José Martí: “El vicio tiene tantos cómplices en el mundo…”

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Profanan al hombre cuyo pensamiento es una eterna poesía de amor, entrega humana y consagración social. Ultrajan al Héroe que murió en Dos Ríos y trascendió como escritor, luchador, paradigma humano, cuando hasta hoy nos llegan sus ecos.

Vindico el carácter fundador de su obra. ¿Qué privativa sensibilidad hizo que aquel niño que vio sufrir un esclavo sobreviniera redentor de todos los crímenes de la humanidad?

Defiendo al Martí martirizado, cuya adolescencia en los trabajos forzados fue el germen de la predicación de la Guerra Necesaria. El pronto destierro marcó su ideario.

En Madrid y Zaragoza, donde realizó estudios, confirmó, por un lado, su vinculación con el espíritu rebelde del pueblo de España y por otro, que nada podían esperar Cuba y demás naciones del “sur del río Bravo” de sus gobiernos, monárquicos o republicanos.

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Resalto que su peregrinación por México, Guatemala y Venezuela le hizo experimentar los problemas de las nuevas repúblicas todavía lastradas por vicios coloniales, y que su estancia de cerca de quince años en Estados Unidos le permitió conocer peligros de su sistema social y la tendencia imperialista creciente de su gobierno.

Lo más interesante es que de ese periplo vital nació una obra literaria y periodística de primera magnitud y adquirió su definitivo impulso a partir del viaje a Venezuela en 1881.

Destaco a aquel orador del discurso en el Club de Comercio de Caracas, devenido artífice de la literatura hispanoamericana, en la que nuestro palpitar: latinoamericanismo, antirracismo y antiimperialismo se funden indisolublemente y dan coherencia a la teoría socio filosófica más avanzada de su tiempo.

Abogo por apropiarnos de sus enseñanzas, tal cual dijo el propio Apóstol en el artículo Vindicación de Cuba, publicado en The Manufacturer, de Filadelfia, y reproducido el 24 de marzo de 1889, cuando defiende nuestra moral, ante acusaciones inciertas sobre los nacidos aquí. Y refiere “…elementos funestos que como gusanos en la sangre han comenzado en esta República portentosa su obra de destrucción”.

Rescato al Martí que en ese texto dijo: “La lucha no ha cesado… La nueva generación es digna de sus padres… Solo con la vida cesará entre nosotros la batalla por la libertad”.

Y dejó escrito en el artículo Sobre los oficios de la alabanza, publicado en Patria, el 3 de abril de 1892: “El vicio tiene tantos cómplices en el mundo, que es necesario que tenga algunos cómplices la virtud”.

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Dagmara Barbieri López

Periodista. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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