Mar Adentro o las olas de la Bienal

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Más allá de que la 13 Bienal de La Habana sale por primera vez de la capital y aterrizará en Cienfuegos a partir del 18 de abril, más allá de que un grupo de artistas construyen intervenciones públicas a gran escala con escasos antecedentes en el Muelle Real, más allá de que la mano gubernamental e institucional no los ha dejado solos, más allá de todo ello, el proyecto colectivo Mar Adentro le devolverá a los cienfuegueros su mirada hacia el mar, le devolverá vida a un entorno que en décadas pasadas olía a muerte.

Adrián Rumbaut, el grupo Albor Arquitectos, Osmany Caro, Pavel Jiménez y Camilo Villalvilla presentaron desde el 2017 su propuesta al Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, organizador de esta mega fiesta de las artes visuales en Cuba, donde fue elegida la versión final de la muestra colectiva.

En unas de sus argumentaciones antes de ser aprobada los creadores dejaban explícito: “escogimos para nuestra intervención el Muelle Real, uno de los espacios públicos de más tradición en el Centro Histórico Urbano de la ciudad. La zona posee un fuerte carácter marítimo-portuario (…) así como su conectividad con el corredor de Santa Isabel, la plaza José Martí, el Paseo del Prado…, donde la relación de la naturaleza con el hombre es esencial. Nos interesa abordar esos límites físicos e intangibles, nos interesa que las piezas cuestionen la lógica con una visión surrealista e irónica, que provoquen extrañamiento y gozo estético en los transeúntes”.

Ecos al paso, Tres Esencias, No te duermas en los Laureles, Mira-Mar y Aguas profundas son los títulos de las obras de gran formato que estos artistas le regalarán a la ciudad y sus habitantes en los 200 años de fundación de la colonia Fernandina de Jagua, cada una de ellas lleva implícita una dosis de reflexión, de acercamiento a ese espacio marinero que nos define en Cuba.

Un piano sobre el mar, cual muelle sonoro (12 metros flotando en el mar), redimensiona la fuerza del medio musical para evadir horizontes, recontextualizar códigos y brindar un espacio en movimiento, de un ir y venir, que seduce a una partida hacia lo desconocido, hacia un mundo cambiante, plural, dúctil… Para Rumbaut, creador de Ecos al paso, más que un piano es su teclado, es la música un pasaje para viajar.

Por su parte, Tres Esencias del grupo Albor Arquitectos, concentra una trilogía de características espaciales de la arquitectura cubana tradicional (el puntal, el patio interior y la tamización de la luz). Es ante todo un acercamiento didáctico a los trajes arquitectónicos que mejor se han ajustado al corpus cubano edificado, es ante todo un grito a gran escala contra tantas aberraciones en el modo de construcción moderno, contra la infelicidad espacial que abunda en las viviendas y que hoy nacen, se desarrollan, pero no mueren.

No te duermas en los laureles trae a escena las hamacas (de 6 a 8 metros), ese objeto tradicional que forma parte de nuestra identidad y que refleja por sí mismo el momento del descanso, de repensarse, de tomar asiento para luego continuar la marcha. Dicho así parece una obra sencilla, bella, sin embargo, una acotación de Pavel Jiménez transforma todo: “no alejes de ti al héroe que habita en tu alma, santifica tu más alta esperanza”. A ello agrega que el artista pretende mecer en algunas de ellas los desechos encontrados en la bahía en busca de una reflexión ecológica colectiva.

A la izquierda del Muelle Real, en las aguas tranquilas de esa zona, Camilo Villalvilla construye una carrilera de las que se usan en las competencias de natación, pero con la salvedad novedosa de que tiene la forma de un laberinto circular concéntrico (de 14, 40 metros de diámetro). Un desafío visual para quienes apuestan por transgredir los paradigmas impuestos por la sociedad, construir otra lectura sobre la belleza del mar… y su laberinto, quizás apunta aquello que Cintio Vitier dijo en algún momento de su vida: “toda poesía debía tener un misterio”, porque el mar para Villalvilla tiene una ambigüedad que enamora.

Por su parte, Osmani Caro aprovecha la grandeza de unos neumáticos de 2 metros de diámetro para convertirlos en pieza escultórica (en unos espejuelos), rescatándolos de su destino final: la contaminación. Una mirada que desde la distancia se le da al horizonte, la continuidad después de la muerte.

Mar Adentro es para mí como un retorno al trabajo del grupo Punto, hemos compartido muchas experiencias y siempre ha sido para mejorar las propuestas. La Bienal de La Habana, aunque tal vez perdió sus objetivos iniciales, va a seguir siendo seductora para los artistas, museos, críticos de arte, curadores, el público en sentido general (…) Han sido muy receptivos con Mar Adentro en Cienfuegos, tanto el Gobierno como la Dirección Provincial de Cultura y sus instituciones asociadas, el Fondo Cubano de Bienes Culturales, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (…) La gente en la calle tiene mucha expectativa y es una manera de sacar el arte de las galerías, de volver hacia el mar…”, dijo a la prensa Adrián Rumbaut, coordinador del proyecto cienfueguero.

El agua es vida y las costas un punto para romper con el horizonte, quizás por ello los que nacimos en islas y en ciudades marineras sentimos un lazo indisoluble con el medio que trasciende, nos define y construye imaginarios de felicidad.

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Zulariam Pérez Martí

Periodista graduada en la Universidad Marta Abreu de Las Villas.

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