La chica del clima

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Aunque fue iniciadora del “parte del tiempo” en televisión, junto al experimentado MSc. Gonzalo Alfonso Calzadilla, a Sinaí Barcia Sardiñas puede parecerle frívolo que le llamen como a las presentadoras de la meteorología en canales de todo el mundo, “la chica del clima”. Pero serlo era su signo.

Para cuando se inició en estas lides, hace ya 16 años, Sinaí era pupila del Departamento de Pronósticos del Centro Meteorológico Provincial de Cienfuegos. Había estudiado geografía pura, y nunca imaginó trabajar en predicciones. Llegó allí por esas eventualidades del servicio social, pero hoy tiene la certeza de que no por casualidad le tocó el lugar exacto.

Hizo su entrada por todo lo alto. “Se dice que nadie es un pronosticador consumado hasta que no pasa por un ciclón. A mí me tocó recién graduada. Empecé a trabajar en septiembre de 2001 y en noviembre llegaba el huracán Michelle; pasaría por el territorio, justo la noche en que por la rotación me tocaba hacer la guardia.

“Fue una jornada interminable desde las 7 pm cuando el poderoso organismo tocó tierra en Aguada de Pasajeros. Estaba asustada, pero no sola. Como en situaciones de esta naturaleza los consagrados no se mueven del centro. Estaba atrapada en la oficina, en medio del temor al viento, las lluvias, un verdadero torbellino… En el que iban y venían, analizaban datos, trayectorias, llamadas al radar, análisis. Yo inexperta, no sabía qué hacer. Atendía a todo, aprendía.

“La mayor angustia era no poder saber nada de mi casa que tenía el techo de tejas y mis padres, como habían desconectado el teléfono tuve que esperar a que pasara el ojo, para darles una vuelta y regresar, aprovechando esa calma momentánea.

“Este fue mi estreno, bien intenso. Una gran experiencia visto desde la distancia, el acierto de mis colegas sobre el rumbo, el haber evitado la pérdida de vidas con ese seguimiento minuto a minuto, las alertas constantes por la radio, a la defensa Civil… Entonces comprendí el mérito de ser pronosticador”.

Aquella noche la joven maduró aceleradamente como profesional. No habían pasado nueve meses y ya integraba el Grupo Científico a cargo del prestigioso Dr. Antonio de Jesús Fernández García.

“Me hice cercana a Tony porque conocía el sistema de información geográfica, tenía habilidades para la confección de mapas y él me tomó para sus proyectos nacionales e internacionales de estudios sinópticos, en los que sentó pautas en el país.

“Bajo su tutoría, como tantos otros colegas, me hice Máster en Ciencias Meteorológicas, y cuando él nos faltó, me encargaron asumiera su lugar al mando del grupo, sólo su puesto, porque creo que como científico Tony era insustituible. Él estableció patrones para interpretar y mejorar el acierto de los pronósticos, y esa es una cota muy alta que nos legó”.

Pero otra vez el destino pondría a la muchacha frente a los dilemas del clima: organizar las actividades de climatología y agrometeorología, crear un grupo de servicios mediante la emisión de boletines útiles para empresas y entidades de ciencia, fue su encomienda.

En paralelo, diversificaría las líneas de análisis del comportamiento histórico de fenómenos meteorológicos extremos como la sequía, las tormentas locales severas, los ciclones.

“Empecé a generar resultados: actualicé las guías climáticas hechas por el profesor en 1993, luego me empeñé en confeccionar el atlas climático de la provincia”.

En 2015 se inserta en un proyecto de monitoreo de la contaminación atmosférica, actualizando la relación de fuentes contaminantes que databa de 1996, luego las caracteriza.

“Los cálculos de los volúmenes de esas emisiones fue un trabajo que concluí el año pasado, cuando esas fuentes integraron el inventario nacional. La investigación mereció Premio Relevante por el Instituto de Meteorología (INSMET) en 2016″.

Con proyectos del prestigioso Centro de Estudios Ambientales (CEAC) ha colaborado con sus valiosísimas estadísticas del comportamiento de variables como la temperatura y las precipitaciones en un periodo determinado.

Ha integrado equipos multidisciplinarios para evaluar la Climatología sinóptica de los macroprocesos de la circulación atmosférica en el entorno de Cuba, y su aplicación en los pronósticos de precipitación y temperatura a diferentes plazos; también en el estudio Sistema físico estadístico para el desarrollo pronósticos de variables meteorológicas y de servicios climáticos a la agricultura.

