La sabiduría de los oráculos

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Tal cual prometimos en ediciones anteriores, la sección Oficio de leer aproxima hoy al lector a un volumen como La sabiduría de los oráculos, Ifá, los caracoles y el coco.

Publicado el año anterior por la Editorial José Martí, fue puesto a disposición del público nacional y local durante el más reciente capítulo de la Feria del Libro; aunque no en magnitudes acordes con la demanda de este tipo de materiales, por regla agotados a las pocas horas de ser sacados a la venta.

La autora del texto es la conocida etnóloga, ensayista, investigadora y artista visual cubana Natalia Bolívar Aróstegui (La Habana, 16/9/1934), firmante, entre otras obras, de Los orishas en Cuba —del cual La sabiduría de los oráculos constituye continuidad—; Opolopo Owó; Ta Makuende Yaya y las Reglas de Palo Monte; Cuba Santa; La Muerte es principio, no fin; Quintín Bandera; y, en colaboración con Carmen González Díaz de Villegas, de Ituto: la muerte en la mitología afrocubana y sincretismo religioso, y Mitos y leyendas de la comida afrocubana.

La nueva proposición literaria de Natalia explica los tres sistemas adivinatorios de la Regla de Ocha: el obi (o los cocos); el diloggún (o los caracoles) e Ifá.

Por obi o coco es conocida en África la nuez de kolá usada en dichos sistemas adivinatorios.

En el diloggún, o adivinación mediante caracoles, el santero “tira” 16 de estos, pero está autorizado a leer solo doce. Del trece en adelante manda al consultado a que “se registre” con un babalawo.

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Ifá es el complejo sistema adivinatorio regido por el orisha Orula. En Ifá, según seguidores y creyentes, nacen todas las religiones y creencias, regidas por dieciséis oddún o letras que reciben el nombre de meyis: Eyiogbe, Iwori, Oddí, Iroso, Ojuani, Obbara, Okana, Oggundá, Osá, Iká, Otrupo, Otura, Irete, Oché y Ofún.

De acuerdo con la introducción a los oráculos consignada por la propia Bolívar en el texto, “estos sistemas ofrecen seguridad al consultante y lo ayudan a resolver problemas de toda índole, guiándose por las recomendaciones de los orishas, de las Reglas de Palo, haciendo misas católicas, promesas, ebbó (ofrenda hecha a los orishas o santos), despojos, sarayeyeos (limpieza, purificación) y demás acciones.

La discípula de la eminente etnógrafa Lydia Cabrera, quien dedica el volumen de 316 páginas a Don Fernando Ortiz, subraya que el oráculo alivia el sentimiento de inseguridad en el religioso y en el aleyo (creyente, pero no iniciado en la Regla de Ocha), pues sus letras son indicaciones directas de las deidades, de los égguns (muertos, espíritus de los difuntos) y de todo lo surgido de la riqueza espiritual de nuestro pueblo a partir de la tradición de los ancestros africanos y de las amalgamas de razas y religiones integrantes de nuestra cubanía.

A través de diversos pattakíes (historias antiguas de los orishas y reyes que aparecen en el oddún de Ifá y el diloggún), la firmante del texto nos remite a una cosmogonía signada por la magia, la fabulación y la enseñanza moral. Los consejos reproducidos en estos relatos siempre enfilan hacia la predicación del bien y exaltan valores fundamentales de los seres humanos.

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El neófito a la manera de quien escribe, accede en líneas tales a un universo desconocido de raigalidades, creencias e interpretaciones del mundo y el orden de las cosas, con sus propios panteones, decalogía, signos de identidad.

Se gana, al leer el libro de la antropóloga, en conocimiento y cultura. También en distensión hermenéutica. No importa que el lector, incluso, no comparta lo expresado, sea ateo, practicante de otra religión o hasta no llegue a interesarle el asunto.

La continuadora de los aportes esenciales de Fernando Ortiz, Lydia Cabrera, Rómulo Latchataneré, Rogelio Martínez Furé u otros investigadores ensancha, merced a La sabiduría de los oráculos… los saberes en torno a una fe observada por muchas personas en nuestro archipiélago, algunas de quienes se inician sin embargo sin los debidos conocimientos sobre su objeto de atención, e incurren por ende hasta en simples errores de denominación, y a las cuales quizá les conviniera repasar obras parecidas.

A la autora, además de por su trabajo creador, los cubanos la admiramos por su rica historia de lucha, comenzada en los tiempos neocoloniales de las tiranías pro-imperialistas, cuando fuera miembro del Directorio Revolucionario y soportase, sin delatar a sus compañeros, las torturas de los esbirros batistianos.

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Julio Martínez Molina

Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Periodista del diario 5 de Septiembre y crítico audiovisual. Miembro de la UPEC, la UNEAC, la FIPRESCI y la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica

2 Comentarios en “La sabiduría de los oráculos

  • el 16 junio, 2021 a las 12:40 pm
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    Bella reflexión!! me encantó!! Maferefun la Ocha, los Eggun y Orula, le estoy muy agradecida a mis Padrinos y Madrinas por su ayuda y dedicación incondicional!!

    Buenas tardes para todos y que Dios Bendiga a todos los cubanos estén dónde estén, Paz, Fuerza y larga Vida!! Asheee

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  • el 14 agosto, 2019 a las 1:12 pm
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    Los pattakíes o historias contadas (un corpus valiosísimo de literatura oral muy poco conocida y estudiada) tiene un valor incalculable. Lamentablemente, en los planes de estudios actuales de las carreras que integran a la literatura cubana y sus orígenes, no se contempla con el rigor que requiere…
    Nunca lo dude: existe una hegemonía de la “gran literatura” que camina hoy en tacones, que olvida por completo a las maravillosas raíces africanas que, invisibles, la sustentan.

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