Manuela d’ Ávila: el lado brasileño de las Cataratas del Iguazú (+Video)

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La vida política de Manuela Pinto Vieira d’Ávila corre por Internet como si fuera el lado brasileño de las Cataratas del Iguazú. De frente, sin rodeos ni medias tintas, profunda… de caída libre, de renacimiento continuo.

Manuela salpicó al mundo en 2018 cuando amamantó a su hija en plena Asamblea Legislativa de Brasil. Y, de paso, defendió con su descendiente en brazos la agenda del Partido Comunista de Brasil (PCdoB). De ese acto quedaron titulares y fotos en las redes sociales. Pero mucho antes, ya Manuela era Manuela en las calles del gigante latinoamericano.

Los ojos mediáticos se posaron en ti aquel día. Con un gesto sencillo dijiste sin decirlo que una mujer no debe renunciar a sus derechos por tener una hija. Sin embargo, tu carrera política va más allá de ese hecho…

“En Brasil las madres son alejadas de los espacios públicos. La maternidad representa muchas veces la imposibilidad permanente de estar en esos lugares de intercambio. Cuando amamanté a mi hija en el Congreso no tenía opción, no tenía ni quería dejarla con nadie. En mi país no existe la licencia materna para amamantar hasta los seis meses. Aun cuando se recomienda que eso resulte ideal para nuestros hijos.

“Las mujeres, si llevan los hijos a sus trabajos quedan desempleadas, porque no está permitido. Pero no hay cómo dejar a una parlamentaria desempleada, así que la llevé conmigo. ¿Dónde están los hijos de las madres trabajadoras de Brasil, si no hay escuelas para todos? ¿Dónde están las madres que no renuncian a sus hijos? Solo hay dos caminos: se quedan en casa con sus hijos o se quedan sin sus hijos en los trabajos.

“Esta ha sido una etapa de la lucha, pero no es la primera batalla. Sigo siendo la Manuela que lucha por la juventud y los derechos de todos. No  sirve de nada luchar por el desarrollo de nuestros bebés y no hacer valer mi lucha para mi propia hija”, agrega. Con el rabillo del ojo sigue las notificaciones que no dejan de vibrar en su teléfono. Está de visita en Cienfuegos a propósito del Premio Casa de las Américas, del cual es jurado en el apartado literatura brasileña.

Históricamente, las mujeres en América Latina han participado en política menos que los hombres, pero en una investigación publicada en 2016, The impact of Presidentas on political activity (El impacto de las Presidentas en la actividad política), Catherine Reyes-Housholder y su colega Leslie Schwindt-Bayer revelan que en los últimos tiempos se evidencia una mayor participación de estas en campañas, intención de voto e intercambios de reuniones locales…, tampoco han dejado de protestar en las calles ni bajar banderas.

Las  figuras emergentes femeninas respondían, casi siempre, al fenómeno del “giro a la izquierda”, el cual tuvo un declive, quizás, por el avance de la “marea rosa”. ¿El actual giro a la derecha implica una menor presencia femenina en altos cargos políticos? ¿O es que puede darse también un ascenso de las líderes de derecha en la política latinoamericana?

“Soy de clase media, de padres de clase media y con recursos económicos en mi vida. Siempre me ha causado indignación profunda la pobreza. Todos somos iguales. No veo por qué yo deba tener determinados lujos y otros apenas un pan para comer. Nunca he entendido por qué no están al alcance de todos los servicios esenciales para vivir. No soy la única que piensa así. Ese cuestionamiento se multiplica por millones.

Manuelad'Ávilaes una periodista y política brasileña, afiliada al Partido Comunista de Brasil
Manuela d’ Ávila es una mujer fuerte, de alta estatura y una nobleza increíble. /Foto: Modesto Gutiérrez

“Es posible estimar que se está produciendo un retorno del dominio de poder masculino en América Latina. Sin embargo, hay tendencias promisorias que indican que las mujeres están compitiendo más. Hay más de ellas con experiencia en la política para disputar el poder en la arena pública. Eso es muy favorable.

“Muchos hablan de igualdad, lo dicen en las escuelas, en los diarios, en la radio…, pero pocos dejan la estabilidad del ciudadano común para luchar por lo que creen, lo cual lleva implícito una carga de riesgos importantes.

“Por otra parte, las salidas económicas que la extrema derecha y la derecha liberal proponen hoy, transforman al Estado en uno más pequeño, con beneficios para una minoría. Cuando hay una privatización de las responsabilidades públicas, las más afectadas son las mujeres. La crisis del capitalismo es mundial y afecta a todos los trabajadores, pero es más cruel con las mujeres. Es por eso que estamos en la calle”. Dice con la emoción de una brasileña inconforme con su realidad, con la realidad vivida y fotografiada.

Manuela d’ Ávila, habla despacio y mira a los ojos, de frente, con pleno dominio del español. Llegó a formar parte de la política dura de Brasil cuando en el año 2004 fue electa como concejal de Porto Alegre, con 9 mil 498 votos.

A sus 37 años posee una vasta experiencia en la militancia política, y dos mandatos como diputada en el Parlamento de Brasil. También es fundadora del Instituto E se fosse voce, un proyecto con la mira puesta en explicar y combatir las fake news, cuyas consecuencias ella misma conoce de sobra, después que en la propia campaña electoral en 2018 fuera blanco de disparos continuos.

A tanto llegó la marea que el Tribunal Superior Electoral de Brasil ordenó a Facebook retirar hasta 38 páginas de usuarios con información falsa sobre ella y el candidato a la presidencia del país por el Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad.

Ha creado una ONG para combatir las redes de odio… ¿Cuán definitoria es la comunicación política en tiempos de Internet y para el empoderamiento de las izquierdas?

“Existe una frase que dice que a la mujer del César no le basta con ser honesta, es preciso que lo parezca. En nuestros países no basta con lo que se haga en beneficio de los demás si ello no va acompañado de contenidos multimediales que lo divulgue, lo ilustre (…) Hemos creado un espacio de concientización para generar empatías y ponerse en el lugar del otro antes de compartir cosas fraudulentas. Yo elegí hablar en directo con las personas y oír sus experiencias

“Son hombres fundamentalmente (ingenieros, físicos, informáticos) quienes han creado estructuras muy profundas de edificación de patrones de comportamiento de nuestra gente. Trabajan con parte del imaginario de las personas, con las cosas que no están resueltas en la gente. Y trabajan para el mal. O sea, si tú no tienes algo, tienes que odiar al otro trabajador, o a la otra mujer.  Y han sido eficaces con eso en Brasil.  En cambio, nosotros siempre intentamos trabajar con la insatisfacción de la gente para involucrarlas en el cambio necesario del mundo.

“Yo vivo en el país más desigual del mundo. No me voy a resignar a vivir en un país donde las mujeres mueren, donde la mitad de ellas no tienen trabajo para alimentar dignamente a sus hijos… En América Latina somos los pueblos explotados, no podemos resignarnos a que la vida siga igual”. Explica con la tristeza sobre sus ojos, como si quisiera sacarse de un tirón toda esa agua amarga que le corre por las venas. Manuela convence y siente cuán profunda es.

Nosotras somos nacidas en la Revolución cubana y, a veces, somos rigurosas en las críticas que le hacemos a nuestro proyecto social. Tampoco conocemos esas realidades que nos cuentas, que nos cuentan los medios internacionales. ¿Qué crees de ello?

“A veces miro fijamente a los brasileños cuando hablan sobre Cuba y pienso que ellos no conocen nuestro propio país. Incluso me han dicho: tú no sabes que ellos no pueden elegir lo que se van a comprar y hay desabastecimiento. Y yo les digo: ustedes no tienen idea de lo qué es mirar a una madre desesperada porque su hijo muere por falta de asistencia médica. Ustedes no saben lo que es no tener escuela ni trabajo (…) Hay otras esencias a las cuales todos debemos mirar. Uno puede elegir, claro está, lo que es esencial. Cuando tienes un hijo te das cuenta que lo esencial es que tenga salud y oportunidades de crecimiento, de emancipación.

“Ahora mismo tenemos en Brasil 15 millones de desempleados. Si no logramos cambios más profundos no vamos a tener espacios en un país riquísimo en recursos. La última vez que el capitalismo se sumergió en una crisis así, tuvimos como alternativa el fascismo…

Ha repetido muchas veces la palabra país… se nota al vuelo que amas ese terruño…

“Los brasileños tenemos el país de la más larga esclavitud. Tenemos todo para que nuestra gente viva feliz y no se logra ese sueño. Cuando miras a gente que conoces y ves cómo el gobierno logra que el pueblo trabajador sea enemigo del pueblo trabajador, cuando hacen eso, nos están ganando. Entonces comprendes que la lucha será muy larga… Y yo he elegido”, agrega y nos sonreímos satisfechas de habernos conocido.

Un tanto después se le ve paseando un niño pequeño por las áreas verdes del hotel Jagua, sede del evento literario Premio Casa de las Américas, y te cambia el día; abrazas las esencias hasta no poder más.

Ella proporciona una mejor vista de Brasil como las Cataratas del Iguazú…

(En coautoría con Gabriela Roig Rosell)

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Zulariam Pérez Martí

Periodista graduada en la Universidad Marta Abreu de Las Villas.

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