Las luces de Bob

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 26 segundos

La exposición La vida ocurre una vez en un instante, del fotógrafo canadiense Bob Dalby, será inaugurada este martes 15 a las 3:00 de la tarde en la galería Del Monte, del Centro Cultural de las Artes Benny Moré, en esta ciudad de Cienfuegos.

Merced a las imágenes que la componen, Bob fragua voto de fe y pacto de filiación sentimental con un Cienfuegos entrevisto desde su condición orbicular por la lente del artista canadiense.

Sus capturas a las múltiples capas de dicho espacio geográfico no guardan intenciones indexatorias ni las devociones parcelarias de las tradicionales recopilaciones por asuntos, tan caras a cierto tipo de muestras enyuntadas a las filias del sujeto temático puro desligado del mundo exterior.

No está el autor por la labor de sesgar los reflejos posibles de un objetivo cuya multilateralidad le asegura el estatuto permanente de crisol, corolario; de mixtura multiplicadora de ecos diseminados en historias, rostros, paisajes, fachadas, ademanes, actitudes, costumbres, rasgos, fibra. Su mirada, antes bien, es omnívora, abierta, curiosa; en cierto modo impregnada de un interés por el mundo exterior de raíz infantil que la hacen más querible.

No hay impostura, ni desvaríos arty, ni la emoción comprada característica de ciertas instantáneas enviadas a concurso, en las tomas de un fotógrafo que reniega del look for export o del melindre lastimero, para -por el contrario- apostar por convertirse en observador de perfil antropológico e intención ontológica, capaz de sucumbir volitivamente al encanto ínsito de los blancos aprehendidos tras el tiro del obturador: francos trozos de vida.

Por consecuencia de lo anterior, cuanto apreciamos en las gráficas seleccionadas para la exposición no es más que la comunión del artista con el zeitgeist del universo capturado. Aquí, amén del espíritu de un momento y un lugar, quedan fundidos a la plata de la posteridad los reales gestores de aquel, a saber los diversos resortes humanos de la geografía cienfueguera: labriegos, músicos, estudiantes, combatientes, niños…, amén de la atmósfera local, charme, iconos patrimoniales e históricos. También la rudeza del tiempo expresada en inmuebles o en las calles de una ciudad que, pese a su juvenil raigambre decimonónica, en no toda su porción ha podido pagar las cuentas del minutero sobre su apariencia visible.

Las luces de Bob se cuidan tanto de la academia y de su consustancial formalismo estético como de los juicios morales. El creador no signa edictos, solo hace fotos. Su asunción trasunta, sobre todo, honestidad. Y cuando a esta se le suman la admiración, la ternura y el respeto todo trabajo merece el reconocimiento de los receptores.

Visitas: 34

Julio Martínez Molina

Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Periodista del diario 5 de Septiembre y crítico audiovisual. Miembro de la UPEC, la UNEAC, la FIPRESCI y la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *