“La soberanía es el gran reto de nuestra contemporaneidad”

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¿No la veis? Mi bandera es aquella

que no ha sido jamás mercenaria,

y en la cual resplandece una estrella

con más luz, cuanto más solitaria.

Bonifacio Byrne (Mi bandera)

La defensa consciente de la cubanía es la encomienda más inmediata que tiene sobre sus hombros la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (Unhic). Esta organización no gubernamental agrupa desde hace 35 años a profesionales de diversas disciplinas, comprometidos con la salvaguarda y divulgación de nuestra memoria histórica. Elda Cento Gómez, su presidenta en funciones, resume el desafío en una frase: “de ella se espera lo mismo que de todo el pueblo”.

“Algunas personas alegan que a los jóvenes no les interesa la historia. Al contrario, sí lo hacen, porque les preocupa mucho el  futuro. El problema se halla en el mensaje: ¿la transmitimos de modo que atraiga y motive a las nuevas generaciones en su vida cotidiana? La escuela, ciertamente, desempeña un enorme papel, aunque no el único. Donde comienza a construirse la personalidad es en la casa. O sea, el amor a Cuba, a la Revolución, al barrio… lo edificamos primero en el seno familiar. Por eso resulta importante la participación de la sociedad en el enaltecimiento de los valores y de la soberanía. La soberanía es el gran reto de nuestra contemporaneidad”.

¿HÉROES CERCANOS O EN PEDESTALES?

Elda Cento Gómez, presidenta en funciones de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (Unhic). / Foto: Efraín Cedeño
Elda Cento Gómez, presidenta en funciones de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (Unhic). / Foto: Efraín Cedeño

“No me gusta cuando se habla de humanizar a los héroes. Si ellos llegaron a serlo fue porque cargaron sobre sus espaldas todo el peso de humanidad posible. La clave está en otra palabra: cercanía; hacerlos cercanos. No centrarnos en la búsqueda de detalles que en ocasiones caen en la esfera del cotilleo, sino en presentarlos tal cual vivieron: en sus momentos de gloria, de dolor, de arrepentimiento…

“A veces, incluso, las personas separan la historia de la historia de la cultura, cuando en realidad es una sola la vivida por los pueblos. A mis alumnos se los ejemplifico aludiendo al fenómeno de la décima y el repentismo campesinos. En los campamentos mambises se cantaba mucho. Y quién sabe si el mismo decimista que entretenía a sus compañeros en la noche, era luego un león en la carga al machete. ¿Por qué dividir a ese individuo en dos mundos?…

“Ahora mismo me complace observar el interés que despiertan las investigaciones sobre el deporte. Definitivamente, nos corre por las venas; está en las raíces de lo cubano. Nuestra historia será más llamativa en tanto abordemos el pasado desde todos los puntos de vista”.

LA ALDEA DESCONOCIDA Y EL FORMALISMO

“Los planes de estudio contemplan, en sus distintos niveles, la enseñanza de la historia local. El dilema reside en cómo llevarlo a la práctica. Hoy el Instituto de Historia de Cuba desarrolla uno de los proyectos de mayor envergadura: la edición de la memoria histórica de cada una de las provincias y municipios del país. El empeño investigativo se encuentra en fase de conclusión, con el propósito de socializarlo después de manera digital, al menos en primera instancia.

“Existen mil formas de cautivar a los niños y adolescentes. A la larga, la historia lleva mucho de relato, de aquellas viejas fábulas contadas por los aedas. Ese matiz tampoco podemos perderlo. Quizás el estudiante desconozca el número de soldados que participaron en una acción combativa o el movimiento de las tropas, pero si le salpicamos la clase con dos o tres anécdotas: ‘la carga al carril de la Batalla de las Guásimas, la caballería camagüeyana pasando por encima de los infantes orientales’…; difícilmente olvide. Necesitamos una historia que nos toque la fibra”.

SÍMBOLOS EN CRISIS

“El gran reto de la contemporaneidad, sostengo, es la soberanía. El concepto está en juego en Cuba y en disímiles países, aun cuando constituye uno de nuestros símbolos. El otro es la enseña nacional, a la cual debemos honrar siempre. Un patriota puertorriqueño afirmaba que para bandera cualquier trapo sirve, mientras esté teñida con la sangre del combate. Pensemos a cuántos nos ha conducido la bandera cubana y en los seres que han muerto por su causa”.

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Roberto Alfonso Lara

Licenciado en Periodismo. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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