“Los Camilitos”, cobija de amor y esperanza (+Fotos)

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 8 segundos

Luego de cuatro años Dayana Villalobos Suárez volvió a la Escuela Militar Camilo Cienfuegos (EMCC). El reencuentro le produjo sentimientos encontrados. Por una parte, el recuerdo de su estancia aquí como “camilita” primero, y luego profesora de Historia y Marxismo, revivió entrañables momentos de ese trozo de su vida como estudiante y pedagoga.

Empero, ahora fueron otras las circunstancias que la llevaron a ella y a su pequeño hijo de cinco años, Lázaro Fabián Román, a esta institución de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Ambos fueron recluidos por sospechosos de padecer la Covid-19 en el plantel, habilitado desde el pasado mes de julio como centro de aislamiento pediátrico con capacidad para más del centenar de niños, dada la tensa situación epidemiológica en la provincia.

En condiciones de emergencia, se conformó un equipo integrado por oficiales de la Región Militar Cienfuegos, personal sanitario de la Salud y los propios trabajadores civiles de “Los Camilitos”, como popularmente se conoce el prestigioso establecimiento educacional.

“La misión fundamental del grupo de dirección constiste en la organización, disciplina, el orden, normas de convivencia y seguridad de pacientes y padres acompañantes ingresados aquí. Nos corresponde, además, coordinar todas las acciones en la atención médica, alimentación y sus horarios, al tiempo de exigir por la aplicación de las medidas de bioseguridad y limpieza de la instalación”, precisa el teniente coronel Ihosvany Castillo García, jefe del equipo.

Al inicio de cada jornada el equipo de dirección de las FAR puntualiza las principales tareas del día. /Foto: Armando Sáez.

Como parte de los pocesos organizativos radica aquí mismo una dotación de informáticos y sus computadoras, cuyos programas facilitan la sistemática actualización de ingresos y egresos, estados de las pruebas de test de antígenos y de PCR, además de otros datos de interés, en interconexión con el sistema de Salud, el Hospital Pediátrico y otros órganos de mando.

Para Yannielys Pérez Pérez, asumir la dirección de la asistencia médica del centro, significó más que un deber profesional, el compromiso moral de velar por la salud de un grupo importante de infantes aquejados de la enfermedad. “Siento la satisfacción, reconoce, de contar con los recursos humanos capaces de responder por la atención asistencial pediátrica que, en definitiva, es la nuestra razón de ser”.

La doctora Yannielys Pérez, directora de asistencia médica, refiere los procederes diarios en atención al paciente. /Foto: Armando Sáez.

Refiere la también secretaria general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud en Cienfuegos, que los infantes llegan aquí tras los resultados de los diagnósticos de positividad en las consultas de respiratorio con síntomas subjetivos de la Covid-19, tanto moderados como severos. Una vez que ingrensan les aplican el correspondiente tratamiento facultativo. Se les suministra como medicamento el interferón o el nasalferón, según la edad. También se les garantiza los procedimientos clínicos a los padres infectados.

El centro se ha convertido en fragua de intercambio de experiencias y conocimientos de varias generaciones de este ejército de batas blancas, lo que ha permitido una permanente actualización de las buenas prácticas y procederes médicos.

El cadete Annel Fernández y la especialista en MGI Yusmila son dos generaciones unidas por un mismo objetivo profesional y humanitario. /Foto: Armando Sáez.

Luego, es común encontrar en pasillos, áreas de consultas y cuanto espacio lo facilite, la interacción de los recién graduados con los más experimentados en la profesión. De esa suerte de crisol en la combinación entre teórica y práctica nos habla el cadete Annel Fernández Fernández, estudiante de quinto año de la Universidad de Ciencias Médicas de las FAR.

“No puedo dejar de mencionar a la superactiva ‘profe’ Yusmila León Cruz, quien a pesar de su responsabilidad como subdirectora del centro, siempre busca el tiempo para el consejo oportuno en cuanto a métodos y procedimientos adecudos a emplear en la evolución de los pacientes.

“Te digo que cuando se me planteó la tarea de apoyo, al igual que los otros cadetes, no dudamos en dar el paso al frente de estar en la línea roja del enfrentamiento a la Covid-19. Llevamos dos meses y estaremos el tiempo que sea necesario en esta impostergable misión, que además, nos ha enriquecido como futuros galenos y seres humanos. Tal es así que nos han considerado como un profesional más de la labor asistencial.

“Como joven al fin, formado en la Revolución y por ella, no podía ser de otro modo, pues este es mi Baraguá, mi Moncada y mi Girón. Para nosotros no hay mayor satisfacción que la sonrisa de un niño, incluso el regalo de un dibujo hecho por ellos, o el brillo de los ojos de los padres y madres agradecidos.”, asegura el palmireño y otrora “Camilito” de esta misma escuela.

A punto de regresar a casa tras los resultados negativos del examen de PCR al pequeño Lázaro Fabián, Dayana vuelve la vista para decir adios a quienes se desvelaron día y noche por garantizar, con amor y esperanza, la salud de su hijo.

Le fue imposible expresar con palabras tanta emoción, pues un nudo en la garganta se lo impidió; mas, en su lugar lágrimas de felicidad y gratitud fueron para todos la mejor reacción sentimental, con la secreta intención de regresar un día, más temprano que tarde, a ejercer nuevamente el magisterio en esta misma institución con renovados motivos de inspiración.

Visitas: 12

Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *