La desazón de la sazón

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Si yo tuviera un negocio, que al cabo del tiempo resultara próspero, donde todos los días, desde que abriera, una marea de personas estuviera ante la puerta, una marea creciente, me sentiría orgullosa. Si yo tuviera ese negocio haría todo lo posible por mejorarlo, por hacer lo que fuere para no perder yo, pero a la vez, para mantener contentos a los clientes. Lamentablemente yo no tengo ninguno; pero Cimex lo tiene, y es casi como si no lo mereciera.

Antes, al menos había dos puntos, ahora solo queda el de la calle de Hourruitiner. Único sitio de la ciudad de Cienfuegos donde venden sazones en polvo. Recuerdo la primera vez que descubrí esas ventas. Fue en una de las calles perpendiculares al Boulevard de Obispo. Iba caminando con mi gran amiga S., cuando ella me invitó a pasar.

Atravesamos una puerta y ya no estaba en La Habana, sino en la India. Apareció una muchacha vestida como solo había visto en las películas de Bollywood. Todo ambientado y entonces las cubetas donde estaban los sazones.

Mucho tiempo después llegó a Cienfuegos este tipo de expendios, que antes solo existía en la modalidad “sobrecito de 5 pesos” y algún productor de otras provincias que se aparecía de vez en cuando con la muestra de lo que hacen en sus mini-industrias. Era de suponer que el público iría creciendo y demandando estas sazones que muchos prefieren utilizar en la cocina.

Como la tienda Eureka y otras del Boulevard están en reparaciones, todo personal interesado debe concentrarse en la calle de Hourruitiner. No importa a la hora que pases por allí, siempre verás una cola impertinente y sulfurosa, que no cesa, solo crece. Gente bajo el sol por temor a que otros se cuelen e igual cantidad en la acera de enfrente, sentados en los contenes, como si no tuvieran prisa, aguardando por su turno. Dentro, el lugar es en extremo pequeño y a lo sumo dejan pasar a cinco clientes, lo cual provoca que la espera se prolongue aún más.

¿Existe algún manifiesto donde esté escrita la obligación de que el cubano deba ser parte de al menos una cola —larga, incómoda, con pleitos, pesada y absurda— al día (bueno, siempre son más)? ¿Es a propósito la contaminación con ese hastío, esa irritación, que va subiendo a uno de tono y de color, echando a perder el mejor de los días?

Creo que cada cual debe velar por su negocio y si advierte que es próspero, la lógica debiera indicarle, al menos, que debe hacer algo. ¿Por qué no redistribuyen las sazones en varios puntos para que la cola excesiva no lo sea tanto, hasta que se agote, hasta donde alcance?

Yo nunca fui buena en Matemáticas, mi profe Toledo lo sabe; me esforcé muchísimo, pero indudablemente eso de los números, las cuentas y los algoritmos no son para mí. Por eso, si tuviera un negocio tendría que conseguir un buen amigo asesor económico. Pero si lo tuviera, uno de verdad, que me diera ganancias, nunca ignoraría lo que sucede en la calle de Hourruitiner.

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Melissa Cordero Novo

(Cienfuegos, 1987). Licenciada en Periodismo. Miembro de la Asociación Hermanos Saíz. Egresada del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso en 2012.

13 Comentarios en “La desazón de la sazón

  • el 6 octubre, 2016 a las 11:01 am
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    Pienso que nosotros mismos tenemos culpa de muchas cosas que suceden, nos maltratamos y permitimos el maltrato; es muy cierto lo que dices, y me pregunto: ¿es este el único lugar donde se puedan vender estos productos? ¿O es que nos gustan las colas? Mira, muchos te atienden porque no les queda otro remedio, le preguntas algo y están en otra cosa, de verdad que se ha perdido el buen sentido de la atención al cliente, el sentido de pertenencia; es penoso ver la cantidad de personas que se reunen allí para adquirir la sazón deseada, y más pena me da cuando el que esta allí viene de otro lugar o país a comprarle estos productos a la familia. !Qué pena la cola que tienen que hacer! Esto, como quiera que sea afecta, la economía y el buen ánimo de prosperar en el buen servicio.

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    • el 6 octubre, 2016 a las 11:33 am
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      Muy cierto. Debemos continuar el ataque, este es nuestro modo, ojalá los responsables entiendan, y hagan, el suyo.
      Saludos

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      • el 7 octubre, 2016 a las 1:08 pm
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        Sí, continúen el ataque, si alguien puede influir fuertemente en que muchas cosas cambien para bien, son ustedes los periodistas. Saludos.

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  • el 4 octubre, 2016 a las 12:20 pm
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    Oye Melissa, leo siempre tus artículos sobre Cienfuegos… en Montraal… Cuando voy a la Perla, hay una cosa que me llama la atención de algunas tiendas del Boulevard… ¿por qué las que tienen aire acondicionado, siempe tienen la puerta de entrada abierta? Quiero decirte, que en algunas he ido a cerrar la puerta y el portero o alguna persona me ha dicho, de dejarla abierta. ¡¿?!…. vaya, con el calor que hay en Cuba y maltratando esos aires acondicionados… es insoportable, pues como bien tú dices, los propios empleados son los que deberían preocuparse por tener el local limpio, ordenado y con las mejores condiciones para ofrecer un servicio adecuado y con calidad… ¡cuídate!

