La mano que nos da de comer

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 33 segundos

Cuando mañana 25 de enero los trabajadores del sector alimentario celebren su Día, podrán contar, no como Donald Duck -el típico personaje de Dysney que todo lo contabiliza- y sí como el Pequeño Príncipe, los logros que han acumulado en el año que recién termina. Baste decir que durante la década del 90, etapa en la que más deprimido estuvo el sector, sus produciones se redujeron en un 40 por ciento y que en la actualidad se incrementaron hasta superar la cifra de antes del período especial.

Pero su gente no se ha circunscrito sólo a la alimentación, sino que a tono con los programas que lleva adelante la Revolución en el campo social, se ha sumado a las labores de construcción de escuelas y centros de Salud. En ese mismo camino, se esmeran por garantizar la merienda escolar, su batalla de estos tiempos.

Arduo han trabajado sus obreros para que los productos, de la canasta básica y otros, lleguen a la población con la calidad y regularidad establecida. Sus empresas, cada una con una labor específica, hicieron lo suyo para que Cienfuegos, por sexta ocasión, y compartida con otras cuatro provincias, fuera sede del acto nacional, lo que constituye un premio al esfuerzo.

Pero esos mismos que fabrican el soyur, el pan, elaboran los cárnicos, que muelen la harina de trigo, en fin, cantaron allí en el acto, como artistas de un notable movimiento de aficionados que dice mucho de la cultura de quienes se encargan de producir para satisfacer la necesidad primera de los seres humanos.

Un concurso literario sobre la vida del mártir del sector, Pedro Marrero Aizpurúa, fue premiado, al tiempo que se condecoraron obreros con la distinción homónima. El momento fue propicio para entregar, además, la medalla Jesús Menéndez a siete trabajadores, teniendo en cuenta su amplia y destacada trayectoria laboral.

Cuando Francisco Castillo Falcón, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Alimentarios, cerraba la jornada de salutación, tuvo palabras de encomio para el territorio y el trabajo de los obreros del ramo: “Cienfuegos es una provincia batalladora y deben sentirse orgullosos del trabajo desarrollado en 2004, condición que están comprometidos a rivalidar en 2005, un año que estará signado por el esfuerzo y las realizaciones”, concluía.

No cabe duda de que esta Industria es vital, por cuanto está al centro de los problemas de la población en una función esencial para los humanos: la alimentación. Mucho se ha invertido para garantizar sus producciones, las que insuficientes aún, hoy van ascendiendo y ello depende de las materias primas, las fábricas, las tecnologías, y del esfuerzo de su gente en la eficiencia y el control de los recursos. Por eso, el 25 de febrero, Día del Trabajador Alimentario, será un punto de partida hacia un peldaño superior.

Visitas: 53

Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *