La mota imprescindible, el algodón

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Tal vez no haya planta en el universo vegetal tan vinculada a la vida del hombre como el algodón, a tal punto que es la fibra natural más importante  producida en el mundo. Desde que la especie humana descubrió que podía sustituir las pieles de los animales por otros tejidos para resguardarse de las inclemencias del tiempo, utilizó esas hilacha en confeciones de prendas de vestir.

Era un arbusto conocido desde la antigüedad en Persia y Babilonia. También las artesanías textiles egipcias eran en gran parte integradas poe él. La historia da fe de la alta calidad de la vestimenta de esas civilizaciones, sobre todo del atuendo sacerdotal, hecho de la fibra del denominado gossipyon.

También las referencias bíblicas a esta hebra son antiquísimas. Herodoto menciona al algodonero y dice que en su tiempo, allá por el siglo V a.C.,  se cultivaba en lugares tan remotos como la India. Sin embargo, en Grecia no parece que se familiarizaran con él hasta después de la conquista de la India por Alejandro Magno en el siglo IV a.C.

En cuanto a Roma, lo utilizaron de forma generalizada como fibra primordial para el tejido tras la conquista de Asia Menor.

El algodón no fue al principio un producto popular por su alto precio: sólo las familias pudientes podían permitirse el lujo de usarlo, y desde luego apenas trascendió a la España cristiana, donde era casi desconocido. Empero, la industria algodonera fue española en la Edad Media y continuó su importancia en Andalucía, sobre todo en la zona de Motril donde en el siglo XVIII y XIX era tan abundante su cosecha que alimentaba los telares catalanes y los de los talleres italianos de Livorno o Liorna.

En Perú, el cultivo de la especie local de Gossypium barbadense fue la columna vertebral del desarrollo de las culturas costeras, como la Paracas, la Moche o la Nazca y los incas. Se cultivaba río arriba y lo comerciaban con los pueblos de pescadores de la costa por grandes cantidades de pescado. Los españoles que llegaron al actual territorio andino encontraron a los nativos con ropa hecha de sus fibras.

Magia de la naturaleza
La cosecha mecanizada de una plantación algodonera/ Foto tomada de Internet

Las fibras de algodón se originan alrededor de las semillas del fruto, sus cápsulas tienen de 3 a 4 lóbulos que abren en la madurez, cada uno de estos lóbulos contiene de 5 a 10 granos y cada uno está recubierto por un gran número de fibras, de 10 mil a 20 mil por unidad.

Pudiera decirse que esos filamentos son unas excrecencias epidérmicas o tricomas, por lo tanto, no presentan lignificación y no pueden ser considerados como verdaderas fibras a pesar de que se utilice esta denominación.

Estos pelos tienen la forma de un tubo aplanado y presentan una estructura formada por una cutícula compuesta por una mezcla de cutina y pectina, una capa externa de celulosa, otra de depósitos secundarios casi totalmente compuesta por celulosa, unas paredes que rodean la cavidad central en forma de espiral llena de una sustancia nitrogenada.

La composición química de la fibra de algodón es de un 9 por ciento de celulosa, un 1,23 por ciento de proteínas, un 1,2 por ciento de sustancias pécticas, un 1,2 por ciento de materias minerales, un 0,6 por ciento de cera, un 0,3 por ciento de azúcar, y el resto por otros elementos.

El color de la fibra va del blanco al blanco amarillento o con tonalidades rojizas, su longitud depende de la especie, G. barbadense produce fibras de entre 34 y 42 mm, G. Hirsutum de entre 24 y 34 mm y G. Herbaceum de longitud inferior a 23 mm. Su diámetro también depende de la especie y oscila entre los 15 y los 25 micrómetros.

Del cultivo y otros requerimientos

El éxito de cultivo de las diferentes variedades del Gossypium requiere un largo periodo sin heladas, mucho sol, y una precipitación atmosférica moderada, en general del orden de 600 a 1200 mm. Los suelos tiene que ser, en general, bastante pesados, aunque el nivel de nutrientes no es necesario que sea excepcional.

En general, estas condiciones se cumplen en los periodos secos de los trópicos y de las zonas subtropicales de los hemisferios norte y sur, pero hoy en día una gran parte del algodón se cultiva en zonas con menos lluvias gracias a la utilización del riego.

Los preparativos para la producción del cultivo acostumbran a empezar a poco de la cosecha precedente, que se hace en otoño. El periodo de la siembra es la primavera en el hemisferio norte y oscila desde principios de febrero hasta principios de junio.

El área de los Estados Unidos conocida como South Plains (oeste de Texas) es la región más grande del mundo dedicada al cultivo de algodón. Aunque puede ser cultivado en las tierras secas (sin riego), un buen rendimiento solo lo consiguen con una fuerte dependencia por la irrigación, que aprovecha las aguas del acuífero de Ogallala.

