La Aragón que nos honra

El orgullo generalizado entre todos nosotros, debido al otorgamiento del Grammy Latino a la Orquesta Aragón por el disco Ícono, tiene buena parte de su explicación en detalles que lo imbrican con nuestra identidad. Nada más el hecho de que como portada del mencionado disco, aparezca la foto de la fachada de la emisora Radio Progreso, nos habla de la estrecha relación de la aclamada orquesta con la nonagenaria estación radial.

De tan solo escuchar el tema musical que ha identificado a Progreso durante prácticamente seis décadas, con música de Rafael Lay Apesteguía, y texto de Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, lo asumimos como todo un símbolo sonoro de nuestra arraigada cotidianidad. Pero es que, a la vez, también durante muchos años, quizá el programa más popular no solo de Progreso, sino en la historia de la radio cubana, Alegrías de sobremesa, de Alberto Luberta, contaba todos los lunes con la presencia en vivo de la Orquesta Aragón en el emblemático Estudio No. 1, además de que, los domingos, el locutor Jesús López Gómez conducía, con su personalísimo estilo, otro espacio dedicado a la música de los muchachos de Lay.

Sin lugar a duda, estamos haciendo referencia a un auténtico evento cultural protagonizado por esta orquesta, que desde sus primeros tiempos contó con el talento y la pericia profesional necesarios para llegar hasta el corazón de generaciones de cubanos que la han hecho suya. No por gusto, Rafael Lay Sánchez –el nieto de Apesteguía– se ha estrenado como compositor y arreglista de uno de los temas del disco, el titulado 80, en el cual, desde su dinámica juvenil, alaba el respeto y la admiración por la orquesta de sus ancestros.

Sirva el fragmento final de las notas discográficas de la musicóloga Laura Vilar para el disco Ícono como un intento de exponer, en pocas palabras, el porqué de nuestra emoción ante semejante galardón: «El sonido de la Aragón identifica a Cuba, nos define dentro y fuera de la patria, simboliza valores propios que legitiman al pueblo cubano, porque han sabido mantener la tradición construyendo en paralelo nuevos caminos con sus propios códigos. Ahí radica su esencia. Con Ícono se enciende nuevamente el candil de excelencia de los creadores cubanos, se enaltece a aquellos músicos que iniciaron el camino de esta orquesta, se deja testimonio sonoro de una creación musical contemporánea que resulta de 80 años ininterrumpidos de labor, se le entrega al público cubano y del mundo los valores de una cultura musical de altos quilates, plena de cubanía».

(Tomado de Granma)