la circulación de vehículos y maquinarias agrícolas sin matachispas, y arrojar colillas de cigarros encendidas al medio natural, constituyen las más frecuentes.

Ello alcanza mayor relevancia aún en la actualidad, pues Copeiro Cabrera afirma que la provincia se encuentra transitando por el Índice de Peligro de Incendios Forestales V (extremo), de ahí que la prevención se erija como el pilar fundamental.

Las empresas y los tenentes de patrimonio forestal deben cumplir con las medidas previstas en los planes de Reducción de Desastres y de Protección contra incendios forestales, activar todos los sistemas de vigilancia para la detección oportuna de los que surjan en sus predios y además, combatirlos en un primer ataque con sus fuerzas y medios hasta la llegada, si es necesario, de las fuerzas profesionales”.

Para la población en general, el especialista del CGB alerta que deben evitarse las quemas en este periodo, y de ser necesarias se requiere el asesoramiento con funcionarios del CGB o del Cuerpo de Bomberos. Al respecto, especifica que solo los primeros se encuentran facultados para autorizar legalmente una quema en área de bosque o su colindancia.

En 2020, Cienfuegos resultó el escenario de 17 incendios forestales que afectaron casi 130 hectáreas, entre bosques naturales y plantaciones forestales. De manera particular, resalta que la gran mayoría de los hechos y de las áreas afectadas acontecieron entre marzo y abril. Ello confirma los registros que históricamente han marcado estos meses como los de mayor peligrosidad, debido a las condiciones climáticas, con predominio de baja humedad relativa, altas temperaturas y fuertes vientos.

Peligro para la vida humana, incremento de la emisión de gases contaminantes a la atmósfera, erosión de los suelos, pérdida de la biodiversidad, empobrecimiento del paisaje, gastos en recursos materiales, entre otros, constituyen algunos de los daños más apreciables que pueden ofrecernos estos sucesos. Evitarlos de modo consciente resulta una responsabilidad humana insoslayable para que nunca surja la primera chispa.

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Marian Cabrera Ruiz

Periodista graduada en la UCLV Marta Abreu, de Las Villas. Capitana del Ministerio del Interior.

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