Los desafíos de Cuba para 2023 y la vida

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Se haría muy larga la lista de los desafíos de Cuba para 2023, porque para reponernos de una crisis económica y sanitaria que parte de igual fenómeno global, necesitamos recursos y materias primas, escasos y costosos, los que pesan más con un bloqueo económico y financiero de los “dueños del mundo”, que nos obliga a viajar lejos en su búsqueda y pagar tres y muchas veces más por obtenerlos.

Sin embargo, esa enumeración debe contener, en primer lugar, aquellos recursos más necesarios, que resultan el capital humano, ese que “supuestamente” sobra en Cuba, pero que no abunda en los lugares y puestos claves de la economía y la sociedad en general, dispuesto y calificado para organizar procesos, liderar proyectos, y hasta sacarle el máximo a la obsoleta tecnología con la que contamos, en un mundo que se mueve por esa “cuerda”.

Encontrar respuestas, que para la mayoría son harto conocidas, a por qué los jóvenes van hacia sectores donde se genera mayores ganancias, no importa cuál sea su formación profesional, sería el principal desafío para 2023, a mi modo de ver.

No puede soslayarse el fenómeno de la emigración, tan viejo como la humanidad, en la que poblaciones van hacia países más desarrollados, o zonas de una misma nación donde se generan mejores empleos y ganancias, en busca de un futuro mejor.

Hasta podría calificarse de normal, si no influyera en la demogafía, por causa del envejecimiento, la escasa natalidad y la escasez de fuerza de trabajo calificado para echar adelante la economía, que en nuestro caso resulta vital.
Que en los puestos de trabajo estén ahora mismo personas de experiencia y con responsabilidad, pero viejos, constituye un signo de alarma, porque necesitamos a los jóvenes, para hoy, para mañana y para después.

Esta reportera situaría como primero de la lista de los desafíos a vencer para 2023: Enamorar a los jóvenes para que vivan, trabajen y funden en este país, que los necesita hoy para tener mañana. ¿Cómo lo haremos? Habrá que hacerlo ya, porque hemos perdido demasiado tiempo.

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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