La Vaca Queta: de títere a reliquia de museo

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La Vaca Queta ahora se mira, pero no se toca. El más antiguo de los muñecos creados por Manuel de Jesús Ávila Núñez, fundador del Guiñol Cienfuegos, pasó a formar parte de la valiosa y exclusiva colección del Museo de las Artes Palacio Ferrer, ubicado en el parque Martí de esta ciudad del centro sur de Cuba.

Enrique Richard López, artista de la plástica y coordinador del proyecto comunitario Creciendo, donó el emblemático títere tras recibir de la familia de Manolo Ávila —como fue conocido popularmente— unos 16 muñecos y marionetas, entre los cuales se hallaba “la famosa vaca”.

La Vaca Queta, títere de guante confeccionado por Manolo Ávila en 1962. /Foto: Glenda Boza
La Vaca Queta, títere de guante confeccionado por Manolo Ávila en 1962. /Foto: Glenda Boza

Al tenerla en mi poder, sentí la necesidad de que estuviera en una institución para el disfrute del pueblo y de las generaciones futuras. Y sobre todo, a buen resguardo, por su valor patrimonial, pues se trata del primer títere que él hizo cuando la inauguración del Guiñol Cienfuegos en 1962”, dijo Richard López.

Queta está en buen estado de conservación”, aseguró el artista. “Manolo la mantenía cubierta con un nailon para que no cogiera polvo, la tenía en una estructura y a cada rato la retocaba. Era un hombre muy celoso y organizado para sus cosas, incluso con su fondo documental”, agregó.

El llamado “Titiritero Mayor” de Cienfuegos falleció de manera repentina en enero de 2019. Al morir gestionaba unas cuatro peñas culturales y se estima que contaba con alrededor de 70 muñecos, todos hijos de su creatividad e imaginación.

Muchos permanecen en manos de su tía María Delia Ávila del Valle, otros en mi poder y ahora, La Vaca Queta, en el Museo de las Artes. Los vamos a cuidar con sumo amor; están en manos responsables, eso lo garantizo”, afirmó Richard López.

Especialistas del “Palacio Ferrer” manifestaron que la nueva pieza será exhibida junto a otras en la sala Atrapasueños, donde se les permite a las personas, especialmente a los niños, tocar y hasta tomarse fotos con los objetos que allí son mostrados.

Sin embargo, Carmen Rosa Pérez Ortiz, museóloga, aclaró que “aunque La Vaca Queta además de ser expuesta, será utilizada por el propio Richard en actividades culturales, en su caso no es conveniente que la toquen: la cabeza del títere puede deteriorarse y nunca ha sido restaurada”.

La entrega realizada al Museo de las Artes salva uno de los mayores temores de Manolo Ávila, preocupado por la suerte de sus muñecos cuando ya él no estuviera para cuidar de ellos. Abre, también, otra puerta a la investigación sobre su trayectoria artística, todavía un tanto desconocida.

Durante el acto de donación, Zenaida Xiomara Rodríguez Rosa, especialista en gestión de proyectos y trabajo comunitario, comentó que “la fortaleza del espíritu y la pasión por el arte hacen que personas como el Titiritero Mayor perduren en el tiempo y siga su profunda huella guiando nuestros pasos por el camino de la verdad, del compromiso, de los principios y de los valores de un verdadero artista de vanguardia”.

Al rememorar algunos de los pasajes de la vida de Manolo Ávila y de su renombrado títere, Rodríguez Rosa recordó aquella anécdota de una persona, radicada en Estados Unidos, que quiso comprar el muñeco y prometía una cifra nada despreciable de dólares. La respuesta fue suspicaz y humorística: “Si quieres a La Vaca Queta, pues tírate una foto con ella, porque este tesoro es de Cubita la bella”.

Enrique Richard López y Zenaida Xiomara Rodríguez Rosa, durante la donación de La Vaca Queta al Museo de las Artes Palacio Ferrer, en Cienfuegos. /Foto: Roberto
Enrique Richard López y Zenaida Xiomara Rodríguez Rosa, durante la donación de La Vaca Queta al Museo de las Artes Palacio Ferrer, en Cienfuegos. /Foto: Roberto

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Roberto Alfonso Lara

Licenciado en Periodismo. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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