Maltrato por cuenta propia…

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 43 segundos

El infernal rostro de la señora detrás del mostrador, la hamburguesa a medio cocinar, los atrasados panes del (supuesto) sándwich de 12 pesos: variables todas de una misma ecuación. Sucedió cuando mis compañeras de trabajo y yo fuimos maltratadas en una cafetería no estatal.

No solo le bastó a la ″sonriente″ dependienta mandarnos a callar, por supuesto faltándonos el respeto, además nos botó a gritos del local. Asumo que no hayamos sido los primeros clientes en pasar por ese mal rato, ni creo seremos los últimos.

Ejemplos similares abundan en nuestras calles: no hay cambio para dar vuelto a determinados billetes; cuando se agotan los suministros ya no prestan más servicios; la espera desespera; los dependientes no te miran la cara, y si nos ponemos a citar todo lo demás…

“Lo he sufrido, como muchos, tanto en establecimientos estatales o no, pero es mejor con la cabeza caliente no ofuscarse; me retiro y simplemente no voy más”.

“En muchos lugares te tratan como animales, sin pensar en nuestros derechos y dejando a un lado que pagamos por un buen servicio”.

Esto lo afirman clientes de un negocio por cuenta propia. Aunque el criterio no pega para todos.

“Mi objetivo es hacer sentir bien a todos los que visiten mi negocio. Una de las normas imprescindibles que le inculco a mis trabajadores es la de ser agradables, que el cliente se sienta atendido, brindar calidad en el servicio, en general, y una buena atención”, expresa la propietaria de otro negocio.

El cuentapropismo parecía inicialmente encaminado a eliminar el sambenito del maltrato, propio de la gestión estatal; sin embargo, salvando algunas notables excepciones, todavía no consigue despojarse de pésimas e irritantes actitudes.

Al cliente le toca perder, lamentablemente. Como herencia del llamado período especial, no corremos con la suerte de un buen servicio. Debido a las malas prácticas recibidas en el sector estatal, es comprensible que los cuentapropistas carezcan de referentes positivos y las imiten de forma tácita e injustificada.

¿Quién tiene la culpa? ¿Hasta cuándo las respuestas ácidas y las malas caras? ¿Acaso el buen servicio no debería tenerse como ley? ¿Olvidaron aquello de que “el cliente siempre tiene la razón”? Todas son interrogantes del día a día. Las personas insatisfechas, generalmente, ″hacen la vista gorda″, suspiran, tragan y se van fugaces, con tal de no entrar en debates y polémicas. Si a algún valiente se le ocurriera reclamar, con sus razones, será tildado de ″protestón″ o ″inconforme″.

Por lógica, el servicio o la mercancía ofrecida (por los cuales se paga), no puede asumirse como un favor, un trámite despersonalizado.

Todo cliente tiene derechos inviolables, universales y consolidados por las rutinas comerciales. Se violentan, con o sin intención, por desconocimiento o arbitrariamente. Por eso, resulta necesario aplicar mecanismos de protección, pues consumidores somos todos y necesitamos respeto.

Variadas y no precisamente coincidentes son las opiniones con respecto a este tema. ¿Cuál sería la solución? Mayor orientación jurídica para los cuentapropistas y unirnos en esta batalla que no se ganará con la minoría. No conformes con la gestión estatal, ¡ahora también tenemos maltrato por cuenta propia!

Visitas: 90

Taylin Jiménez Sevilla

Estudiante de Periodismo de la UCLV

3 Comentarios en “Maltrato por cuenta propia…

  • el 26 febrero, 2017 a las 2:12 pm
    Permalink

    Taylin, esa realidad es reflejo de la mala educación que se va imponiendo como tendencia en nuestra sociedad, en cualquier lugar existe un alto nivel de agresividad y cualquier comentario que uno haga es respondido de forma agresiva por los empleados, ejemplos ”pululan”.

    Respuesta
  • el 26 febrero, 2017 a las 12:23 pm
    Permalink

    Tayli; soy gastronomico; estudié, como es posible resolver este fenómeno, llamando con nombre y apellido, por ejemplo cualquiera que sea la cafeteria, decir su nombre para que nadie la visite, con eso provocas que o tienen buen servicio o nadie llega, pero parece que en Cuba esto es general, tanto privadas como estatal ahora quien tiene la responsabilidad de velar y exigir por esto, como siempre: los inspectores, pero todos saben k los tocan con san pedro y al diablo el control, si los usuarios son maltratados deben llamar a las autoridades, el consumidor no puede asumir la posición de callar y callar. Creo que estas cafeterias privadas esáan dirigidas por gastronomía, aunque siempre ha tenido mala reputación es tiempo que mejoren o que dejen los puesto para quienes deseen trabajar en bien del pueblo. Los periodistas son el factor más importante en la información, son muy valientes y contribuyen a poner la verdad que muchos ocultan, que señalen los lugares por sus nombres.

    Respuesta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *