José Martí y la belleza de la mujer

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La mujer cubana es bella. Su hermosura enaltecida por la cultura es una realidad palpable desde los cuatro puntos cardinales del planeta. Como tenemos féminas con distinguidos uniformes en muchas instituciones, a veces no se perciben bien las diferencias entre sus cuerpos, pero cada día las cubanas se acercan más al horizonte martiano de lo bello. Las miradas y apuntes del Maestro sobre la mujer de un arriero, lo muestran caballero justo y sensato. Sus consejos a María Mantilla lo delatan como profundo observador de los atributos femeninos.

Al describir la señora de un arriero en Guatemala subrayó José Martí:

“Su perfil es correcto, menuda la nariz, breve la boca, bien hecha la frente; aguda la barba; acaba la figura un tocado casi griego, puesto que con las trenzas del cabello se ciñe el casco a manera de corona; más todas estas perfecciones de la forma, abrutadas por la incultura, se convierten en fealdades numerosas por la falta de transparencia espiritual”.[1]

Cuenta el Apóstol, los detalles más significativos de la belleza física de la pueblerina guatemalteca. Es una descripción que nos hace acompañarle en esa aventura y enamorarnos a priori de la mujer del arriero. Las palabras precisas, los adjetivos necesarios y vemos con él a la preciosa dama. Sin embargo, enfatiza en la falta de transparencia espiritual, que la afea. Ella, sin dudas, reflejaba en su vestido atributos notables de la moda universal, pero en vano se vestía así, si no lograba complementarlo con su comportamiento y forma de decir.

En el habla popular, la belleza se lleva dentro,pero ¿cómo ver lo que está más allá del alcance de nuestra mirada?, ¿cómo relacionar el mundo interior con el entorno? No resulta tan sencilla la solución, lo principal es, que precisamente se entienda la dialéctica entre naturaleza, cultura, bondad y belleza. Las auténticas mujeres lo saben bien y en la Cuba del siglo XXI las encuentras por doquier. Es útil y cuerdo estimular el desarrollo de la cultura para que la contemplación viva de la belleza femenina sea totalizadora, y no menguada por mirones miopes que cada vez escasean más.

En actualidad, tiempo de marcas, que reflejan de algún modo el alcance económico o, al menos, la aspiración que se lleva dentro, no siempre coincide el valor del billete mostrado con la realidad, y mucho menos, con la grandeza del alma o transparencia espiritual. Paradójicamente, más hermosas son las mujeres mientras menos ropas llevan. En tal sentido las cubanas son beneficiadas por las bondades de nuestro clima tropical, pero lo más importante no es llevar el vestido, sino saberlo llevar.

En carta a María Mantilla, escribió Martí:

“La elegancia del vestido, la grande y verdadera está en la altivez y fortaleza del alma. Un alma honrada, inteligente y libre, da al cuerpo más elegancia, y más poderío a la mujer, que las modas más ricas de las tiendas. Mucha tienda, poca alma”.[2]

Cada día, debemos regalar a nuestras mujeres una justa mirada desde la cosmovisión martiana, de lo bello en lo femenino. Se puede regalar un lindo vestido, pero más agraciado será, si está encofrado en amor infinito. La actitud de la mujer bien amada es prudente y sensata, tapa el odio e irradia amor. Cuando hay armonía entre vestidos y sentimientos ella es verdaderamente libre. Algunas han confesado que, en ese estatus se sienten buenas y dichosas. Viene a la memoria la relación que establece el Maestro entre bondad y dicha; cultura y libertad; prosperidad y fortuna.

La historia de la Revolución Cubana es una lección magistral de cultura y libertad para con la mujer, desde los mismos comienzos fue alistado su juicio y razonamiento. Los ejemplos personales son numerosos pero es mejor que se alisten todas, en algunos de los acontecimientos que enaltecen a la cubana para siempre: La Campaña de Alfabetización. El aprendizaje en la Escuela Ana Betancourt. El magisterio, como escudo de la nación. Su acceso y permanencia en las universidades, su activa participación en los servicios y la producción. La preparación para la defensa. La unidad de la familia y la Federación de Mujeres Cubanas, que demuestra cada día que en lo femenino está la verdad y el amor infinito.

Al leer los textos martianos de sus viajes por Guatemala, descubrimos los deslumbrantes atributos de la mujer del arriero que fueron afeados por la incultura. Hoy día, nuestras féminas potencian su belleza desde la cultura cubana y la universal, son el tesoro mayor de nuestra Patria y forman parte notable dela cimiente insular de la Universidad Americana contemporánea, proféticamente soñada por José Martí. En la visión martiana de la cultura está la salvación de la belleza femenina.


[1] José Martí OC, T 19, p—45

[2] José Martí OC, T 20, Carta a María Mantilla

Doctor y Profesor Titular de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Cienfuegos.

Texto que aparece en la esquina superior izquierda de la foto: El “Club José Martí”, fundado en Costa Rica en 1895 por la Sra. María Cabrales, esposa que fue del General Maceo. Fotografía que se conserva en el “Museo Bacardí”, de Santiago de Cuba.
Texto que aparece en la esquina superior izquierda de la foto: El “Club José Martí”, fundado en Costa Rica en 1895 por la Sra. María Cabrales, esposa que fue del General Maceo. Fotografía que se conserva en el “Museo Bacardí”, de Santiago de Cuba.

