Majestuosidad y veteranía en ficus de Cienfuegos

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Impresiona desde lejos. Cuando navegamos por las tranquilas aguas de la bahía de Jagua rumbo al Muelle Real, en la ribera de la ciudad portuaria de Cienfuegos, llama poderosamente la atención el majestuoso ficus que empina su copa al cielo, mientras bendice con su sombra a los lugareños que se solazan en el parquecito de la Aduana.

La licenciada Leonor Pastrana, especialista del Departamento de Investigaciones de la Oficina del Conservador de la Ciudad, coincide en que es uno de los árboles más veteranos de la bien llamada Perla del Sur, urbe que, fundada por colonos franceses, cumple 200 años el próximo 22 de abril.

Árbol para respetar

El género ficus contiene alrededor de 900 taxones específicos e infra-específicos aceptados de árboles, arbustos y trepadoras de la familia Moraceae, tribu monogenérica Ficeae, oriundas de la zona intertropical, con algunas de ellas distribuidas por las regiones templadas. La mayoría son perennes, excepto las que vegetan en latitudes no tropicales y zonas con una larga estación seca.

Los ficus son árboles de impresionante porte. /Foto: Tomada de Internet

Una de las características de las especies de este género es la secreción lechosa llamada látex que segregan al cortar o herir cualquier parte de la planta. Pero el más característico es el tipo muy particular de inflorescencia que se parece más a un fruto que a unas flores habituales.

El ficus elastica, gomero, o árbol del caucho, es una especie perennifolia del género de los higos, nativa del nordeste de la India (Assam), oeste de Indonesia (Sumatra y Java). Fue introducida en Europa en 1815 como planta de interior.

Es una especie grande del grupo de los ficus epífitos, que puede alcanzar de 30 a 40 metros de altura, con un tronco macizo irregular, de 2 m de diámetro, que desarrolla raíces aéreas y contrafuertes para anclarlo al suelo y ayudar a soportar las pesadas ramas casi horizontales.

Las hojas son anchas, brillantes, ovales, de 10-35 cm de largo y 5-15 cm de ancho; ese tamaño es mayor en plantas jóvenes (ocasionalmente de 45 cm de largo), mucho más pequeñas en ejemplares viejos (típicamente de 10 cm de largo).

Como en otros miembros del género ficus, las flores requieren una especie particular de avispa del higo para polinizarse, en una relación de coevolución. A causa de esta relación, este gomero no produce flores ni coloridas ni fragantes para atraer otros polinizadores. El fruto es un higo pequeño, amarillo verdoso oval, de 1 cm de largo, apenas comestible; con solo una semilla viable, donde se encuentra la avispa pertinente.

Cultivo y usos

El ficus elastica se cultiva mundialmente como planta ornamental de exteriores, en climas cálidos desde el trópico a las regiones mediterráneas, y en climas fríos como planta de interior. Aunque crece en Hawaii, la especie de avispa del higo requerida para permitir su propagación por semilla no existe.

Hermoso bónsai de un ficus.

En cultivo, prefiere exposiciones soleadas, pero no temperaturas altas. Tolera bien la sequía, aunque prefiere la humedad y prospera mejor en condiciones tropicales. Las variedades híbridas derivadas de F. elastica, como ‘robusta’, con hojas mucho más anchas, rígidas y erectas son más utilizadas como planta ornamental que la especie silvestre. Existen muchos híbridos, a menudo con hojas variegadas.

Cuando se produce una herida el látex fluye abundantemente, por lo que al realizar podas es conveniente cubrir los cortes con ceniza o polvo de carbón para evitar el sangrado.

La mayoría de las plantas cultivadas se producen por reproducción asexual. Generalmente se hace por plantado de esquejes o acodo aéreo. Este último método requiere hacer un corte en el tallo, la herida, con el látex rezumante, se rocía con hormonas enraizantes, se envuelve con musgo de esfagno húmedo. Entonces se envuelve todo con plástico y se mantiene así unos meses. Al cabo de ese periodo de espera se habrán desarrollado nuevas raíces de los brotes auxiliares. El tallo ya se puede cortar por debajo de las raíces y la nueva planta se coloca en maceta.

El látex del árbol se usó para hacer caucho, antes de usarse el Hevea brasilensis. Esta savia es muy irritante para ojos y piel, y tóxica si se ingiere.

De nombres se habla

Ficus es el nombre genérico que se deriva del vocablo dado en latín al higo; en tanto, elástica resulta un epíteto latino.

