Reproducción Asistida: Lidia contra el sueño postergado

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Transcurre el horario de almuerzo cuando un equipo de prensa se adentra en la rutina del Centro de Reproducción Asistida de Alta Complejidad en Cienfuegos, institución que forma parte del complejo del Hospital General Gustavo Aldereguía Lima.  A pesar de la hora, todavía observamos pacientes y a muchos de sus especialistas que están en plena consulta, porque han llegado desde lejos las parejas y no les hacen esperar. Nos recibe la Dra. Práxedes de Regla Rojas Quintana, directora del Centro, especialista en Gineco-Obstetricia, profesora auxiliar y dedicada a la reproducción asistida.

Ya estamos en el décimo aniversario, y durante todo este tiempo tenemos una historia para contar sobre natalidad, vida y esperanza. A veces puede ser difícil ostentar logros, los resultados están llenos de espera y paciencia, y son muchos los factores objetivos y subjetivos, pero les puedo contar a los cienfuegueros que este ha sido un buen año.

Dra. Práxedes de Regla Rojas Quintana, directora del Centro, especialista en Gineco-Obstetricia, profesora auxiliar y dedicada a la reproducción asistida. /Foto: Juan Carlos Dorado
Dra. Práxedes de Regla Rojas Quintana, directora del Centro, especialista en Gineco-Obstetricia, profesora auxiliar y dedicada a la reproducción asistida. /Foto: Juan Carlos Dorado

Estamos más aglutinados a través de la Red de Infertilidad, en coordinación con las áreas de Salud de todos los municipios y hemos logrado incrementar el número de embarazos; claro, atendemos a pacientes de otras provincias. Es preciso apuntar que este centro es territorial, de alta complejidad, y aunque todas las provincias tienen reproducción asistida, solo existen cuatro como este en el país para atender el territorio nacional, lo que tiene que ver con las técnicas complejas que aplicamos”.

Cienfuegos recibe parejas de hasta Camagüey, y se suman municipios de la vecina Matanzas, los más cercanos a la provincia, casos remitidos desde los centros para ser valorados acá.

¿Cuáles son las técnicas que aplican?

Hacemos fertilización in vitro convencional, ovodonación, y se dan los primeros pasos para la vitrificación, semen primeramente; comenzamos con algunos casos de factor masculino más severo, y aunque no contamos con un banco de semen, este proyecto podría consumarse a futuro. Depende de la aceptación de la población, porque el proceso tiene sus características, y hasta un componente de idiosincrasia. Es una técnica a implementar, y lleva mucho trabajo, verificar la calidad de ese semen, chequearlo en etapas, por eso insisto en que se trata de ir paso a paso”.

La premura y la impaciencia no tienen cabida en un centro como este, ni en las técnicas que aplican, y podrían medirse desde la primera vez que una pareja decide someterse a examen; por el contrario, requiere de una alta dosis de paciencia y conservar, toda costa, la calma.

¿Podría comentarnos al respecto, sobre la base de su experiencia profesional?

Las parejas acuden a nosotros con mucha expectativa, pero depende de la causa. Sucede que, lógicamente, se espera a tener condiciones para aumentar la familia, una edad madura para la maternidad, y entonces cuando llegan al centro ya no están en la edad óptima, y se impone recuperar el tiempo. Ya el hecho de venir, aceptar que tienen un problema con la fecundidad, dejarse guiar, todos estos son factores estresantes y dilatan el tratamiento; cuando se trata de donar, tropezamos con el inconveniente de las familias cortas, que influye en nuestro trabajo, en lo fundamental en la ovodonación. Pero hacemos todo lo posible, acudimos a otras técnicas, y nuestro colectivo persevera, porque somos un equipo”.

Cuentan con seis médicos de varias especialidades, igual número de enfermeras con alta calificación, personal de laboratorio, psicóloga, y paramédicos, entre otros, porque al decir de la Dra. Práxedes allí todos resultan importantes. En el año han logrado 130 embarazos, 105 por baja complejidad y 25 por la alta, con varios nacimientos, otros en curso.

La Dra. Aimed María Reyes Pérez, especialista de I grado en Gineco-Obstetricia, atiende a una pareja de espirituanos. “Esta ha sido una experiencia muy hermosa, al punto que llegamos a formar parte de las familias de nuestros pacientes, porque lograr la confianza es fundamental para el embarazo. Este es un trabajo de mucha satisfacción, en el que a la par de nuestra labor, asistimos a un acto de pura humanidad”.

Paredes y pisos pulcros, revestidos con materiales especiales para impedir la volatilidad; y el equipo de pronto se viste de verde, nos lavamos las manos, limpiamos lentes y micrófonos, porque en sus laboratorios hay una preciada materia prima que no puede sufrir, allí se está creando vida.

La Dra. Isis Santana González tiene dos especialidades, MGI y Microbiología. Es la Bióloga de aquel mundo verde-esperanza. /Foto: Juan Carlos Dorado
La Dra. Isis Santana González tiene dos especialidades, MGI y Microbiología. Es la Bióloga de aquel mundo verde-esperanza. /Foto: Juan Carlos Dorado

La Dra. Isis Santana González tiene dos especialidades, MGI y Microbiología. Es la bióloga de aquel mundo verde-esperanza: “Acá se conservan y procesan las muestras de recuperación espermática para el proceso de fertilización in vitro, son muestras más complejas que el espermograma. Trabajamos con gametos femeninos y masculinos, embriones, pequeños seres vivos en condiciones de máxima esterilidad, porque cualquier compuesto volátil puede dar al traste con su desarrollo”; los ojos de Isis brillan, como evidencia de todo el amor que pone allí a las muestras y el cuidado de su trabajo responsable y meticuloso.

Por el pasillo, también enfundada en una “talla”, encontramos a Maribel Leyva Valladares, enfermera con más de 25 años de labor, perinatóloga, quien prepara la mesa quirúrgica para una fertilización in vitro: “Yo participo de los procederes y en la recuperación de las pacientes”.

Yocadis Pomares Piedra, la anestesióloga, suele tener en sus manos la vida de las pacientes; es de esos especialistas casi anónimos a quienes la mayoría de las veces olvidamos, sin embargo, resultan parte esencial del equipo, pese a que rehúsa la cámara y la entrevista.

Devolvemos toda la ropa estéril, regresamos a nuestra cotidianidad, y al trasponer las puertas de la sala de espera, ya está repleta de parejas que esperan ser atendidas, de modo que la rutina allí no se detiene, porque la vida no espera para estos hombres y mujeres que hacen nacer la semilla de la esperanza y alargar la familia, el sueño postergado de muchos.

Maribel Leyva Valladares, enfermera licenciada con más de 25 años de labor, perinatóloga, prepara la mesa quirúrgica para una fertilización in vitro. /Foto: Juan Carlos Dorado
Maribel Leyva Valladares, enfermera licenciada con más de 25 años de labor, perinatóloga, prepara la mesa quirúrgica para una fertilización in vitro. /Foto: Juan Carlos Dorado

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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