La moda: ¿ángel o demonio?

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Injusto resultaría finalizar esta temporada dedicada a comentar sobre la moda y el vestir sin llegar a una postura concreta sobre este fenómeno social del que tanto solemos hablar, a veces para bien, pero generalmente mostrando su lado negativo… y es que la moda no solamente está en el vestir, sino que existe en casi todo cuanto nos rodea y que con ello se relaciona.

Como industria, necesitada de la constante creación de valores estéticos para luego hacerlos obsoletos, arcaicos y “pasados de moda”, no resulta plausible, pues conlleva a una sociedad de consumo ávida de cada novedad para sentir seguridad y aceptación en los demás.

Teniendo en cuenta que para ello determinan factores esenciales como lo son la situación económica, política y social, así como el contexto histórico de cada región determinada, sin pasar por alto los momentos específicos para los que se crea determinada indumentaria, el clima y la situación social globalizada.

El acto de vestirnos es una extensión en sí de nuestro cuerpo en función de muchos factores, pero que a la larga transmite constantes mensajes, involuntarios o no, que hablan de nosotros. La manera en que se vestía décadas atrás ha cambiado visiblemente hasta nuestros días aligerando la indumentaria así como modernizando y creando ingeniosos y prácticos diseños en la medida en que la sociedad evoluciona y surgen nuevos materiales para la industria. Pero otros cortes, diseños y estilos prevalecen como clásicos representativos del “buen vestir”, o “vestuario formal”, así como existen pautas de urbanidad y moralidad que seguirán normando el uso de determinadas prendas con carácter exclusivo para ocasiones específicas.

Como medio comunicativo de una sociedad y como arte en sí, la moda no debe ser considerada banal y menos aún superficial, pues constituye vehículo indispensable de expresión de un determinado momento histórico y región, portadora de un mensaje generalmente implícito; es renovadora y enriquece variedades de estilos.

El vestir, por su parte, continuará siendo una necesidad inherente al género humano y en la medida en que aprendamos a diferenciar entre la necesidad real y la creada (generalmente por los medios, hoy alternativos), resultaremos más auténticos y proyectaremos una imagen mucho más acertada y consecuente de nosotros.

Informarnos para elegir de manera apropiada qué ponernos en cada momento y qué nos hace lucir adecuadamente puede comenzar a marcar una pauta para crear nuestro propio estilo.

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Dianko Menéndez Orfila

Miembro de la Asociación de Artesanos Artistas de Cuba. Diseñador de modas.

Un Comentario en “La moda: ¿ángel o demonio?

  • el 1 septiembre, 2018 a las 9:35 pm
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    La moda (como reflejo social de la cotidiano) y el ser humano actual, tienen que ir de la mano, eso es una realidad. Otra cosa sería que “vivas a la moda”. Es harina de otro costal…Que personas serias se ocupen de los temas de la moda moderna, me resulta un logro, que reconozco. ¿Y porque no…?, siga escribiendo sobre estos tópicos interesantes. enhorabuena.

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