Hay unas cuarenta especies de algodón, pero sólo cuatro presentan valor comercial: Gossypium arboreum L, originario de la India y Pakistán; Gossypium barbadense L, procedente de América del Sur. En tanto, el Gossypium herbaceum L, es propio del sur de África y la península de Arabia; y el Gossypium hirsutum L, común de América Central, México, el Caribe y Florida.

Usos más frecuentes

El 60 por ciento, más o menos, de la fibra de algodón es empleada en la elaboración de una enorme gama de ropa, desde camisas, camisetas, abrigos, chaquetas, hasta ropa interior, ropa de trabajo y pantalones vaqueros o jeans.

El aceite de la emill del algodón tiene elevado valor alimenticio/ Foto tomaa de Internet

También es frecuente su uso para ropa de cama, lencería, paños de limpiar, colchas, sábanas, toallas, batas o para insumos médicos como gasas y vendajes.

Otros productos abarcan lonas, filtros para acondicionadores de aire, balsas salvavidas, cintas transportadoras, carpas, neumáticos de automóvil, piscinas, cascos de seguridad o ventiladores de mina.

En Cirugía se emplea el algodón cardado en las curas de Guerin, y cuando se quiere obtener una compresión elástica; para hacer las hilas, que los ingleses preparan y prefieren a las de lino; las mozas son mechas de algodón impregnadas de nitro y clorato potásico. También usan el algodón impregnado en ácido fénico, ácido salicílico, árnica, glicerina, aceite esencial de trementina, percloruro de hierro.

El aceite obtenido de las semillas prensadas es considerado alimenticio y tiene un leve sabor a castañas, cuya coloración tiende a ser dorada o amarillo rojizo.

Otros beneficios

En casos de durezas de la piel, verrugas u otras afecciones cutáneas, funciona como emoliente, mientras que el algodón hidrófilo sirve para absorber supuraciones de la piel causadas por heridas, quemaduras o hemorragias.

En ginecología y andrología, la decocción de la corteza posee beneficios para inducir partos y aliviar los dolores causados por la dismenorrea o la amenorrea.

Además, posee acción abortiva y en algunos países lo emplean para mejorar el rendimiento sexual o en los casos de impotencia o frigidez. Además el contenido activo de la semilla presenta propiedades anticonceptivas en el hombre, al cohibir la espermatogenésis.

En casos de hemorragias menstruales o inflamación de la pelvis se debe realizar una decocción de la corteza, a razón de 125 gramos por litro de agua. Se deja hervir por 30 minutos.

Para estimular producción de leche en el período de lactancia recomiendan triturar finamente 40 gramos de semillas de algodón y agregarlas en ½ litro de alcohol no desnaturalizado (potable) para posteriormente dejarlo sellado por un período de 20 días. Luego de esto deberá tomar 15 gotas de la bebida, después de cada comida.

La infusión de las semillas, a razón de 40 g por litro es utilizado frecuentemente para casos de diarrea. Algunos estudios han demostrado en las semillas cualidades pectorales, febrífugas y anticatarrales.

Curiosidades al margen

Los cinco principales exportadores de algodón el 2011 eran: Estados Unidos, India, Brasil, Australia, y Uzbekistán. Los mayores importadores no productores son Corea, Taiwán, Rusia, Hong Kong y Japón.

Algunas compañías utilizan la ingeniería genética para alterar la naturaleza del algodón y que resulte, por ejemplo, de diferentes colores. Empresas multinacionales como Monsanto han producido semillas de las que se obtienen diferentes colores, especialmente el azul índigo que se utiliza en la confección de los pantalones vaqueros.

Las hilanderas, famosa pintura del artista español Velázquez/ Foto: Tomada de internet

En la Región Autónoma de Xinjiang (China) se han desarrollado plantas que producen fibras de colores rojo, verde, azul o negro. Otros, en cambio, utilizan la biotecnología para generar fibras mucho más largas y resistentes. La empresa Natural Cotton Colors patentó en 1990 dos variedades de algodón de colores naturales: marrón (Coyote) y verde.

Aunque parezca contradictorio el algodón dulce es un invento de un dentista americano, William Morrison y un confitero amigo y compatriota suyo, John C.Wharton, de Nashville, estado de Tennessee (USA) donde se celebra el famoso festival de country.

Fue ocurrencia de ellos fabricar en 1897 un artilugio que calentara el azúcar en un recipiente giratorio provisto de numerosos agujeros.

El resultado de aquel artefacto no podía ser más dulce ya que originaba una madeja de hilillos de azúcar llamada en Inglaterra fairy floss -seda de hadas-, y candy floss -seda dulce.

Como tenía el aspecto del algodón en copo se le llamó también así cuando en 1900 presentaron la máquina en la Exposición Universal de París, y en la Feria Mundial de San Luis de 1904, donde causó sensación y fue uno de los productos más vendidos.

Por último, la palabra “Algodón” es una voz procedente del hispano-árabe al-qutún. En el siglo X, en tiempos de Abderramán III, ya escriben algotón. En el tercer cuarto del XIII, en el Libro del saber de astronomía: algodón y alcotón.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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