Julio Valdés, un hombre que fue más allá de la música (+ Videos)

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Esta es la historia de un hombre que marcó la memoria de cuantos le conocieron, y que sin embargo, parece haber sido secuestrado por el olvido. Fue un cubano, patriota, que en abril de 1961 no vaciló en alistarse como miliciano del Batallón 339 de la Perla del Sur cuando el ataque mercenario a Playa Girón. Un cienfueguero conocido en toda la Isla por su carácter jovial, dicharachero, jaranero, de personalidad ocurrente, original y simpática, y distinguido por sus valores ético-morales, políticos y profesionales. Así era Julio Valdés, a quien llamaban “Cobarde” en ámbitos familiares, artístico-musicales y hasta patrióticos.

En su natal Cienfuegos dio sus primeros pasos en la música. De él conservo testimonios como los del cantante, guitarrista y tresero Felito Molina, acerca de la osadía de Julio durante los combates en Playa Girón. En sus recuerdos Felito se remontó al escritor Ricardo Jiménez Monteagudo, quien divulgara esta anécdota sobre Julio: “Con tan solo 32 años de edad, subido en la azotea del aeropuerto de Cienfuegos mientras disparaba con una ‘metralleta’ a los aviones piratas”.

Desde muy joven Felito conoció a su coterráneo Julio, con quien comenzó su vida artística en un trío junto al cantante de la orquesta Aragón, FeloBacallao. “Cobarde” organizó con músicos noveles de su demarcación un grupo musical llamado Jóvenes Estrellas. Luego integró las orquestas cienfuegueras de Efraín Loyola y su Ritmo Propio; Ritmo Alegre, de Céspedes o Los Hermanos Pintao; Revelación, y los conjuntos de Félix Ordoñez y el de Nelo Sosa. Con esas agrupaciones, muchos clubes y plazas públicas cienfuegueras acogieron al naciente cantante y músico.

“Es a Joseíto Céspedes, ‘El Pintao’, a quien se le ocurre invitar a Julio a cantar en su orquesta, testimonió Efraín Loyola. Después de esa incursión, Julio estuvo en otros conjuntos —como el de Félix Ordóñez— hasta que vino para mi orquesta y convirtió en hits números de mi autoría como Perfidia, Nuestra canción, y los danzones Tú eres mi adoración, y Si yo fuera Rey.

Cantó en la orquesta Típica del flautista Efraín Loyola./Foto: Bob Dalby
Cantó en la orquesta Típica del flautista Efraín Loyola./Foto: Bob Dalby

“Julio, rememoró Loyola, tenía una señora voz, de buen centro; y fortaleció mucho la orquesta. Hizo una verdadera creación en la interpretación con un nuevo sello, a pesar de que esas piezas se tocaban ya en La Habana por la orquesta Fajardo”.

Muchos de esos cienfuegueros que hicieron época en la música cubana están ya en otra dimensión. En su momento Estanislao Sureda, Laíto, comentó que Julio “fue un gran amigo. Era muy buen cantante… seguro que era buenísimo. Yo gocé muchísimo con él, era muy ocurrente y fue famoso en La Habana y en toda Cuba cuando dio el ‘palazo’ con Caimitillo y Marañón-Cobarde, que fue Disco de Oro. ¡Qué Dios lo tenga en paz… en la Gloria! Cantó en la orquesta Típica del flautista Efraín Loyola, en “Melodías del 40”, y en la de Pancho El Bravo.

“Julio era un tipo popular  —continuó Laíto—, todo el mundo lo quería y lo vacilaba. La juventud es la que no conoce todo sobre él, pero donde haya músicos o gente que sabe de esa época cuando se escuchaban las victrolas, puedes preguntar: ¿Tú te acuerdas de aquel cantante que dijo: ‘Cobarde, tienes miedo de quererme…?’ Y te dirán: “Ese es Julio Valdés”.

LLEGÓ, GRABÓ Y ALBOROTÓ

En la Villa de San Cristóbal  de La Habana, también bañada por el mar, se incorpora a la orquesta que amenizaba los bailables del cabaret Montmartre, y en ocasiones se hacía acompañar por el pianista cienfueguero Rubén González. Allí se codeó con importantes directores de agrupaciones, quienes lo captaron como cantante principal. Grabó varios fonogramas con las orquestas de Neno González, la de Pancho El Bravo, de NinónMondejar, América, la de Rosendo Rosell, Melodías del 40, Sublime, Sensación. Así fue, hasta que creó la orquesta que llevó su nombre: Julio Valdés, que devendría Típica Sonera.

El talentoso músico trabajó siempre en orquestas con formato de charanga. “Aquella etapa musical creada por él —tal como da fe la revista Bohemia,con fecha del 27 de octubre de 1972—  se impuso con el danzón-cha, un estilo montado en típica con la variante de mezclar en un danzón instrumental, partes de un melodioso bolero, y el sabroso ritmo del montuno chachachá”, evoca.

