La piel tiene memoria

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“De la noche a la mañana, así me brotó, como si fuera un granito”, recuerda en el inicio del diálogo Jorge Luis; y refiere cómo un lunar le cambió la vida. Él no le dio importancia hasta que percibió los cambios de color, tamaño y forma. Por capricho o tozudez no iba al médico. Pero, fue. En su rostro aparecieron entonces visos de miedo, esos mismos que aún hoy le veo, cada vez que debemos acudir a consulta.

“Al principio aquellas lesiones, las cuales iban en aumento, clasificaban como carcinomas basocelulares. Me operé unos cuantos en el Centro Especializado Ambulatorio (CEA) Mártires de Girón. Tenía en la cara (tres), el pecho (tres), la espalda (dos), el brazo… ¡Ah, el brazo, ahí mismo estaba la lesión más grave! La biopsia reveló que se trataba de un melanoma, índice de Clark III. ¡Tenía cáncer de piel!

“Fui remitido a los servicios de Oncología, del Hospital Universitario Celestino Hernández Robau, de Santa Clara, pues es allí donde tratan este tipo de enfermedad. Me extirparon el lunar cancerígeno”.

Lamenta no haber recurrido a protección alguna contra el inclemente sol veraniego y “la resolana” en otras épocas del año. Jamás pensó que, a inicios del año 2014, ello le traería problemas. “El doctor me dijo que era por los rayos solares. ¡Imagina, con este color de piel, tan blanco, y pelirrojo! No me protegí, me expuse por años al astro rey, cuando iba a la playa, y por trabajo, pues escogí una profesión que me obligó a ello (técnico medio Forestal). Entonces estaba desde que aclaraba el día y hasta que se ponía el sol en el campo, en los viveros, durante años, más de quince, en una época en la que se hizo necesaria la reforestación del país.

“Ahora tengo que cuidarme mucho de los rayos solares, la luz de los focos fluorescentes… No puedo estar muy cerca del calor de la cocina. Buscar siempre las sombras y con bloqueador en cada momento, llevando una sombrilla, gorra y mangas largas”, refiere con pesadumbre.

A SOL Y SOMBRA

Tanto en Cuba como en el resto del planeta, el cáncer de piel está entre los de mayor incidencia. La doctora Olaine Gray, coordinadora nacional del Grupo especial de trabajo de cáncer de piel, del Ministerio de Salud Pública, refirió que en la Isla “se incrementa por encima de 8 mil los nuevos casos anualmente (…); su frecuencia de aparición se iguala en pacientes de uno y otro sexo, sin distinción de edad”.

Esta neoplasia maligna incluye lesiones de diferentes orígenes, donde predominan los queratinocíticos como el Carcinoma Basocelular (CBC) y el Carcinoma Espinocelular (CEC) llamados Cáncer Cutáneo no Melanoma (CCNM); y los melanocíticos como el Melanoma Maligno (MM).

El cirujano oncólogo Ernesto Cárdenas Flores, del “Hospital Viejo” en Santa Clara, recomienda los cuidados desde la infancia, pues los efectos del sol resultan acumulativos.
El cirujano oncólogo Ernesto Cárdenas Flores, del “Hospital Viejo” en Santa Clara, recomienda los cuidados desde la infancia, pues los efectos del sol resultan acumulativos.

El cirujano oncólogo Ernesto Cárdenas Flores, quien labora en el “Celestino Hernández Robau”, conocido como el “Hospital Viejo”, acota que “para muchas personas la presencia de lunares es algo frecuente; no obstante, es importante controlar su número, tamaño, color y diámetro”.

Experto en el tratamiento a tumores periféricos (relacionados con el cáncer de piel, esqueleto y partes blandas del cuerpo) opina que “el exceso de sol, específicamente la radiación ultravioleta, es la causa fundamental del cáncer cutáneo de tipo CBC, CEC y los MM, este último altamente invasivo, el cual puede llevar a la muerte. “Normalmente se diagnostica por encima de los 40 o 50 años, aunque encontramos pacientes entre los 20 y 30”, lo que antes era raro. Y explica: “Campesinos, pescadores y personas expuestas durante mucho tiempo al sol, suman la mayor cantidad de casos”.

La piel tiene una memoria prodigiosa y por ello las quemaduras sufridas en la infancia pueden tener graves consecuencias en la edad adulta. “Tal memoria consiste en la dosis acumulativa de sol, la cual vamos guardando a lo largo de nuestra existencia. Durante el primer año de vida, está prohibido tomar el sol, sobre todo después de las 9:00 de la mañana”.

Existen seis fototipos de piel y los sujetos más propensos a enfermarse “son aquellos con la piel muy blanca, rubios o pelirrojos y ojos claros, o sea, los que pertenecen a los fototipos I, II y III, quienes nunca se broncean y sufren quemaduras intensas. En los grupos IV, V y VI están los de piel un poco tostada, indios y negros, con pelo y ojos oscuros”, aclara el oncólogo.