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    • el 4 octubre, 2016 a las 12:27 pm
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      Hola Alejandro, gracias por comentar. Así es, se ve de todo.

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    • el 26 octubre, 2016 a las 11:26 am
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      Nada, que si deja la puerta abierta, ya no tiene que hacerlo él, que aunque sea una de sus funciones, la de recibir al cliente y lo voy a decir de forma chabacana: no está pa’ eso.
      Ah, pero nadie se lo exige tampoco.
      Con las “shopping” en Cuba pasan muchas cosas. Primero, que en Cuba el cliente nunca tiene la razón. Que me diga alguien que no ha tenido que hacer una innecesaria cola en la entrada de una tienda porque dentro esta “llena” con 6 personas. Nada, que así el PORTERO, así con mayúsculas, se siente importante y trabaja menos.
      Como las cadenas de tiendas casi no tienen competencia, se dan el lujo de maltratar a los clientes de todas las posibles maneras; de hecho, en eso sí que son creativos, en inventar nuevas maneras. Y eso sumado a la excusa tan popularmente extendida de sus trabajadores, de la poca remuneración económica, que usan para justificar que les interesa más no trabajar, solo cumplir con el horario. Excusa que ya a mí no me vale, pues cuando alguien viene a salirme con esa, siempre le digo: ¡no me hagas cuentos, vete a trabajar pa’ lo particular…!
      Saludos.
      Sigan así, muy pero muy buenos los artículos. Sería bueno que sacaran algunos artículos investigativos bien críticos sobre algunas cosas de la ciudad, como que esta muy sucia. En los lugares donde venden pizzas y/o dulces las personas arrojan los papeles a la calle como si nada y algunos de estos puestos de ventas, ni cestos tienen. Hay que multar fuertemente a las personas. Las calles del Casco Histórico, por citar como ejemplo solo el centro de la ciudad, están en pésimo estado y no hay agua potable en casi ninguna parte del mismo. Hace años que los vecinos recibimos el agua en pipas y no se resuelve el problema y ya lo más que llenan los tanques es dos veces al mes.

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  • el 3 octubre, 2016 a las 9:00 pm
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    ¡Hola, Meli! Gran artículo. Nuestro país necesita fomentar la política del mejor servicio y el cliente/consumidor como primer y más importante eslabón de la cadena; por ejemplo, en países de América Latina menos instruidos que el nuestro, los negocios se caracterizan en su mayoría por su dinamismo, mientras más clientes pasan por caja, mayor es el flujo de capital, por lo cual siempre se piensa en cómo optimizar el proceso. Lamentablemente en nuestra Isla nos hemos descuidado un poco de satisfacer al cliente y solo nos interesa el cumplimiento del horario laboral, eso unido a la carencia o la poca existencia de puntos de venta, es un detonante para nuestra economía. Creo que hay que trabajar mucho, pero la solución existe. Excelente y valiente artículo como siempre. Un abrazo.

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    • el 4 octubre, 2016 a las 8:29 am
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      Hola Leonel!!!, gracias, muchas, por comentar. Así es, tienes toda la razón. Exactamente eso es lo que sucede, lo que nos sucede y tanto afecta a la economía y al bienestar. Ojalá algún día se solucione. Otro abrazo.

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  • el 3 octubre, 2016 a las 1:03 pm
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    Profe, y lo más cómico del caso es que Nestico, el pequeño retoño de Meli, y mi Rosabel, siguen nuestros pasos, resulta que mi peque con sus 3 años de edad identifica los números y los nombra y sabe contar hasta el 15 sin equivocarse, y por las letras casi ni pregunta, … y el Nesti, que hasta enero no cumple sus 3 añitos, se sabe las vocales perfectamente desde hace más de 1 año, y ahora cuando fui en las vacaciones me impresionó nombrando muchas más letras y consonantes del alfabeto, y tiene una sed incansable de aprender letras, cada vez q pasa por un cartel pregunta ¿qué letra es esa?, y las busca en los periódicos, libros y carteles. Mi niña me pregunta por números y mi sobrino postizo por letras, de tal palo tal astilla!!! jajaja, porque ni yo quería saber de historia, ni Meli quería saber de matemática,… y eso que tuvimos buenísimos profesores en ambas materias!!! jeje

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    • el 4 octubre, 2016 a las 8:27 am
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      Así es Rosi, definidos los nenes de pequeños, yo, la verdad, em alegro mucho que el mío ame las letras, pero ojalá salga inteligente también en las matemáticas, jajaja. Beso grande.

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    • el 7 octubre, 2016 a las 12:56 pm
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      Realmente notable lo de estos nenés. Si la inteligencia se hereda seguramente serán buenísimos, cada uno en su especialidad. En mi caso tengo de todo, una hija ingeniera y un hijo filólogo.

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  • el 3 octubre, 2016 a las 8:46 am
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    jajajaja, gracias profe. Un abrazo grande.

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  • el 3 octubre, 2016 a las 8:41 am
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    Puede que no hayas sido muy buena en Matemática, como tu dices, pero tienes un razonamiento lógico envidiable, mucho mejor que el de los que atienden el negocio de la calle Hourruitiner. Saludos.

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