Leyenda de un peregrino

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El periodismo fue su “leyenda personal”, como diría el escritor brasilero Paulo Coelho. Impelido por su madre Antonio Enrique González realizó las pruebas de aptitud de esta especialidad cuando cursaba el grado doce en el IPVC Carlos Roloff y resultó aprobado. La certeza maternal junto a su definida inclinación por las letras solucionó la vaguedad vocacional propia de la edad.

Desde septiembre del 2005 inició su vida laboral en la emisora cienfueguera, labor que combina con una incipiente carrera literaria, en el taller de narrativa Jesús Candelario, que lo llevó a cultivar el original género:

¿Te gusta lo escueto?

“Mira, un sabio dijo ‘Si quieres que hable dos horas dame diez minutos para prepararme, pero si quieres que hable diez minutos, dame dos semanas’. La frase encierra en esencia la envergadura de la síntesis, claro que me atrae porque es un reto”.

¿Y por qué el minicuento?

“Se dice que hasta los epitafios son minicuentos. No son una gran puerta para mirar al mundo como la Literatura, pero sí una hendijita, tras la cual tiene que dejar verse un universo, hasta una novela puede estar escondida allí.

“Me gusta el minicuento, porque es en la literatura lo mismo que la nota informativa en el periodismo, puede ser tan jugosa como un reportaje”.

Augusto Monterroso tiene el ¿dudoso honor? de haber escrito el cuento más corto del mundo. A este autor guatemalteco, afincado en México, le fue concedido el premio Príncipe de Asturias de las letras. El breve texto “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”, suscita una profusa fantasía literaria. ¿Cómo la interpretas?

“Como el cruce entre los dos universos del hombre: el sueño y la vigilia, el consciente y el inconsciente, místicamente alude a la membrana que divide estos dos mundos”.

Dicen los especialistas que el adverbio todavía es la clave de esa sintaxis gramatical. ¿Estás de acuerdo?

“Sí, creo que es el quid, lo que retrotrae la antigüedad y simboliza que la fuerza del hombre lo puede todo”.

Tony publicará próximamente su libro Encuentros, compilación de una especie de ensayos poéticos, en el que dialogan dos entes.

¿Representas aquí a Monterroso en una fábula?

“Sí, el Dispensador de respuestas es un personaje que le pregunta a Monterroso. ¿Podrás escapar de la brevedad?, a lo que él responde: ‘Cuando despierte, ella todavía estará ahí’. Es un homenaje que le hago a un clásico de este misterioso género, considerado por otros muy raro”.

Ahora, cuéntame Auto de fe, tu premio:

“El axioma preguntó el por qué de sí. Lo quemaron en la hoguera por hereje”.

¿Qué significa y cuál es su historia?

“Lo escribí hace tres años. Su título alude a las quemas multitudinarias de la Inquisición. Como el axioma es el dogma, voto porque sea abolido, abogo por la apropiación crítica que deben tener las personas de una realidad cambiante en la que nada es eterno, todo es perfectible.

“Te confieso que lo escribí en letra 14 y negritas, porque lo consideré muy breve, por eso ahora para el concurso lo mandé como Ultracorto”.

¿Es tan extraño el género que admira hasta a sus autores?

“Sí, es que el minicuento está considerado entre las cinco y veinte líneas y el Ultracorto, entre una y cinco. Realmente lograrlo de una sola es sorprendente”.

Me hablaste de la semejanza que estableces entre nota informativa y minicuento. ¿Siempre relacionas literatura y periodismo?

“Sí, siento el periodismo como un arte creativo. Lo adoro porque lo considero una herramienta para penetrarlo todo, para conocerlo todo”.

¿Y la radio, cómo la consideras?

“Le reconozco su capacidad para llegar lejos, de estar legitimada por el pueblo. Por eso, aunque no escapo a la generalizada atracción juvenil por la prensa escrita, me complace saber que aquí contribuyo más a la cultura, tengo cinco espacios diarios para divulgarla, puedo ser más productivo”.

En este joven el esnobismo trasluce laboriosidad, indagación y una especial sensibilidad por los entresijos de la vida. Es el símbolo de una generación elegida, que puede apostar por el “ser”, sin la incertidumbre de “tener”.

¿Crees en la predestinación?

“Como te he revelado no puedo creer en lo ortodoxo. Por tanto, pienso que tu camino tú lo escoges, pero que te ponen señales. Por ejemplo, cuando aprobé la prueba de Periodismo, fue casual, pero supe ver ahí un camino desbrozado. Luego cuando llegué a la carrera me pusieron la opción (era así entonces) del subgrupo de Comunicación Social, perfil más atractivo económicamente, pero vi que esto era lo mío”.

¿Cómo ves tu futuro?

“No quiero verlo, a lo mejor él me está mirando a mí, yo prefiero hacer camino al andar”.

En la última jornada habanera de la XVI Feria Internacional del Libro, Cuba 2007, fueron dados a conocer los premios del Primer Concurso internacional de minicuentos El Dinosaurio 2006, donde participaron más de mil autores de todos los países de Iberoamérica.

El certamen es convocado por el Centro Onelio Jorge Cardoso, junto a otras nueve instituciones cubanas. Tuvo como precedente cuatro ediciones nacionales. El Gran Premio fue para Nota de prensa, del cubano Hugo Luis Sánchez González. Hubo otros lauros y sobresalieron también entre los finalistas los jóvenes cienfuegueros Alexis García Somodevilla y Cristian Medina Negrín.

El minicuento es una narración sumamente breve, de caracter ficcional, en la que personajes y desarrollo están narrados de una manera económica en sus medios expresivos y muy a menudo sugerida y elíptica. Su historia es de apenas un siglo, por lo que también es considerado un subgénero en formación.

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Dagmara Barbieri López

Periodista. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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