“Entre las oportunidades que más valoro está la participación en 2012 de un proyecto internacional sobre clima, en colaboración con la Academia Nacional de Investigación de Cuernavaca, Morelos, México. También haber sido durante tres años miembro del Consejo Científico del Instituto de Meteorología.

“Durante 2015- 2016 hicimos un estudio sin precedentes para la provincia. La influencia del evento ENOS, El niño, Oscilación del Sur, en uno de sus tres períodos más intensos-, y que tuvo gran impacto en el comportamiento del clima en Cienfuegos, con anomalías de consideración, por ejemplo en la temperatura. El 2015 fue el período más cálido en la historia de la provincia y se rompieron cinco récords de máximas, recuerda. Fue Premio Relevante en el Fórum de la delegación provincial del CITMA.

“La idea es que esos resultados nos ayuden a pronosticar, cuando el ENOS influya nuevamente sobre el territorio”.

El estudio del clima urbano, una indagación que lleva de conjunto con el Centro Meteorológico de Villa Clara, cuenta entre los aportes recientes de esta investigadora agregada.

“Participé además en otro resultado relevante del INSMET, el estudio de la variabilidad y tendencias del clima en Cuba, (otra vez el clima,- ríe-), caso de estudio La Isla de la Juventud, un proyecto nacional que lidera el Centro Nacional del Clima”.

Indago en su currículo, en 2015 fue elegida junto a otra especialista cubana para integrar un grupo internacional de expertos que examina las variaciones y tendencias del clima en el área de Centroamérica y del Caribe, proyecto del Comité regional de Recursos Hidráulicos que radica en Costa Rica. Durante un taller regional en Guatemala y en varios escenarios, también se ha elogiado el rigor de sus resultados.

Asesora a estudiantes, da clases a maestrantes, tutorea tesis de pre y post grado; cuenta con más de una veintena de publicaciones especializadas, y ha participado en al menos dos decenas de congresos y convenciones. Todo en 16 años.

Conocimientos sobre meteorología tropical, meteorología por satélite, métodos estadísticos de la climatología, figuran entre las materias de sus postergados; sorprende su dominico de varios idiomas, francés, inglés, portugués, y hacen dudar a más de uno sobre si existe otra dimensión del tiempo para ella.

Hay más. Su equipo, ahora llamado Grupo de Meteorología Aplicada, transfiere a colegas de todo el país herramientas informáticas, soporte para sus análisis: “Sucede que no siempre he tenido todos los investigadores que necesito-, fluctúa mucho la fuerza de trabajo-, y me he visto precisada a crear instrumentos que me hagan cómputos y análisis más ágiles”.

Ocupan un lugar preferencial en sus aspiraciones como científica: “conducir un proyecto nacional sobre la percepción de sensaciones térmicas, una línea muy actual a propósito de los efectos del cambio climático mundial, pues aspiro a tener equipamiento para medir efectivamente las emisiones al ambiente y convertir eso en un servicio estatal.

“Solo quisiera más tiempo para investigar, porque a veces me ocupa mucho mis funciones al frente del grupo; y dedicarme por entero a la climatología… ¿qué por qué me fascina?, porque tiene mucha relación con la estadística y la matemática”, -nada extraño si se conoce que es hija de renombrados profesores de esa ciencia- ah y “porque es la materia más afín con lo que estudié”.

Todo eso lo descubrió en el Centro Provincial Meteorológico a donde no llegó por trivial obra de la casualidad; lo aprendió en aquellas horas infaustas de huracanes y desvelados pronósticos, con los retos de su eminente tutor que le retó a inventarse otra dimensión del tiempo solo para investigar. Nada fútil para la comunidad científica, que reunida a propósito de celebrar su día, ovacionaron entre los más consagrados del año -y lejos de toda frivolidad-, a Sinaí, la “chica del clima” en Cienfuegos.

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2 Comentarios en “La chica del clima

  • el 19 enero, 2017 a las 3:17 pm
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    He querido escribir algo lindo sobre la emoción q he sentido al leer este artículo pero definitivamente no se me da bien eso de escribir bonito…lo más importante es no dejar de hacerte saber querida Sini el orgullo q se siente al conocerte desde que eramos niñas y saber ahora en la Prestigiosa científica q te has convertido siendo aun tan joven..pq lo somos vale?? jaja…Saludos a tu familia…un beso grande

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    • el 30 enero, 2017 a las 12:37 pm
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      Muchas gracias Miriela, lo más relevante de esta joven científica es su humildad, porque ni yo que la he seguido desde niña imaginaba su ejecutoria y lo que nos ha dejado en saberes, modestamente, como los genuinos científicos. Me enorgullece pensar que seguirá los pasos de nuestro admirado Tony. gracias por su comentario. Ismary

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