Las honduras del pensamiento económico del Che

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Rodrigo espera impaciente en el sofá. Sujeta en las manos una hoja algo improvisada, con los apuntes que le permitirán disertar sobre el pensamiento económico del Che, a propósito del aniversario 89 de su natalicio y el 38 de constituida la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (Anec). Rodrigo Rodríguez Cubela es fundador de esa organización y aún jubilado, ejerce como profesor adjunto de la Universidad de Cienfuegos. Toma una taza de café y ansía el pie forzado para iniciar el diálogo…

¿Cuál era el contexto profesional de la economía cubana al triunfo de la Revolución?

“Existían, en lo fundamental, el Doctor en Ciencias Comerciales y el Contador Público. Incluso, hasta ese momento los profesionales que trabajaban en instituciones de importancia en el país eran extranjeros, la mayoría de América Latina: chilenos, venezolanos, argentinos, bolivianos, ecuatorianos…

“El número de cubanos se encontraba bastante reducido, pues como ocurrió en otros sectores, muchos emigraron a Estados Unidos. De ahí que en medio de la efervescencia revolucionaria, varios compañeros valoraran junto a la máxima dirección la necesidad de abrir una Escuela de Economía. El cienfueguero Carlos Rafael Rodríguez figuró entre los precursores de esta idea”.

¿Y qué papel desempañaba entonces el Che?

“Él comenzó a vincularse a la actividad económica desde 1959, cuando el 26 de noviembre del propio año fue nombrado presidente del Banco Nacional de Cuba. Desde ese instante apoyó la iniciativa de incorporar al perfil de nuestras universidades las licenciaturas en Contabilidad y Finanzas y Economía. Tal hecho se concreta en 1961 en la Universidad de La Habana y luego en los sistemas de enseñanza superior de Santa Clara y Santiago de Cuba.

“Por otro lado, durante su liderazgo en el Banco implementó medidas significativas. Una de las primeras fue evitar la fuga de capitales, independizando a la isla del Fondo Monetario Internacional (FMI). En aquella etapa, el peso cubano tenía un alto valor y era utilizado por la contrarrevolución: las bandas radicadas en el Escambray y otros grupos en el exterior. Ante dicha circunstancia, decidió ir al canje del dinero. Se cambió la moneda nacional existente con el objetivo de concentrar en poder del Estado todas las finanzas”.

El 23 de febrero de 1961, el Comandante Ernesto Che Guevara asumió el cargo de Ministro de Industrias. Aunque en la Sierra Maestra había innovado pequeñas fábricas de armamentismo y logística, su responsabilidad no dejaba espacio a las improvisaciones.

¿Cómo se convirtió en una de las cumbres más elevadas del pensamiento económico cubano?

“Profesores de la Universidad de La Habana y otros con formación en la Unión Soviética lo instruyeron en materias afines: Cálculo matemático, Investigación de operaciones, Programación lineal, Contabilidad, Costo, Finanzas, Economía política del socialismo…Nunca llegó a graduarse, tampoco recibió título alguno, pero su basamento era enorme.

“Al interior de las entidades del Ministerio de Industrias aplicó mecanismos de control que propiciaron la eficiencia en el trabajo. A través de métodos socialistas fomentó la producción y la competencia en el mercado. Llegó a ser considerado el clásico de la dirección en Cuba”.

Sin embargo, sus concepciones no resultaron compartidas por todos. ¿Por qué el dilema entre el Che y Carlos Rafael Rodríguez?

“El debate se originó en 1963. Carlos Rafael buscaba introducir el sistema de cálculo económico empleado en la URSS. Para el Che este modelo entrañaba nocivas consecuencias, porque tenía un fundamento mercantilista, no acorde con los principios de nuestra sociedad. Él preconizaba el sistema de autofinanciamiento, con un fuerte componente en la planificación. Esa disputa perduró varios años y Fidel (Castro) consintió la convergencia de ambas ideas. Luego de la caída del guerrillero en Bolivia, el intelectual cienfueguero Carlos Rafael Rodríguez suscribió las razones del Che”.

Todavía los economistas cubanos lo reconocen en tanto paradigma. Su pensamiento inspiró la fundación de la Anec el 14 de junio de 1979 y se proyecta como brújula en el complejo proceso de transformaciones que vive el país. Sobre esas honduras regresa siempre Rodrigo Rodríguez Cubela para evitar perderse en el camino.

El pensamiento económico del Che

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Roberto Alfonso Lara

Licenciado en Periodismo. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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