Juan, los domingos y el softbol

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Domingo tras domingo. Desde bien temprano y sin excepciones. El terreno de béisbol infantil ubicado en la Plaza de nuestra ciudad es el lugar de “reunión” y los protagonistas no son precisamente niños. Hace mucho tiempo dejaron atrás la edad de la inocencia, pero derrochan energías y entrega sobre la grama, dedicados por completo a la práctica del softbol.

Todo comenzó el 2 de febrero de 2014 cuando dos equipos, conformados ambos por 17 jugadores mayores de 45 años, salieron al diamante. Y lo que dio inicio como un proyecto de calidad de vida, es hoy una Liga Oficial de Veteranos.

En la actualidad son tres las selecciones involucradas, al ingresar un plantel representativo de la Refinería de Petróleo. Cada conjunto presenta en su nómina 22 o 23 integrantes, y existe la salvedad de un par de atletas menores de la edad antes fijada. Desde su creación, Juan Díaz Hernández es el promotor principal del proyecto, a la vez que constituye el miembro más longevo, con 70 hojas arrancadas al almanaque.

“Nuestro objetivo inicial fue poder brindar a personas ya mayores la posibilidad de jugar un softbol distinto al de la Copa Lázaro Peña y otros eventos que hay por ahí, que utilizan bolas mucho más vivas y tienen sus reglas específicas. Hoy aspiramos a instaurar esta Liga de por vida, como la tiene Sancti Spíritus, que lleva 30 años con un torneo de veteranos. Incluso, en nuestra última visita allá, nos presentaron a un señor que con 85 juega el jardín izquierdo”, dice el entusiasta promotor.

Sin duda alguna los beneficios son palpables para todos aquellos que se han sumado a la feliz idea. En primerísimo orden han llegado las mejoras de salud, pero también se reconoce la socialización que permite este proyecto.

Otra vez Juan atestigua la afirmación. “Hay compañeros que son hipertensos y los tuvimos aquí por un mes y medio, como parte de su tratamiento. Pero cuando terminaron, no quisieron marcharse, pues dicen que es el softbol lo que les controla la presión. Yo mismo tengo una cardiopatía y también problemas de hipertensión, y aunque cojo berrinches aquí, porque soy el responsable y siempre quiero que las cosas sean mejores, no puedo vivir sin esto, donde llevo casi cuatro décadas”.

Otros practicantes coinciden, como es el caso de Pablo Godoy. “Me ha servido de mucho, porque yo estaba medio oxidado. Ahora me encuentro bien, no me siento los años que tengo, que son unos cuantos. Creo que es lo mejor que ha surgido”. Por su parte, José Luis Piñeiro expresa. “Soy una persona de más de 50, y me desempeño en un puesto de trabajo bastante pasivo y además estresante. Cuando llego aquí me activo, me entusiasmo. Sin dudas contribuye a mi preparación física y mental.

“Las relaciones entre las personas en cualquier sociedad son muy importantes, continúa. Y esto ayuda a una gran compenetración, aunque procedemos de diversas profesiones y segmentos. Te da la oportunidad de conocer cómo piensa el cienfueguero de ‘abajo y de arriba’”.

Ernesto Sandoval dirige una de las selecciones y confiesa que “nos ayuda a relajar. Somos trabajadores y estamos toda la semana en esas labores. Es una forma de distraernos, aparte de la salud”.

Uno de los “permitidos”, a pesar de no llegar a los 45, es Alexander Quintero, otrora lanzador de los Elefantes en nuestras Series Nacionales de Béisbol, aunque ahora conocimos sus dotes de jardinero central y tercer bate de su plantel. “Me siento bien, me gusta jugar softbol, fildear y batear. He sido acogido muy bien en el grupo, como uno más, y estoy como en mi casa. De verdad muy contento, aquí pasas el rato, te entretienes, haces nuevas amistades. Además, te mantienes activo; es un verdadero proyecto de calidad de vida.

“Hay personas de varias generaciones y es una forma de salir del estrés del trabajo y hacer ejercicios. Creo que es una idea que debe multiplicarse en el resto de la provincia.

“Al béisbol lo extraño con la vida, es mi pasión. Cuando caliento, aprovecho y hago bullpen, aunque la bola es más grande tiro algunos lanzamientos. Fueron 18 años encaramado en un montículo y es difícil ahora ver los toros desde la barrera”.

Prácticamente todo el año los veteranos se mantienen activos, pues su torneo se extiende desde septiembre hasta julio. Incluso las acciones sobrepasan las fronteras provinciales y también disputan una zonal central donde intervienen además equipos de Villa Clara, Matanzas y Sancti Spíritus.

Enamorados de su evento, los asiduos practicantes aspiran a mantener y mejorar sus ya tradicionales mañanas de domingo, mientras cierto evento internacional también aparece entre las novedades.

“Hemos sido invitados por los compañeros de Matanzas, explica Juan. La justa es patrocinada por un equipo colombiano y se espera también la participación de venezolanos y estadounidenses. Tenemos pensado además incluir al conjunto de Villa Clara. Yo espero por lo menos hacer un buen papel. No aspiramos al primer o segundo lugar; participar ya es un honor para nosotros. Es la primera vez en cuatro décadas que recibo esa oportunidad”.

En cuanto a la continuidad, Piñeiro hace el llamado de alerta. “Necesitamos el apoyo de las instituciones encargadas del deporte social y la masividad. No tiene que ser desde el punto de vista monetario, sino moralmente, reconocer determinadas actividades que se hacen, porque es justo destacar que todo lo que se ha logrado en esta Liga es fruto del esfuerzo de Juan, persona de avanzada edad pero con un espíritu envidiable”. Por su parte, Sandoval agrega. “Ojalá sea ejemplo para otras provincias y otras ligas, no solo de softbol, sino de otros deportes que también contribuyen al bienestar y la salud”.

“Sería un honor para nosotros que esta idea se haga extensiva a otros territorios. Por eso hemos luchado y lo seguiremos haciendo”, sentencia Díaz Hernández, el padre de los domingos de softbol.

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Carlos E. Chaviano Hernández

Periodista y Director de programas de televisión.

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