Entre la sinonimia encontramos que:

Ficus clusiifolia Summerh.
Ficus cordata Kunth & C.D.Bouché
Ficus karet (Miq.) King
Ficus skytinodermis Summerh.
Ficus taeda Kunth & C.D.Bouché
Macrophthalma elastica (Roxb. ex Hornem.) Gasp.
Visiania elastica (Roxb. ex Hornem.) Gasp.

El ficus de Cienfuegos

El ejemplar cienfueguero del que hablamos al inicio es un ficus macrophylla, comúnmente conocido como la Higuera de Bahía Moreton (Moreton Bay Fig). Es un gran árbol siempreverde baniano de la familia Moraceae nativo de la mayor parte de la costa este de Australia, desde la Meseta Atherton, en el norte, hasta Illawarra, en Nueva Gales del Sur, y en la Isla Lord Howe. Su nombre común se deriva de la Bahía Moreton en Queensland, Australia. Es muy conocido por sus raíces tabulares, las cuales son conocidas por dañar las aceras.

Es ampliamente usado como un árbol atractivo de parques públicos en climas templados con inviernos suaves como en las zonas costeras de España, California, la costa de Portugal, Sicilia y por supuesto Australia. Los viejos especímenes pueden alcanzar una talla extraordinaria. Su agresivo sistema de raíces impide su uso en espacios limitados.

La higuera de Bahía Moreton fue por primera vez descrita por el botánico francés René Louiche Desfontaines. Su epíteto específico macrophylla se deriva del griego antiguo makro “largo” y phyllon “hoja”. El botánico australiano Dale J. Dixon reconoció dos formas: Ficus macrophylla f. macrophylla, un árbol que es endémico de la tierra firme de Australia, y Ficus macrophylla f. columnaris, una hemiepífita sin un tronco principal bien determinado, que es endémica de la Isla Lord Howe.

El nombre común generalmente usado es higuera de Bahía Moreton, en honor a la Bahía Moreton en el sur de Queensland, sin embargo se le encuentra en otros lugares. El término se ha generalizado erróneamente para otras especies de higueras en Australia. Un nombre alternativo, Higuera negra, se deriva del color oscuro de la corteza madura.

Entérese

Grandes especímenes de higuera de Bahía Moreton se encuentran en muchos parques y jardines en todo el este y el noreste de Australia. Los jardines botánicos de Brisbane y Sidney tienen numerosos ejemplares plantados a mediados del siglo XIX.

Destacan las raíces áreas.

Estas higueras promedian de 30-35 metros de altura y 40 metros de ancho. Actualmente la más alta higuera de Bahía Moreton se encuentra en una granja en el valle Numinbah de Queensland y midió 49 metros en 2006. Existen muchos grandes especímenes en Nueva Zelanda. Una higuera de Bahía Moreton en Kaipara Harbour, Northland, en 1984 medía 26.5 metros de alto y 48.5 metros de ancho.

Existen algunos grandes ejemplares en California, EE.UU. El más alto en Norteamérica se encuentra en el Museo de Historia Natural de San Diego y fue plantado en 1914. En 1996 medía 23.7 metros de alto y 37.4 metros de ancho.

La más ancha higuera de Bahía Moreton en Norteamérica se encuentra en Santa Bárbara, California. Se le plantó en 1876, se dice por un marinero, y midió 53.6 metros de ancho en 1997. Fue en su momento una atracción turística.

Existe un magnífico espécimen extendido en el Jardín Botánico de Coimbra, Portugal. Excelentes ejemplares también crecen en el Jardín Botánico de Palermo, Italia, y en algunas plazas de la parte antigua de la ciudad. En el parterre de Valencia (España), encontramos tres grandes ejemplares plantados a finales del siglo XIX.

Curioso, ¿verdad?

Los Ficus tienen un sistema radicular impresionante. Es muy común que éste tipo de raíces fasciculadas grandes y gruesas invadan a distancia algún muro, jardines, casas, pisos de cocheras y banquetas, lo cual se nota cuando las construcciones muestran fisuras que se convierten en grietas en sus estructuras.

Las raíces de los ficus son muy agresivas, no por lo profundas, sino por su avidez exagerada por la humedad. Cuando encuentra una fuente de humedad, por ejemplo una tubería, y detecta una mini fuga en ella, inmediatamente hace crecer raíces finísimas por entre las rendijas milimétricas de la mini fuga, para llegar al agua.

Poco a poco las raíces finas se van engrosando y abriendo cada vez más la hendija de la tubería y, al mismo tiempo, las raíces que han conseguido entrar dentro de la tubería crecen en forma de cabellera para absorber el máximo de agua, con lo que acaban obturando la tubería con los problemas graves que ello comporta.

Si son superficiales, y se ve que constantemente están en crecimiento, es porque no  encuentran humedad suficiente en el subsuelo, o el suelo es muy duro (puede ser roca) y sus raíces no van a lo profundo sino a los laterales.

A causa de la peculiar forma de las flores, los antiguos hindúes consideraban la higuera como un árbol criptógamo (sin flores). En textos budistas e hinduistas se hace referencia a buscar flores en una higuera para indicar la carencia de sentido o imposibilidad de algo o, también, la total ausencia de calidad.

¿Ficus asesino?

El ficus aurea, es una especie conocida vulgarmente como higuera estranguladora de Florida (o simplemente higuera estranguladora), higuera dorada, o higuerón. Resulta un árbol de la familia Moraceae nativo del estado de Florida (EE.UU.), del norte y oeste del Caribe, del sur de México y de América Central al sur de Panamá.

El epíteto específico áurea fue utilizado por el botánico inglés Thomas Nuttall, quien describió la especie en 1846. Con posterioridad, se consideraron inválidos otros nombres aplicados a esta especie

La mayoría de los ficus entierra sus raíces bajo la superficie, pero el higo estrangulador y sus similares presumen de ellas mostrándolas al paseante.

Son plantas extraordinarias que crecen de semillas que sueltan las aves y otros animales en el tope de otros árboles. Desde ahí lanzan sus raíces aéreas que van haciéndose más gruesas, hasta cubrir al árbol que les ha servido de anfitrión.

Ficus estrangulador.

Algunas veces, se transforman en una suerte de mallas vivientes, con un tamaño colosal, que llegan a ahogar y matar al árbol que han invadido.

Dos países tienen higos estranguladores como parte de sus escudos de arma. Uno es Indonesia, donde el árbol simboliza la unidad dentro de la diversidad, mientras que sus raíces colgando representan las numerosas islas que componen la nación. El otro es Barbados, que debe su nombre a la imagen que vio el explorador portugués Pedro Campos, cuando su barco llegó a la isla en 1536.

El marino encontró muchos higos estranguladores que crecían a lo largo de la costa, del tipo llamado Ficus citrifolia. Eran masas de raíces marrones y rojizas colgando de las ramas de los árboles, como mechones de pelo enmarañados. Por eso Campos nombró la isla de Los Barbados (“los barbudos”).

Testigo de la historia

Sin embargo, los higos estranguladores ya habían conquistado la mente humana desde hacía mucho antes. Budistas, hinduistas y jainistas han venerado esta especie por más de dos milenios.

Semillas de la planta.

El mismo árbol aparece en los himnos de batalla cantados por el pueblo védico hace 3.500 años. Y, 1.500 años antes, apareció en los mitos y el arte de la civilización del Valle del Indo.

En algunos casos se presentan en historias de ficción, folclore y ritos de fertilidad. El más notorio es el baniano indio (Ficus benghalensis), un árbol tan grande que de lejos puede parecerse a un pequeño bosque.

Se dice que un baniano en Uttar Pradesh es inmortal.

Al sur de ese país, otro ejemplar surgió donde una mujer se arrojó a la hoguera funeraria de su esposo y murió.

Ese árbol, en Andhra Pradesh, puede proveer de refugio a 20.000 personas.

Alimento indispensable

Los primeros europeos que disfrutaron de la sombra de un baniano fueron Alejandro Magno y sus soldados, quienes llegaron a la India en 326 A.C.

Sus historias de este árbol pronto alcanzaron al filósofo griego Teofrasto, el fundador de la botánica moderna. Había estado estudiando la higuera comestible, Ficus carica, y notó insectos diminutos que entraban o salían de los higos.

Pasarían más de 2.000 años antes de que los científicos se dieran cuenta que cada especie de ficus tiene sus propias avispas polinizadoras. Del mismo modo, cada especie de avispa de higuera sólo puede poner sus huevos en las flores de sus higos compañeros.

Esta relación comenzó hace más de 80 millones de años y ha moldeado el mundo desde entonces.

Interesante, ¿no le parece?

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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