Jueces profesionales en Cienfuegos: ética, disciplina e imparcialidad

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Ha sido su único trabajo. Son 37 años dedicados a la impartición de justicia en el Sistema de Tribunales perlasureño. Ella misma no deja lugar a dudas: “el Tribunal es mi vida”, asegura.

Miriam Hernández Medina es jueza profesional de la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Provincial Popular (TPP) de Cienfuegos, pero no olvida sus comienzos en el municipio de Lajas, en septiembre de 1984, como presidenta de esa sede judicial; jovencita, con apenas 23 años y un mundo de cosas por aprender.

Tenía muy poca experiencia y mucho miedo al principio. Llevaba las tres materias: penal, civil y laboral; además, las tareas de dirección.

Recuerda su primer embarazo y la simultaneidad de funciones en Palmira y Lajas, donde asistía a las reuniones y demás espacios de intervención con los organismos. “Tenía dos días de juicios en cada lugar y luego la redacción de las sentencias”, rememora.

¿Cómo pudo vencer esa etapa?

“Como se dice, soy muy entregada para el trabajo; me gusta cumplir, llego temprano y nunca dejé de ir a ninguno de los territorios. Estudio mucho las legislaciones referidas a las materias (le gusta más la penal) y siempre me he exigido primero a mí y luego a quienes trabajan conmigo; así pude salir adelante”.

Un segundo hijo no fue motivo para dejar a un lado su profesión; por ello agradece eternamente a su mamá, ya fallecida, y a una vecina, tocaya suya, quienes la ayudaban en el cuidado de sus pequeños.

“Después de lavar los culeros y organizar todo, redactaba las sentencias a mano, enfatiza. Fui venciendo, y mis hijos se hicieron grandes. Recuerdo que el día antes de salir de licencia de maternidad de mi hijo menor, el juicio tuvo una larga duración. Resultó difícil, pero siempre me impuse”.

A pura voluntad Miriam Hernández Medina se hizo especialista en Derecho Penal en La Habana y continuó adelante en su bregar.

Jueces profesionales en Cienfuegos
Muy importante resulta la preparación y seguimiento de los actos judiciales. / Fotos: Darien Miranda Ruiz

¿Qué rasgos distinguen a un juez profesional?

“Nunca debe faltar la ética, la imparcialidad, el cuidado y la disciplina; son rasgos distintivos de quienes ejercen como jueces”.

Esas son premisas a no perder de vista, pero mi entrevistada tiene otros consejos para los noveles profesionales, sus colegas: “(…) es vital el estudio de las leyes, los acuerdos y todas las normativas vigentes. Cuando tengamos dudas se debe profundizar y luego, si aún quedan inquietudes, consultar con los de mayor experiencia.

“También les he compartido cómo proceder tanto en el acto judicial como en el estudio del caso, la redacción de las sentencias para no cometer errores y cómo conducir un acto judicial”.

Desde la pasión, la experimentada cienfueguera no cesa de aconsejar, e incluso desoye algunos comentarios de sus retoños al “recriminarla” por su entrega denodada al trabajo; sin embargo, ella es muy feliz en el ejercicio de sus funciones

Suele confundirse el desempeño de los abogados, fiscales y jueces. ¿Cómo lo aclararía usted?

“A los jueces nos corresponde administrar justicia. En el juicio, el fiscal hace la acusación y solicita la sanción, además representa los intereses del perjudicado. El abogado representa al acusado y sus garantías, busca las circunstancias más favorables; pero nosotros definimos el asunto, dictamos sentencia, analizamos los elementos de las partes y tomamos una decisión justa, imparcial y con apego a nuestros principios”.

Pudiera parecer sencilla la tarea de la Sala Penal Segunda del TPP de Cienfuegos, pero es grande la responsabilidad: “Atiende las libertades condicionales y extrapenales, las revocaciones, así como los beneficios de que son objeto los procesados. Atendemos todos los meses un grupo grande de causas y a veces somos objeto de inconformidades, pero hay términos y otros aspectos a tener en cuenta para actuar de manera consecuente”.

¿Un último consejo a los más nuevos?

“Mucho amor a la profesión. Sean imparciales en sus decisiones; tengan disciplina y muestren un comportamiento ético, no solo en el tribunal, sino en todo momento, que quienes los vean los identifiquen como jueces íntegros, apegados a los principios, aun cuando haya momentos difíciles”.

Miriam Hernández Medina ya cumplió 60 años y con la edad la jubilación pudiera tocar a su puerta, pero ella pretende seguir “hasta que las fuerzas me den”.

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Tay Beatriz Toscano Jerez

Periodista.

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