Los triángulos de Jesús David Curbelo

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Veinte años cumple este 2019 la publicación de Tres tristes triángulos, una colección de cuentos del prolífico Jesús David Curbelo (Camagüey, 1965), agasajada por Reina del Mar Editores con el Premio Nacional de Narrativa Joven que lleva el nombre de la casa editorial cienfueguera.

El autor camagüeyano —hoy poeta, narrador, ensayista, crítico literario, traductor y profesor universitario—, tenía en 1999 solo 34 años cuando recibió el Premio, pero desde entonces nacía de su trabajo con igual pericia el verso, la traducción, la narrativa y el ensayo. No obstante, la vis poética permea todo cuanto hace.

Tres tristes triángulos está compuesto por Promesas, Lo mucho que yo te quiero y Contigo en la distancia: tríada de cuentos de rápida lectura, en los que el lector encontrará protagonistas con singulares “patologías”, que al final los llevarán hasta desenlaces insospechados.

“José Ignacio, sin embargo, no cejó. Confiaba a pie juntillas en el buen sentido de los cazadores de novatos y en la aparición no muy lejana de cualquier sello con renombre listo para asumir un original suyo y colocarlo en el mercado iberoamericano, junto a Augusto Monterroso y Camilo José Cela”. Así expone el narrador omnisciente al artífice de Promesas; escritor humilde de estas tierras que confía ciegamente en las probabilidades de su éxito y reconocimiento. Pero con sus anhelos desmedidos, arrastra también la vida de Victoria, su mujer; Ana y Amalia, las dos hijas.

El protagónico viene a encarnar la contradictoria figura del literato que no logra establecer un balance entre su agitación artística y la realidad, esa que golpea fuerte en tiempos de cambios y crisis. “Su vida se torció en lactar, hervir pañales, hacer purés, y caldos nutritivos e incrementar el aguijoneo a José Ignacio para que aparte de plátanos, malangas, hortalizas y carnes hubiera jabón y desodorante en el baño y perfumes y creyones en el tocador”.

Curbelo sabe cómo abordar estos temas, y le impregna, mezclando con la dureza, los resonantes momentos de melancolía; combinación que resulta en los tres cuentos casi humorística. Así ocurre en Lo mucho que yo te quiero, donde hace galas del poder del absurdo en la literatura, tanto en los personajes de Lucía como en Marcial Méndez.

De los tres, esta historia es quizás la que más atisbos poéticos posee, acaso no por el gran empleo de símiles o metáforas, sino por ubicar allí un tipo extraño de intensidad o profundidad a partir de elementos y situaciones cómicas: “(…) estás muy grandecita ya para las historias de Andersen, mientras ella compungida por tanta comezón, se defendió con te lo advertí, Marcial, si no es en mi cama no puedo dormir ni estarme quieta ni apenas concentrarme. De lo cual él tuvo una prueba irrefutable al salir por la mañana sin hacer el sexo y muerto de sueño por la búsqueda infructuosa de pulgas, chinches, piojos y garrapatas”.

Interesado casi siempre en el tema de la sexualidad, el autor de Diario de un poeta recién cazado, ha mencionado en varias ocasiones su gusto por la reflexión sobre la decencia en los individuos, desde todas las miradas que permite el tópico del erotismo y otras emociones.

Como sucede con Marcial y Lucía en el segundo relato con la imposibilidad del juego sexual debido a una patología inverosímil, Contigo en la distancia exhibe una relación carnal-afectiva también complicada, pero menos ajena a nuestro contexto: “La zoofilia es una conducta sexual mucho más común de lo que la gente piensa. En los campos cubanos los jóvenes tienen experiencias con animales, es una experiencia común”, afirmó el escritor durante una entrevista.

En el protagonista Sebastián del Pino queda resumido el asunto: amante de la equitación, de las carreras y los hipódromos, es también “amante” de Milagrosa, la yegua que tanto ha entrenado durante años. “La guió, pues, hasta un tocón cercano y la penetró con toda la furia de sus veinte años después de haberla enredado en un escarceo donde haló crines y colas y mordió con frenesí cruz, sulcos y belfos como había visto hacer a los garañones en las sabanas desde que era un niño”. Acostumbrado ya al escándalo desde la salida de Diario…, Curbelo vuelve a hacer suyo el tema tabú y lo expone, no como en otro relato suyo (La dama del perrito) sino con otros rasgos, cercanos al espíritu romántico; los grandes mitos, figuras, símbolos y alegorías, entre otros.

En definitiva, el Premio vio en el camagüeyano a un narrador esencial que demuestra la posibilidad de hacer narrativa de un modo eficaz, y un volumen que no por ser breve deja de ser rico y enjundioso en su esencia.

El jurado que emitió el fallo del Premio Nacional de Narrativa Joven en 1999. /Fotocopia: Delvis Toledo
El jurado que emitió el fallo del Premio Nacional de Narrativa Joven en 1999. /Fotocopia: Delvis Toledo

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Delvis Toledo De la Cruz

Licenciado en Letras por la Facultad de Humanidades de la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas en 2016.

2 Comentarios en “Los triángulos de Jesús David Curbelo

  • el 24 diciembre, 2019 a las 10:24 am
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    Gracias, Delvis por esta reseña sobre “Tres tristes triángulos” de Jesús David Curbelo, una de las voces imprescindibles de la literatura contemporánea en Cuba. Te adelanto que he leído muy poco de la variedad de textos por él escritos, tanto en narrativa como poesía; por suerte, alcancé a leer su novela “Cuestiones de agua y tierra” y “El libro de Lilia Amel”, además “Diario” y su saga. Comparte otras reseñas de este tipo, por favor, analiza algunas de sus novelas.

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    • el 26 diciembre, 2019 a las 3:37 pm
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      Lo haré. Muy acertadas tus sugerencias.
      Ciertamente la prosa de Curbelo es atractiva, y más aun sus conferencias y entrevistas. Te atrapa y envuelve, sin ningún tipo de presuntuosidad.

      Respuesta

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