Las mujeres de la Revolución

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El 23 de agosto de 1960 nació de entre varias organizaciones femeninas existentes, la fuerza nueva, alentadora, la que probó su capacidad de permanecer a la vanguardia: nació la Federación de Mujeres Cubanas. Fue más que fusión de organizaciones, lo fue de sentimientos, de esperanzas, de sueños que querían convertirse en realidades.

La tarea esencial fue organizar a las mujeres cubanas, prepararlas en todos los órdenes de la vida práctica: social, cultural, elevar su preparación mediante cursos prácticos, publicaciones especializadas, poniéndola al tanto de todo lo necesario para el país y el mundo. La Revolución le permitió elevarse, y ella por sí misma, ha sabido elevarse. ¡Y cómo!

Las unía lo más importante del mundo, que Fidel lo explicó al inicio: “Las unen sus hijos: no quieren que sus hijos sean esclavos de nadie, no quieren que mañana sean golpeados y asesinados por alguien, no quieren que sean explotados por nadie, como hacía la dictadura en este país poco antes, como hacen las sociedades explotadoras. Las mujeres cubanas, se unen para que eso no pase más aquí, se unen para luchar por un futuro mejor para la Patria, y ustedes participan en esa lucha, por sus hijos, por ustedes, por su Patria…”.

Por eso, hoy en Cuba, ¡contamos con la mujer cubana! ¡La Revolución cuenta con la mujer cubana!

Y la tarea de la Federación de Mujeres Cubanas fue preparar a la mujer para que sea más capaz, más firme, más educada, más revolucionaria… A partir de la creación de la FMC, en cada momento alegre y feliz de la Patria, en cada momento difícil y angustioso, han estado presentes las mujeres cubanas, jóvenes y menos jóvenes, en primera línea de todos los combates, y han sido muchos y de muy diferentes tipos esos combates.

Ellas han estado ahí, como dijera Martí: “ungiendo la obra con la miel de su cariño”, porque cuando una mujer se entrega a una causa, esa causa se hace invencible. Ella ha embellecido las más rotundas páginas de Cuba. Ha sido fuerza y vida en medio de la epopeya de la Patria.

Apenas triunfante la Revolución en 1959 surgió de sus raíces con fuerza nueva y alentadora y probó en el curso de los años siguientes, y hasta hoy, su capacidad, su voluntad, su decisión de esgrimir un programa común y una misma forma de lucha. Y se ha ganado el puesto de vanguardia junto al hombre.

Su presencia es indispensable en el hogar y en el barrio, aliento en el estudio, fuerza en el trabajo, voluntad en la defensa, presencia en todos los sectores económicos y de servicios, siempre en lucha para alcanzar el desarrollo de la Patria.

Sobresale en cualquier esfera, pero en la actividad científica y técnico profesional sobresale en número y resultados. Ha sido, de veras, “una revolución dentro de la Revolución”.

Es que sólo la Revolución Socialista puede elevar a la mujer a su actual condición. Porque en otros países, no resulta así, en muchos tienen todavía un lugar secundario, y no es que no quieran, es que no les permiten sobresalir. No existen las condiciones listas para que sobresalgan. En muchos lugares del orbe, todavía es esclava, es sólo instrumento de placer, es víctima de todos los prejuicios, que todavía cantan y enlodan los reguetones nacidos allá donde todavía ellas son así. Por eso aborrecemos esos reguetones aquí, porque aquí solo es dable, por honor, admirar y enaltecer a la mujer, porque ella es compañera eficaz y digna. Aquí ella misma se elevó a la plena igualdad, dignidad y sobresalió en todas partes.

En este día de Aniversario de su querida FMC recordemos a Vilma Espín, combatiente y fundadora y a tantas compañeras que han hecho posible este presente que ellas embellecen con su presencia y su labor.

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Andrés García Suárez

Periodista, historiador e investigador cienfueguero. Fue fundador de 5 de Septiembre, donde se desempeñó como subdirector hasta su jubilación.

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