Las experiencias que deja “Iván”

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Intensas jornadas vivió el pueblo cienfueguero durante la pasada semana, etapa en la que se enmarcó la amenaza del extremadamente peligroso huracán Iván, un meteoro que a su paso por los mares al Sur de Cuba fluctuó entre las categorías 4-5 de la escala Saffir-Simpson y finalmente abandonó el entorno cubano no sin antes azotar con su furia el extremo más occidental de la Isla.

Una de las tareas más importantes ejecutadas aquí fue la evacuación de 117 000 personas, la mayor de cuantas ha tenido que encarar Cienfuegos en su historia provincial. De ese total, 12 219 fueron alojadas en centros de evacuación, el resto acudió a la casa de familiares, amigos o vecinos, gesto que ensalzó aún más las dotes solidarias de nuestro pueblo. A ello se unió la preservación de 7 400 toneladas de alimentos, de ellas, 3 400 extraídas del puerto.

“El Terrible”, nombre que le dieron los meteorólogos a “Iván”, cruzó a unos 350 kilómetros al Sur de Cienfuegos. Así y todo, constituyó un reto a la previsión de hombres y mujeres, una experiencia que sirvió para analizar aspectos en los que se impone reflexionar, para perfeccionar el trabajo en futuras contingencias. Uno de ellos, el relacionado con las condiciones de los albergues utilizados, le permitió al Consejo de Defensa Provincial concluir que resulta necesario trabajar por acondicionarlos mejor y crear un área para el almacenaje de los equipos electrodomésticos de la población.

Otro análisis derivó hacia la evaluación y precisión de en qué lugares podrán restablecerse ahora los techos, pues como quiera que nos adentramos en el período más activo, existen parqueos, naves y otras instalaciones que bien pueden esperar a que la temporada ciclónica pase para que se les restituya la cubierta; igual ocurre con las luminarias que se retiraron.

Retirada de luminarias y recogida de basura, escombros y gajos de árbolesLa higienización de cada localidad de la provincia se realizó paulatinamente, aunque es necesario mayor rapidez y organizar mejor la información, ya que después del paso de los camiones destinados a recoger escombros y ramas podadas, algunos vecinos volvían a extraer de sus viviendas otros materiales que entorpecían la vía. Hay que resaltar, sin embargo, que ésta fue una de las misiones en la que la población brindó una extraordinaria ayuda.

Igual de destacada fue la disciplina demostrada por el pueblo, tanto en el cumplimiento de las medidas orientadas por la Defensa Civil en cada una de las fases, como en el seguimiento constante a la información brindada por el Centro de Pronósticos y su cooperación en cada una de las acciones del barrio, sobre todo en la disposición para albergar en sus casas a los más vulnerables, un gesto de solidaridad único en nuestra sociedad.

Las Zonas de Defensa, Consejos Populares, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) y los trabajadores todos, realizaron una meritoria labor, encaminada a la preservación de la vida y de los bienes materiales y económicos. Ahora hay que volver a la normalidad, retirar de los ventanales, vidrieras y puertas de cristal toda la precinta, madera o planchas de zinc utilizadas, y devolverle a la ciudad su imagen limpia y ordenada.

 

ALGUNAS AFECTACIONES POR LA PENETRACIÓN DEL MAR

Tal como se pronosticaba, aunque no con la misma intensidad, el litoral sur de la provincia cienfueguera tuvo la presencia de olas que alcanzaron niveles importantes, fenómeno que en algunos sitios provocó una penetración del mar de entre 100 y 150 metros tierra adentro. Escombros marinos podían observarse a lo largo de éste, incluso rocas de gran tamaño y una buena cantidad de arena colmaba zonas donde antes no había.

Entre el Mar Caribe y el macizo de Guamuhaya se yergue el Centro de Desove del Camarón, Yaguacam, importante entidad perteneciente al Ministerio de la Industria Pesquera. En la tarde noche del domingo el Centro fue afectado por la penetración del mar. “Sabíamos que iba a ser fuerte -refiere Gustavo A. Maranges Cuba, el director-, porque “Charley”, a pesar de pasar bien lejos, provocó algunas incidencias en el vial. Entonces tuvimos que seguir evacuando otros objetos, pues las olas eran cada vez más grandes, de 5 a 6 metros de altura. Avanzada la madrugada llegaron a ser mayores, ya que se sentía su impacto en la sección del grupo de la parte tecnológica”.

El vial Sur quedó muy deteriorado, lleno de piedras y arena; los postes de la cerca perimetral, derribados; y la Casa de Bombas, destruida. A las 2:00 p.m. del pasado lunes, cuando “Iván” se internaba en el Canal de Yucatán, todavía podía verse un mar embravecido.

 

CARRETERA RANCHO LUNA-PASACABALLO

La carretera que conduce a Pasacaballo tuvo una afectación de 300 metros del pavimento y el terraplén, así como una obstrucción de la vía, de 600 metrosEse propio lunes por la tarde prevalecía en el litoral de Rancho a Pasacaballo un fuerte oleaje. Según cálculos de los trabajadores del faro, a esa hora el mar tenía aún fuerza tres o cuatro.

En la noche del domingo el tiempo se fue deteriorando y ya para las 7:00 p.m. las olas rompían casi a la misma altura del fanal en Punta de Los Colorados.

Pudimos constatar que un poco más adelante existía una obstrucción de la vía de unos 600 metros lineales, con una gran cantidad de arena y rocas, y otros 300 metros de pavimento y terraplén dañados. Según algunos vecinos, por la madrugada las olas llegaron a tener mayor tamaño y tuvieron una penetración del mar de 150 metros, comprobada con la existencia de agua salobre al otro lado de la carretera.

La casa vivienda del faro perdió cinco ventanas con sus marcos y acumulaba en todo su perímetro, rocas, piedras, arena y vegetación.

En su furia contra el litoral el mar devolvió de sus entrañas una bala de cañón, presumiblemente del siglo XVIII o de principios del XIX. ¿Cayó al agua disparada desde la fortaleza de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua o de una pieza artillera de algún pirata acechante? Los especialistas dirán. El hallazgo fue realizado por un trabajador de Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) que recorría el lugar.

 

EN EL DELFINARIO Y LA PLAYA

En su furia contra el litoral el mar devolvió de sus entrañas una bala de cañón, presumiblemente del siglo XVIII o de principios del XIX. El hallazgo fue realizado por un trabajador de Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) que recorría el lugarEl Delfinario fue otro de los sitios que sufrió algunos daños por las intensas marejadas. En el lugar constatamos la destrucción del pedraplén que protege la zona de gradas y afectaciones en la de baño, a la que le socavó toda la punta; también se deterioró el área destinada a las lobas marinas.

Otros sitios como la playa de Rancho Luna, Boca Ambuila y la Marina Marling daban muestras también de la penetración de la mar provocada por el fuerte oleaje del domingo y la madrugada del lunes, tras el paso de “Iván” a unos 350 kilómetros al Sur del litoral sur de la provincia.

En cada uno de los lugares visitados se encontraban los obreros enfrascados en labores de recuperación, valorando daños, e incluso, reparando todo lo que se podía en otros. Una expresión más de la organización y disciplina del pueblo cienfueguero.

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Mercedes Caro Nodarse

Licenciada en Comunicación Social. Directora del periódico 5 de Septiembre. Miembro de la Unión de Periodistas de Cuba y de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales.

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