La hija de Milagros tiene su toga
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La mañana comenzó distinta para Milagros Cabrera Pérez. Después del café, se acicaló para uno de los días más importantes, aquel en el que su hija Yuleisy Abreu Cabrera tomaba posesión como fiscal, tras dos años de graduada como licenciada en Derecho. Su expresión denotaba orgullo por colocarle la toga, allí junto a la estatua del Maestro, en un acto formal de enorme significación.
Unos seis fiscales ingresaron en Cienfuegos a la Fiscalía General de la República, momento propicio para rendir homenaje al Alegato de Defensa del Moncada, del abogado Fidel Castro Ruz, hecho histórico para la nación cubana, transcurridos 63 años.
Firmaron además, el Código de Ética, que rige el trabajo en esa dependencia jurídica, que se caracteriza por la seriedad y compromiso para con el pueblo y garantes de la legalidad, así como ejecutores de la acción penal pública en representación del Estado.
El Himno de Bayamo, interpretado magistralmente por el coro Cantores de Cienfuegos y la presencia de familiares de los investidos, impregnaron al momento, además de solemnidad, comprometimiento para con su necesaria labor. Dos graduados de carreras no jurídicas, pero imprescindibles para el trabajo de la Fiscalía, firmaron el Código de Ética.
Lealtad a la Patria fue la palabra común de esta mañana, en momentos en los que disciplina, orden y honor, deben ser pilares en la conducta de todos los cubanos, como premisa para llevar adelante un modelo de sociedad esbozado desde que Cuba trazara su rumbo de criollos libres. Milagros Cabrera Pérez sabe que a partir de hoy ya no es la misma de antes, sino la madre de una fiscal de compromiso sellado con los suyos.
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