Manotazo de ahogado

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Tal denominación tiene su etimología en la defensa que hace el asfixiado en el agua, pues asesta un golpe a quien tiene delante, una especie de desesperación sin medir consecuencias para salir de su mal momento, que trasciende en el habla, y la recuerdo por recurrentes malas respuestas en el devenir cotidiano. La anécdota que hoy cuento, la sumo al arsenal de frases necias acumuladas tanto en labores reporteriles como domésticas.

Regresaba de la conocida Plaza del Mercado. Luego de sortear los altos precios —bien colocados en carteles—, la satisfacción de costear lo indispensable en viandas, verduras y condimentos naturales para afrontar el ciclón, resultó interrumpida por un mal sabor, tras procesar los alimentos. No había dudas, entre los sazones había un picante que invalidaba su consumo.

La revisión reveló la insospechada causa: con fachada del tradicional ají cachucha de olor, me vendieron otro similar, con diferente sabor y propósito, sin información ni advertencia. El producto, ese novedoso espécimen, era totalmente diferente al convencional ají picante (alargado e inconfundible), y estaba en exhibición, sin letrero aclaratorio, a diez pesos la latica.

Rauda y veloz partí al siguiente día a cuestionar a la vendedora, quien tras la pregunta de por qué, ante el pedido, no especificar en qué consistía, me espetó: “Porque eso lo sabe todo el mundo”.

Esta vez no me sentí incauta, recibí la explicación como manotazo de ahogado, de quien se sintió descubierta por enmascarar la “pilita” del picante, junto a la del verdadero cachucha, para lograr igual salida. Tan idénticos resultaban, que el lente de la sección Cámara en ristre no aportaría diferencia alguna.

Hasta hoy rezaban en mi catálogo de necedades, otros “manotazos”, como el del trabajador de Ferrocarril, quien ante el desconocimiento del itinerario del propulsor en curso, contestó: “Por dónde va a venir el tren, por la línea”; u otro de la vendedora de una mochila rota en trayecto hacia la casa, apenas concluida la compra, que justificó: “Hubieras revisado mejor antes de adquirirla”.

Todas las vivencias apuntan a un mal que corroe nuestra sociedad, pues existe una subversión de los cánones de conducta, cuyo sentido parece haberse revertido o tornado bastante sombrío, y en la hora actual de Cuba hay que dar una enérgica cruzada contra lo desagradable.

Los valores humanos son los cimientos sobre los cuales el hombre ha erigido su convivencia en sociedad; con tanta cultura e historia acumuladas, urge evitar quedarnos de bruces ante los poderíos oscuros de la insolencia.
Arremetemos sistemáticamente contra una gama de indisposiciones, con las que chocamos cotidianamente y empeoran.

Queda de manifiesto que la respuesta a la proliferación de los desmanes es una infamia entronizada durante muchos años en nuestra sociedad.

De la nueva especie de ají picante, con fisonomía de cachucha, darán fe los botánicos, aclararán si es un injerto o quién sabe, lo cierto es que su expendio requiere el cumplimiento de los mínimos estándares de venta.

Hace poco traté la envergadura de imagen, marca y mercadotecnia en los fines comunicativos comerciales, conceptos lejanos en las pragmáticas urgencias de un agromercado, pero por favor, al menos un buen trato merecemos aquellos apremiados de indispensables productos.

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Dagmara Barbieri López

Periodista. Máster en Ciencias de la Comunicación.

3 Comentarios en “Manotazo de ahogado

  • el 26 septiembre, 2017 a las 9:57 am
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    Pero quièn le pone freno al descaro? en esa plaza lo que hay es una mafia…

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  • el 24 septiembre, 2017 a las 12:36 pm
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    Muy buen trabajo por la periodista. Aunque vivi en Cienfuegos por cerca de 30 años no siendo de esa provincia y ahora resido en el exterior me siento como tal y por sobre todas las cosas cubano. Me duele muchos las cosas que pasan en mi país y que en nada tienen que ver con el bloqueo , sino con la indolencia, la dejadez, la falta de criterio propio de los dirigentes que tiene que consultar todas las decisiones con las instancias superiores, ya que les dan responsabilidad pero no les dan autoridad, la corrupción que se a ido entronizando en la sociedad como un fantasma invisible pero que todos lo ven, inspectores ( casi todos) corruptos que los envían hacer inspección y salen con sus bolsos negro cargados a más no poder como la compra de su silencio. Todo esto que he comentado es sólo una muestra de las cosas que pasan en la sociedad cubana, pero hay muchas mas. Quisiera poder creer que eso puedas cambiar algún día pero la realidad supera a la ficción y si así fuera tomará años.

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  • el 23 septiembre, 2017 a las 9:53 am
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    Bueno a usted le vendieron gato x liebre…..pero a mi….el mes de junio 2017, fui a la misma plaza a comprar 5 lbs de carne de cerdo…a $ 35 pesos…y cuando llegue a casa, pesé la mercancía y nada más y nada menos faltaba casi 2 Lbs…, es decir me habían estafado casi 60 pesos señores…Hasta cuando la falta de ética de esos revendedores en todas las plazas comerciales a lo largo y ancho de toda la isla, porque no es solamente en Cienfuegos, es en toda Cuba señores…y los CAM territoriales con los brazos cruzados……., no es que se implante una cacería de brujas, pero sí deben de aplicar medidas severas con aquellos dependientes que se pasen de la raya señores, no sé, se me viene a la mente….suprimir de por vida su licencia de trabajador por cuenta propia, así vamos a ganar todos….

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