Muchas personas recalcan la cubanía  de Julio, su madurez artística, originalidad y el respeto por las raíces. Entre ellas Pío Leiva, El Montunero de Cuba, quien dejó dicho: “Julio era muy noble. Ganó mucho dinero, pero dinero… Él era muy parecido al Benny, a quien no le interesaba lo material. Le gustaba cantar y vivir bien, disfrutar de los placeres de la vida, comer, beber. Era un buen cantante, ahí están sus discos ¿no? Fíjate que llegó, grabó y alborotó. Perteneció a la firma discográfica Velvet, donde ganó el Disco de Oro. Ese Cobarde metió un palo…, como decimos nosotros. Julio era muy buena gente, buen amigo, era sencillo siendo una persona con tanto nombre. Lo de él era su música”.

En giras nacionales para amenizar los carnavales y las fiestas tradicionales populares que indistintamente se sucedían por toda la Isla, Julio Valdés compartió escenarios con Benny Moré, Pío Leiva, Tata Güines, “la Aragón”  y otras tantas importantes figuras del patrimonio musical cubano. “Era un gran cantante; en mi orquesta yo no ponía boleros y Julio era muy buen bolerista, —aseguró Ninón Mondejar—;  lo que él cantaba conmigo erachachachá y el repertorio viejo que yo tenía y que Julio se aprendió muy fácil. Eso fue lo que tocamos en Europa. Fui a buscarlo cuando reorganizamos la orquesta para ir al  VII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes de Viena, Austria(1959). Fue muy buen cantante y muy buen compañero. Era una gran gente, alegre. No tuvo problema alguno al aceptar que las funciones en el Festival fueran gratis, condición que sí disgustó a otros músicos. Antes de regresar a Cuba actuamos en Viena, Moscú, Helsinki, París y Madrid”.

En el intento por reconstruir la historia musical de Julio, Pancho El Bravo recordó que él “fue el primero en grabar Caimitillo y Marañón-Cobarde  con su orquesta, aunque Rosendo Rosell, al matrizar la placa, le  llamó Orquesta Cubana de Julio Valdés. Incluso, contrariamente a lo que se sabe, la orquesta Aragón copió el arreglo musical para estar a tono con la popularidad que por esos años logró alcanzar Julio con su Cobarde…. Era de una voz potente, sonora, con excelente pronunciación. Tenía una gracia… Yo fui el creador del ritmo tira tira, y Julio su primer intérprete. Bauticé a Julio con el apodo de “Caballo”. ¡Qué clase de potencia tenía en la voz; era un caballo!”.

MÚSICO Y PATRIOTA

La voz de la participación de Julio Valdés en los acontecimientos de la invasión mercenaria a Playa Girón se esparce entre los músicos.Julio Valdés y su Orquestaque cambia de nombre por Típica Sonera le reconoce su gesto heroico por iniciativa de Ismael Pipe Crey, ejecutante de la percusión menor en esa orquesta y más adelante organiza un homenaje por haber sido Julio un gran músico y un patriota que peleó en Girón, exponiéndose al peligro. Otras dotes del cienfueguero ilustre elogió Pipe Crey y confesó que gracias a Julio Antío Valdés Garmendía (1929) aprendió a ver la orquesta como un colectivo familiar, donde “todos debíamos preocuparnos entre sí y a velar por la imagen que el público merecía recibir de sus artistas”.

Durante la década del 60, entre las once y media y las doce del mediodía, Julio Valdés y su Orquesta tenían su programa diario en vivo en la emisora Radio Rebelde. Su segunda casa fue Radio Progresocon la participación asidua en Alegrías de sobremesa y la Discoteca Popular.

Con su orquesta, el artista exclusivo de la Velvet, tuvo frecuentes apariciones en programas televisivos como San Nicolás del Peladero, y en emisiones del mediodía bajo la conducción de Cepero Brito.

Los Jardines de la Tropical, el Hatuey de San Francisco de Paula, diversas locaciones en Bauta y del territorio nacional, fueron espacios donde Julio como voz líder de varias orquestas participó en bailes públicos. También en el Club Social de Buena Vista y otros clubes como el Isora Cruz, el Rosa Enríquez, Las Águilas, y Jóvenes del Vals, donde  solía presentarse como cantante de las orquestas Melodías del 40, Sublime y Sensación.

En consonancia con el apotegma martiano que incita a “reconocer la virtud a tiempo para que no se agrie el corazón”, en este caso de los familiares, amigos y seguidores del arte musical de Julio Valdés, hago este tributo a él y a otros colegas suyos que han sido paradigmas de riqueza profesional, integridad y arrojo.

Existen algunos atisbos por sacar a la luz el quehacer musical de ese hijo de la ciudad decimonónica de Iberoamérica, la primera de esta región en recibir la condición de Patrimonio Cultural de la Humanidad (UNESCO, 2005). Uno de ellos, fue la investigación del Centro de Desarrollo de la Música Cubana (CIDMUC) que arrojó el CD Antología Feliz Navidad (2001), de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM) que entre sus 18 cortes grabados en su tiempo por  varias agrupaciones cubanas se encuentran los temas Rosada Navidad y Reyes Magos a cargo de Julio Valdés y su Orquesta.

