Jubilado, no retirado, el profe Quiñones

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Al comienzo fue difícil el acercamiento a Alberto Quiñones Bárzaga. Siempre parco con la prensa, daba la respuesta concisa a la pregunta más extensa: solo lo necesario, lo para él muy obvio… “¡Periodista, periodista!”, solía decirme y a ratos sonaba a regaño; hasta recuerdo a un colega preguntarme por lo bajito: “¿y nosotros que le hicimos a él?” Nada, en realidad. Ese es su sello: de joven, de maduro y ahora, de jubilado.

Quien alguna vez haya tenido vínculos con el deporte en Cienfuegos, conoce al profe Quiñones. Su presencia en el movimiento atlético de la provincia data de mediados del siglo anterior, ya bien como promotor, corresponsal de La Correspondencia, uno de los periódicos locales; juez en aquellas históricas maratones Caunao-Cienfuegos… Pero han sido el béisbol y fundamentalmente el remo, del cual es árbitro internacional, los deportes en los cuáles se convirtió en imprescindible, donde deja su mejor huella.

De su estricta proyección, ni hablar. Tengo amigos que aún recuerdan cuando les descalificó el bote por alguna infracción siendo locales, con la medalla en la proa; pero a él no lo ablandaba el favoritismo. Y nadie lo contradecía: Quiñones ha visto remar lo bueno, lo mejor y lo insuperable en la Bahía de Jagua; ese “trompo” no admitía medios “bailes”.

En el Inder pasó por varios cargos, el último al frente de la Comisión de Atención a Atletas. No hay nombre, disciplina, medalla, resultado que no descifre como un infantil acertijo: año tal, juego tal, país tal… Cuando te ponías exigente pedía unos minutos para consultar sus apuntes y retomabas la llamada telefónica pensando: “lo atrapé”. Error. Sacarle un “no sé” a Quiñones era, y es, la noticia de gran titular que encabezaría la portada del periódico esa semana. Y no ocurrió, porque al menos conocía a alguien con la información adecuada. Por eso confieso que se le extraña, por ser de esas personas que son instituciones en sí mismas, de las que ya no quedan y tanto necesita el organismo deportivo.

Dice que está jubilado, y su argumento lo confirman varios papeles en una oficina del Frontón. Pero “retirado” es otra palabra que no está en su cabeza y por ende resulta imposible relacionarla con su accionar. Todas las mañanas sale a su caminata y a su frecuente parada en la Peña del Paseo del Prado. Allí lo veo a cada rato, y a cada rato me le escondo: su frase favorita en ese contexto es “pregúntenle a la periodista” y se imaginarán la que se arma.

También es frecuente coincidir en cualquier evento deportivo, las menos de las veces en calidad de mero espectador. Todavía lo necesita como anotador la Liga Azucarera, cuanto torneo de softbol aparezca, las regatas de los Juegos Escolares Nacionales… “¡Llegó la prensa!” es su saludo habitual.

Hace unos días vino al periódico.

“¿Sabes el resultado del ‘14 de Julio’ en la Liga Azucarera?”, preguntó con sonrisa de competencia.

Presiento que me lo vas a decir, respondí con una mueca de resignación.

“Anota ahí… ¡Periodista, periodista!”.

Y sí, sonó a regaño. Se dispuso a salir y entonces alcancé a decirle:

Quiñones, me debes una entrevista.

“No hay problemas, cuando usted diga, profe”.

Esa última definición es nueva, pensé… Pero lo dejo correr, prefiero tomarlo por el lado bueno.

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Darilys Reyes Sánchez

Licenciada en Periodismo. Graduada en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas en 2009

2 Comentarios en “Jubilado, no retirado, el profe Quiñones

  • el 10 noviembre, 2016 a las 10:04 am
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    Gracias Maga, tú lo conoces: todo un personaje. Con carácter, pero sin dudas una de las figuras indispensables en la historia del deporte cienfueguero

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  • el 9 noviembre, 2016 a las 5:12 pm
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    Me encantó esta entrevista, Quiñonez es un personaje-personalidad de la más variopinta cienfuegueridad, ¿será por el mar o por su trabajo?, de cuando la Revientacordeles era el orgullo de los cienfuegueros.

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