La luz eléctrica en La Edad de Oro

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En 1889 Martí publicó la revista La Edad de Oro. En este caso se trataba de escribir para niños con un lenguaje tierno, que mantiene la veracidad y mediante narraciones captura la atención. Cada número contiene lecturas interesantes como cuentos, artículos de ciencias, industrias, artes. historia y literatura. Los temas seleccionados, “por mucha doctrina que traen en sí, no parece que la llevan, ni alarman al lector con títulos científicos ni lenguaje aparatoso”, así lo anuncia desde la introducción.

Con entusiasmo adelanta en la sección La última página de cada número lo que leerán en el próximo y eso lo lleva a prometer un artículo que no tuvo tiempo de publicar La Luz eléctrica. Pero sí dio a conocer algunos avances en los números tres y cuatro

A los hombres del futuro, les explicaba la utilidad de cada invento comparándolos con la naturaleza. “Se han de conocer las fuerzas del mundo para ponerlas a trabajar y hacer que la electricidad que mata en un rayo, alumbre en la luz”. De esta forma representa las aplicaciones de la energía eléctrica.

En el tercer número declara, “…Ni el artículo de La Luz Eléctrica,  que cuenta cómo se hace la  luz, y qué cosa es la  electricidad, y  cómo se  enciende  y  se  apaga,  y  muchas  cosas  que parecen  sueño: o cosa de  lo  más hondo  y  hermoso del  cielo:  porque  la  luz  eléctrica  es como la  de las  estrellas, ‘y  hace  pensar en que las  cosas  tienen  alma”.

En La última página del cuarto número aparecen fragmentos que caracterizan la electricidad, “Si pasa un niño en un velocípedo, (…) en sus ruedas que dan como una luz cuando andan, y van casi tan de prisa como la luz, que es lo que anda más pronto en el mundo. La luz no se ve, y es verdad, como que si se acabase la luz, se rompería el mundo en pedazos”. Este fragmento deja implícita la idea de la transformación de la energía y sus múltiples aplicaciones. Utiliza distintos recursos como el símil para promover la paz del futuro

(…) Y en qué ha de parar el mundo cuando sean buenos todos los hombres, en una vida de mucha dicha y claridad, donde no haya odio ni ruido, ni noche ni día, sino un gusto de vivir, queriéndose todos como hermanos, y en el alma una fuerza serena, como la luz eléctrica…”

 La Luz eléctrica, el artículo que no se publicó, contiene poesía en prosas técnicas, compara la electricidad con la naturaleza mediante actualizadas explicaciones científicas, en un lenguaje didáctico, sencillo y confía en que el hombre en el futuro va a desarrollarse y mantener la paz.

En coautoría con Luis Alberto Gradaille.

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