CUANDO CALIENTA EL SOL…

Solmáforo: equipo diseñado para la medición del Índice Ultravioleta (UVI). Un número indica la intensidad de radiación UV relevante para la salud. La medición se efectúa por detectores ópticos y filtros UV. Enciende una luz de color (verde, amarillo, naranja, rojo o violeta) de acuerdo con lo establecido por la OMS. Ya se encuentra instalado en algunos países de la región, como Chile, Colombia, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, entre otros.
Solmáforo: equipo diseñado para la medición del Índice Ultravioleta (UVI). Un número indica la intensidad de radiación UV relevante para la salud. La medición se efectúa por detectores ópticos y filtros UV. Enciende una luz de color (verde, amarillo, naranja, rojo o violeta) de acuerdo con lo establecido por la OMS. Ya se encuentra instalado en algunos países de la región, como Chile, Colombia, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, entre otros.

“He visto cómo muchas personas practican deporte al aire libre; también a otras tostándose al sol, sin camisetas, sin protección alguna. Los he observado con niños cerca y me digo: si no se cuidan ellos, espero que por lo menos protejan la piel de sus hijos”, comenta preocupado José Antonio Hernández Sarmiento, meteorólogo del Centro Provincial de Pronósticos, quien durante años investiga acerca de la relación que existe entre las condiciones meteorológicas y la salud del hombre.

Con la llegada del verano comienzan los meses de más exposición solar. Cuba mantiene durante todo el año elevadas tasas de radiación ultravioleta (UV). “Los factores de mayor influencia en la conformación de nuestro clima son: situación geográfica próxima al Trópico de Cáncer; configuración larga y estrecha del archipiélago, el cual se extiende de Este a Oeste; relieve predominantemente llano con aisladas elevaciones; proximidad de la masa continental americana; estar rodeada de agua, y circular corrientes marinas cálidas; presencia de diversos organismos meteorológicos, entre otros, los que nos hacen muy vulnerables a padecer ciertas enfermedades cutáneas”.

Tomar el sol se ha considerado un hábito saludable; no obstante, “en exceso puede provocar ciertos problemas, como quemaduras, arrugas, pigmentaciones, cambios de la textura de la piel, y, lo que es más importante, cáncer de piel”. De la radiación ultravioleta (UV), el 95 por ciento son rayos UVA, y el 5, UVB. Los UVC no penetran nuestra atmósfera. “Los mayores índices ocurren entre las 10:00 a.m. y las 4:00 p.m.”, aclara Hernández Sarmiento.

Según la Organización Mundial de la Salud, el Índice de radiación ultravioleta (UVI) se clasifica en: de 0 a 2, color verde, riesgo bajo; de 3 a 5, amarillo, moderado; de 6 a 7, naranja, alto; de 8 a 10, rojo, muy alto; y de 11 hasta +15, violeta, extremadamente alto.

“Con estos datos, veamos el comportamiento del UVI en la provincia durante el verano: municipio de Cienfuegos: valor medio del UVI / 7-9 (días con 10-12); ciudad cabecera: 5.52, y entre 10-12 al mediodía; delfinario de Rancho Luna: 10-11 (días con valores de 13-14), hemos medido hasta 15.6, lo cual constituye un récord, y en el horario de las 10:00 a.m. es de 10”. Como ven resulta alto, muy alto y extremadamente alto en el territorio.

Ahora bien, si deciden “robarse el sol”, es recomendable valerse de ropa adecuada: el tejido debe ser lo suficientemente tupido y de color oscuro o pastel; usar sombreros o gorros de ala ancha para resguardar la región facial, también deben utilizar gafas. “Las sombrillas y sombreros protegen de los rayos UV que inciden de forma vertical, pero no contra la luz difusa producida por el reflejo sobre el agua, la arena y otras superficies. Estos son invisibles, y nos puede parecer que estamos preservados del sol, cuando en realidad no lo estamos”, acota Sarmiento.

A TOMAR EN CUENTA

Cada año se producen 130 mil casos de melanoma, el tipo de cáncer de piel más peligroso, y de 2 a 3 millones de otros cánceres cutáneos, como los carcinomas basocelulares y espinocelulares. Se calcula que 66 mil personas mueren anualmente por cáncer de piel. No solo la piel sufre. En todo el mundo existen alrededor de 15 millones de sujetos que han perdido la vista por cataratas, la principal causa de ceguera. Esta enfermedad constituye uno de los efectos a largo plazo de la exposición a las radiaciones UV.

De hecho, se supone que hasta un 20 por ciento de los casos se originan o agravan por la exposición dilatada al sol a lo largo de los años. Algunas investigaciones revelan que absorber demasiada radiación UV por la piel, influye negativamente en el funcionamiento de ciertas partes del sistema inmunológico, y puede reducir la capacidad del cuerpo para defenderse contra determinadas enfermedades como infecciones por bacterias, hongos, parásitos o virus. Incluso, muchos han notado que exponerse al sol les provoca erupciones repetidas de herpes labial o simple.

Tres nuevas lesiones llevarán a Jorge Luis por estos días al quirófano. ¿Malignas? La biopsia lo dirá, porque como ya saben, la piel tiene memoria…, “¡y nunca olvida, mi hermana, nunca olvida!”.

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Mercedes Caro Nodarse

Licenciada en Comunicación Social. Directora del periódico 5 de Septiembre. Miembro de la Unión de Periodistas de Cuba y de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales.

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