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6 Comentarios en “José Martí y la belleza de la mujer

  • el 26 marzo, 2017 a las 10:14 am
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    Si bien coincido plenamente con el mensaje que el autor busca transmitir, me gustaría hacer algunas precisiones. A menudo utilizamos las escrituras martianas como apoyatura teórica para cualquier tópico que queramos discutir. Cómo no hacerlo, si tal pareciera que el Maestro no dejó área del saber a la que no dedicara una profunda reflexión. No obstante, creo que, en muchas ocasiones, aplicamos directamente a nuestro contexto palabras que fueron pronunciadas en otro momento histórico, lo que conduce sistemáticamente a ciertas malinterpretaciones de su mensaje.
    La contradicción cuerpo/alma es uno de los tópicos más recurrentes en los escritos de Martí, pues en la mayoría de los casos el cuerpo, en este caso de la mujer, se define solamente por antonomasia al alma. En otras palabras, Martí establece una relación directa entre la belleza del cuerpo y la del alma, relación que rompe en el fragmento escogido por el autor para recalcar lo vana que considera la belleza física si a esta no le acompaña un alma igualmente virtuosa. Mi apunte es el siguiente: A pesar de la gran visión y proyección martiana, este sigue siendo un hombre de su tiempo y, como tal, su ideas ante determinadas hechos son altamente tradicionalistas.
    Tal es el caso de su construcción simbólica del cuerpo de la mujer. No es solo su paralelismo entre el cuerpo y el alma el que se acoge a los cánones tradicionales, sino, aunque cuesta decirlo, sus ideas sobre el papel de la mujer en la sociedad. Solo en aisladas ocasiones, y finalmente en sus últimas producciones literarias y periodísticas inspiradas por la mujer neoyorquina, el Maestro cambia de opinión con respecto al papel activo que debe ejercer la mujer en la sociedad. Es por ello que me gustaría sugerirle al autor que acudiera a otros ejemplos, distintos a los seleccionados, para apoyar su tesis.
    Las crónicas martianas referidas a sus viajes por Latinoamérica, son, a mi criterio, las menos apropiadas para transmitir el mensaje deseado, puesto que en ellas la mujer es descrita, la mayoría de las ocasiones, como tosca y vulgar, no por su falta de cultura o la escacés de virtudes, sino por trabajar a la par que el hombre, por igualarse a su marido en el papel activo que realizaba en su contexto rural, por más humilde que fuese este. Tengamos en cuenta que la mujer ideal martiana es la pureza personificada, y su papel se ciñe al cuidado del hogar y de la familia en el ambiente citadino. De la propia Edad de Oro, muchas veces se cita el fragmento en que las niñas deben estudiar al igual que los niños, pero se deja fuera de la cita la parte en la que el Maestro nos dice que, la finalidad de esto, es que la mujer se instruya para que su marido no se aburra al hablar con ella. Aunque no sucede específicamente así con el ejemplo de la mujer del arriero, preferiría que el ejemplo procediese de otra fuente de su vasta producción, pues tales ideas desvirtúan su mensaje.
    Digo esto al pensar en lo que un posible lector interesado pudiera encontrar al dirigirse a la fuente citada despues de la lectura de este artículo. El mensaje que el autor transmite me parece encomiable, y me desagrada pensar que quien pueda acudir a la referencia se encuentre con ideas que contradigan lo que se busca transmitir con esta publicación.
    Recomiendo a quien desee profundizar en la relación que se establece entre el cuerpo y el alma de la mujer martiana, la lectura de los textos de Mayra Beatriz Martínez, dos de los cuales estuvieron a la venta durante la pasada edición de la feria del libro. Espero haber sido de ayuda, o al menos aportado algún dato interesante, ya que es la primera vez que me animo a participar abiertamente en un debate de esta índole. A Delvis Toledo no han quien le diga que no.

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    • el 3 abril, 2017 a las 11:41 am
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      Gracias Eimy, escribiste.

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  • el 19 marzo, 2017 a las 4:09 pm
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    La mencionada carta de Martí a María Mantilla debiera cada padre cubano de hoy escribírsela a sus hijos, hembras y varones. Lamentablemente hoy vemos con más frecuencia de la deseada mucha tienda y poca alma en nuestros jóvenes. Algunos justifican esa conducta con el clásico …se parecen más a su tiempo… pero se olvidan de que ese tiempo (que indudablemente debe ser diferente al nuestro) lo construimos nosotros, o al menos, lo permitimos. Nuestra Revolución ha creado todas las herramientas para que nuestras mujeres sean martianamente libres, como sin dudas debe ser, pero ¿las estamos usando bien? En este campo también se impone innovar, pero con Martí y Fidel como asesores insustituibles. Muchas gracias por su artículo profe.

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    • el 12 abril, 2017 a las 11:34 am
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      Estimado Gilberto su reflexión es esencial, le invito sinceramente a escribir un artículo sobre el uso de esas herramientas a que se refiere y ampliar al menos en esta plataforma teórica el papel de la mujer en la construcción del modelo cubano. Ud. que sabe cómo hacerlo en la práctica seguro podrá escribirlo para que otros se puedan nutrir con esa cultura sustentada en la justicia social y el próspero desarrollo. Muchas gracias

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  • el 10 marzo, 2017 a las 1:51 pm
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    Hay una tesis interesantísima que aborda el cuerpo de la mujer en una colección de poemas de Jose Martí. Y lo mejor de todo, es que es una investigación muy reciente, del año pasado.
    Deja ver si persuado a su autora para que realice algún comentario que enriquezca el artículo.

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