La “dictadura” que nos protege y los “asesinos” que nos cuidan

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En una sociedad funcional la anarquía no puede tener espacio, porque el orden y la mesura son, precisamente, los valores que la conducen. Corren tiempos difíciles para Cuba, signados por una pandemia que ha cambiado incluso los hábitos de vida en la particular idiosincrasia del cubano  y que nos “empuja” sin remedio, puertas adentro de los hogares, a subsistir con nuestras propias carencias y realidades.

La resiliencia del mundo, pero en particular de los cubanos, los isleños que habitamos en un archipiélago con la maldita circunstancia del agua, digámoslo con Virgilio Piñera, se ha puesto a prueba. Porque en medio del enfrentamiento a un virus respiratorio, el SARS-CoV-2, peligroso, contagioso y letal, los cubanos hemos debido luchar, además, contra las carencias materiales de un mundo en crisis, esa que nos pone en desventaja con el resto de la humanidad.

Sin que suene a cliché, porque es una realidad probada, el bloqueo económico y financiero de los Estados Unidos contra Cuba se ha recrudecido a los extremos más duros, y el país se ha visto imposibilitado de comprar insumos que resultan vitales para la economía de la nación y la supervivencia misma. Sin embargo, así, en medio de las más cruentas condiciones, Cuba ha logrado obtener candidatos vacunales y vacunas contra la Covid-19, lo cual hace pensar a muchos en el mundo de qué no serían capaces los científicos de esta especie de cuadrícula en condiciones normales, al contar con los recursos que demanda la investigación y la innovación.

Los enemigos de la Revolución cubana, y quienes hacen del anticastrismo un negocio, no piden el fin de ese bloqueo que asfixia a los cubanos y hace más difícil cada paso en la obtención de insumos para hacer frente a la difícil situación epidemiológica que enfrenta el país, sino que se prestan a hacer coro en las redes sociales para desestabilizar, a modo de campaña negativa, al crear una matriz de opinión falsa sobre la realidad cubana.

Para nadie es un secreto que faltan muchas cosas en la canasta diaria del cubano, que no todas las instituciones actúan de manera expedita a la hora de solucionar los problemas cotidianos del ciudadano común, y que nuestra sociedad es perfectible, de las mil maneras en la que podríamos, los cubanos de esta orilla, hacerla mejor; pero ¿acaso la anarquía es la solución? ¿La violencia el método? ¿La injerencia el camino?

Lo que ocurrió en Cuba no fue un estallido social, sino el resultado del uso de las redes sociales para incitar al disturbio y el desorden desde cuentas falsas. Sobre el tema, disertó en conferencia de prensa Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores: “Las dificultades económicas que hoy enfrenta nuestro país tienen diversas, múltiples implicaciones y dimensiones de naturaleza objetiva; repercuten en nuestro sólido sistema de Salud, en el suministro del servicio eléctrico, aunque ha habido, además, alguna avería, relacionada también con las limitaciones de estos años en combustible y mantenimiento. Repercuten en los alimentos, las medicinas, las colas, el desabastecimiento, los precios y las dificultades que nuestro pueblo conoce mejor que nadie, porque las vive todos los días. Es sabido que el gobierno de Estados Unidos identificó el impacto del virus y la pandemia como una oportunidad para reforzar el bloqueo con motivaciones políticas y aplicar lo que llamó medidas de máxima presión para reforzar la agresión a nuestro país. Ha sido un intento deliberado, cruel, oportunista de aprovechar las condiciones de una pandemia para intentar estrangular nuestra economía”.

Y el argumento peyorativo para usar en las redes sociales y referirse al gobierno cubano es “dictadura”, pero se trata de una “dictadura” que no ha mandado a los trabajadores a sus casas y ha respetado las garantías sociales de las madres trabajadoras y de las personas que necesitan algún tipo de asistencia; una “dictadura” que aun en medio de las más difíciles condiciones mantiene un sistema de Salud que cuida de sus ciudadanos frente a una epidemia que ha estremecido todas las columnas de la sociedad, y que se empeña en inmunizar a toda su población.

Una “dictadura” que vive en función de su pueblo, guiada por “dictadores” nobles que lo único hacen es proteger a la gente a la que se deben y para la que viven.

Una “dictadura” sin muertos, desaparecidos, secuestros, bandas paramilitares…

El vandalismo que se visualizó en los eventos protagonizados el domingo 11 de julio en Cuba, no mostró “asesinos” lanzando bombas de gases lacrimógenos contra el pueblo, ni criminalizó los escenarios sociales; mostró, sin embargo, a unos policías “asesinos” tratando de neutralizar la situación social, ante una conjunción de sucesos, como resultado del aliento de un golpe con disfraz de suavidad.

Esa es, entre otras, la función de la policía aquí y en la Conchinchina, aunque en nuestra Isla estos compañeros actúen con la benignidad no acostumbrada en ninguna parte. ¿Qué iban a permitir: que nos agredan, vandalicen, apedreen y destruyan nuestra obra? Sencillamente NO.

Ahora, algunos se rasgan las vestiduras por su supuesta “mano dura”  ¿Y por qué no hicieron o hacen lo mismo en relación con la violencia policial extrema en EE.UU. (donde asfixian y matan solo por ser negro), Chile (donde sacan los ojos), Ecuador, Colombia (el infierno de América Latina), Francia, España y otros país de la vieja Europa, donde los uniformados reparten mamporros a granel y, además, gases lacrimógenos, mangueras con agua y hasta disparos con balas reales. No, que no vengan con esa doble, triple y sucia moral de pacotilla.

Los cubanos seguimos prefiriendo la tranquilidad de nuestras calles y apostamos por la Revolución, imperfecta, pero que con todas las manos edificamos.

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

2 Comentarios en “La “dictadura” que nos protege y los “asesinos” que nos cuidan

  • el 15 julio, 2021 a las 11:38 am
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    Muy bueno su comentario, enteramente de acuerdo con sus criterios.

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  • el 15 julio, 2021 a las 2:37 am
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    A los del norte les ardió la reciente votación de la Asamblea General de la ONU, por eso dicen tanta cosa en contra de la patria de Martí, pretenden tapar ese aplastante resultado donde el mundo les dice que están mal.
    Piensan que los dichos mentirosos justificarán el bloqueo y demás fregaderas. Se equivocan, sólo se engañan a si mismos.

    Respuesta

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