La Tía Rosa y su importancia para los niños de Cienfuegos

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Por: Sandra M. Busto Marín*

Rosa María Campo, conocida por todos como la Tía Rosa, es una de las compositoras más importantes de música infantil con que cuenta el centro de la Isla. Forma parte de esas figuras que han legado su aporte al repertorio musical de los más pequeños, como lo fue la santaclareña Teresita Fernández, que nos regalara, en el siglo XX, tantas canciones que quedaron en el pentagrama cubano. Y en Cienfuegos, es heredera de la obra de Luisa Acea, a quien pudo conocer y por quien expresa siempre su profunda admiración.

¡Qué sensación más agradable cuando todos los días, desde la revista Buenos Días, se escucha su obra más conocida: Amanecer Feliz! Entre sus temas más populares a nivel nacional se encuentran también M con A, N con I, Maní y Chivirico rico, que tanto hemos disfrutado en las voces de nuestros pequeños. ¿Quién no los recuerda en las galas del Festival Cantándole al Sol?

La Tía Rosa ha dejado una dulce impronta en el corazón de quienes crecen escuchando y cantando sus temas. Conjuga su labor pedagógica como instructora junto a la de compositora, con canciones que son, sin dudas, parte de la vida de muchos niños cubanos.

Nacida en Sancti Spíritus, vino muy joven para Cienfuegos, donde desarrolla su carrera artística. La caracteriza su entrega, encanto y una inmensa ternura. Es alguien que merece el cariño que su pueblo le profesa, por cuidar con esmero de ese tesoro que es la niñez, la inocencia y los sueños.

Qué bonito es ir por el mundo sembrando ternura; más en estos tiempos, en los cuales necesitamos que nuestros hijos mantengan un corazón limpio, pleno y feliz. De su dulce y sabia experiencia, brotan canciones y duendes que se convierten en esperanza. Ella teje un arcoíris de melodías y mensajes que vivifican e incentivan la cultura y la espiritualidad.

Aquellos pequeños que tienen la posibilidad de acercarse al arte logran, por lo general, canalizar mucho mejor sus emociones y metas personales. Amplían su cultura general y conocimientos; adquieren ética y responsabilidad, al tiempo que son favorecidos en su concentración, el trabajo grupal, el respeto y hasta la posibilidad de dar soluciones a problemas de la vida cotidiana, poniendo en práctica la creatividad. Todo esto influye positivamente en su crecimiento personal.

La creatividad y la autoexpresión del niño a través de las diferentes manifestaciones artísticas, son instrumentos muy útiles que los padres pueden ayudar a desarrollar. Para ello cuentan con la pintura, la música, el canto, el baile, la lectura, la representación escénica y la creación literaria. El apoyo a nuestra infancia debe ser en todos los flancos: el educativo, formativo y estético. Mente, cuerpo y expresión creativa deben ir en armonía para un desarrollo óptimo de las capacidades y habilidades. Algunos canalizan todo su potencial a través del deporte, otra vía muy adecuada.

La infancia es la base desde dónde se construye el futuro. Es el momento de disfrutar de esa edad, con actividades, metas y sueños adecuados; sin romper las ilusiones ni quemar etapas. Ser feliz, es el mejor regalo, un regalo para su alma y desarrollo psíquico emocional.

La Tía Rosa es un ejemplo de cuanto se puede hacer en este sentido desde la educación por el arte. Ella ha sido un privilegio para quienes han tenido la oportunidad de estar cerca de ella y crecer bajo su amparo.

*Master en Arte, flautista e investigadora musical.

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5 de Septiembre

El periódico de Cienfuegos. Fundado en 1980 y en la red desde Junio de 1998.

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