Resulta curioso además, descubrir que una orquesta europea en un concierto acontecido en 2010 en esa zona geográfica, haya interpretado esa pieza devenida hit parade por Julio Valdés en Cuba y en Latinoamérica durante las décadas del 50 y 60 del siglo XX.

Más detalles sobre la irrupción en el Viejo Continente de Caimitillo y Marañón-Cobardequedan pendientes para otro argumento sobre el transitar de esa creación Rosendo Rosell-Julio Valdés.

Otra satisfacción que alude al intento por salvar del olvido a este artista cubano es que desde octubre de 2014 el sitio Amazon vende el sencillo Caimitillo y Marañón / Cobarde, Disco de Oro a Julio Valdés; y también tiene en venta el CD Perlas Cubanas. Son Danzón Cha de Rosendo Rosell y Julio Valdés, contentivo de varios cortes en su voz, que salió al mercado en 2017 con la etiqueta española Calle Mayor – PC218.

He querido despertar en la memoria de los lectores la curiosidad sobre mi padre Julio Valdés con motivo del aniversario 91 de su natalicio el pasado 18 de abril. Me he amparado en sus amigos del cielo y de la tierra, quienes tiempo atrás me transmitieron sus recuerdos sobre esa figura paterna ausente ya por 36 años. Agradeceré eternamente a todos ellos su generosidad por haberme conducido al recuerdo de mi padre, y con mayor nitidez habérmelo devuelto a la vida.

TESTIMONIOS EN EL CLUB MINERVA

Un domingo de noviembre de 2014, en la vespertina Peña del Danzón del cienfueguero Club Minerva, fui tras las huellas de Julio. ¡Cuál sería mi sorpresa al constatar que una gran mayoría recordaba al cantante, compositor y director de orquesta de música popular cubana Julio Valdés, «Cobarde», fallecido el 13 de junio de 1984 a la edad de 55 años!

Tal vez se explique por el hecho de que algunos jóvenes presentes hayan tenido acceso a la edición de Caimitillo y Marañón / Cobarde, de Rosendo Rosell y su Orquesta & Julio Valdés, como parte del álbum Perlas Cubanas: Danzones Cha por  ℗ 2014 Vintage Music, señalado aquí, en un vídeo precedente.

Rosendo Rosell y Julio Valdés.

Esos cienfuegueros bailadores y amantes de las tradiciones musicales me corroboraron muchas de las opiniones expresadas por ilustres músicos de otras partes de Cuba, algunos ya en la inmensidad del universo, y otros —por fortuna— todavía entre nosotros. Allí encontré hasta condiscípulos de la primaria superior en la escuela Atilano Díaz Rojo donde estudió mi padre; vecinos del barrio de Julio en la calle deSanta Elena. ¡Cuánta emoción y amor me regalaron! ¡Cuánto interés por saber de los herederos de Julio!

En palabras quedó el compromiso fiel de volver con su hija Bárbara Valdés y nieta Mónica Marziota, cantantes que mantienen vivo el repertorio autoral, así como otras de las piezas que llevaron a la fama a este hijo “olvidado” de la bicentenaria joya arquitectónica.

En cada ocasión que exista la posibilidad se intentará devolver a la memoria la obra artística de Julio Valdés, como sucedió hace tres años en el teatro de Bellas Artes de La Habana, y se comprueba en el siguiente vídeo que protagonizan su nieta Mónica Marziota Valdés, el cantautor italiano NiccoloFabi y el trompetista del “Buena Vista Social Club”, “Guajiro” Mirabal, amigo de Julio, en la interpretación de la parte abolerada del danzón-chaCaimitillo y Marañón – Cobarde.

¡Que todo este recuento sea un homenaje merecido a Julio Valdés, una batalla ganada al olvido!

*Corresponsal del Canal Caribe en Italia. Especial para 5 de Septiembre.

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3 Comentarios en “Julio Valdés, un hombre que fue más allá de la música (+ Videos)

  • el 9 enero, 2022 a las 5:39 pm
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    Soy de San Germán en la provincia de Holguín y agradezco este artículo que me recuerda mi niñez cuando Julio Valdés participaba en los carnavales de este pueblo con esa maravillosa voz y estilo que lo hacía muy seguido por las multitudes. Es una lástima que nuestras instituciones culturales permitan que figuras como estas duerman en el olvido y no sean conocidos por las nuevas generaciones de cubanos

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  • el 13 mayo, 2020 a las 10:53 am
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    Qué buen artículo de Carmen Oria, la conozco y sé que le interesa mucho este tipo de investigaciones. Gracias por publicar sobre Julio Valdés.

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    • el 19 mayo, 2020 a las 3:35 pm
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      Gracias Luzdeibys, también tú me has ayudado mucho en Radio Ciudad del Mar con la promoción de las piezas cantadas por mi padre. Un abrazo a tod@s por ayudarme a rescatar del olvido a Julio Valdés, especialmente al periódico 5 de Septiembre en nombre de su Directora Mercedes Caro Nodarse y al resto del colectivo. Gracias por hacer feliz a mi familia y allegados de mi padre con esta hermosa colaboración. Un abrazo inmenso con infinitas y abundantes BENDICIONES

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