Jeff Bezos se va de turista a la Luna y los pobres a la tierra

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Después de ser declarado en la lista anual de Forbes como el hombre más rico de la Tierra en el año 2021, con una fortuna ascendente a 177 mil millones de dólares, Jeff Bezos decide abandonar el cargo de CEO de Amazon, aunque se mantendrá como presidente ejecutivo de su consejo de administración, y se marcha a emprender una carrera espacial y a la filantropía, ente otras actividades, nos dicen los grandes medios. Todo eso lo cuentan entre bombos y platillos sobre el fundador del gigante del comercio online; incluyendo su liderazgo en Amazon, sus gustos por el debate en grupo, su aversión a los power point y su historia de hombre próspero. Aunque te hablen de sus prácticas comerciales con tendencias monopólicas y a deshacerse de la competencia, lo justificarán como winner (ganador), porque en el capitalismo el fin justifica los medios. En resumen, lo presentarán como ejemplo del capitalista triunfante que, de una pequeña librería en línea, creó la tienda más grande del planeta y una fortuna inmensa. “Bezos es un líder que promueve el cambio”, afirma Darrel West de Brookins Institution.

Claro que Jeff, Elon Munsk, Bernald Arnauld, Bill Gates, Max Zuckerberg, Warren Buffet y el resto de los integrantes de la lista de Forbes, son los triunfadores del sistema capitalista; mientras todos los que la leen o los que no saben leer, pero lo escuchan, aunque sean considerados losers (perdedores), sueñan con ser millonarios y aspiran a estar en la lista de Forbes. ¡Para eso es el capitalismo un sistema de oportunidades! dirán algunos. Entonces, leemos que el próximo 20 de julio Jeff se va en un viaje de turismo especial financiado con fondos privados a la Luna, a Marte o a una caminata espacial ¡quién sabe! ¡El dinero es de él y lo usa en lo que quiera!, dirán otros. También añadirán como justificación a la supremacía del egoísmo: “No es por benevolencia del carnicero, del cervecero y del panadero que podemos contar con nuestro pan, sino por su propio interés”, parafraseando a Adam Smith en su obra La riqueza de las naciones, de 1776.

Lo que no te cuentan los grandes medios de difusión (o te dicen poco) es que Amazon enfrenta demandas de sus empleados por el trato dado durante la pandemia o que sus obreros no se encuentran sindicalizados o que enfrenta demandas por discriminación racial y de género. No hablan de igual manera sobre lo que afirmó en 2017 James Petra: “Estados Unidos tiene el mayor índice de desigualdad, la tasa de mortalidad más alta, los impuestos más regresivos y el mayor subsidio público a banqueros y multimillonarios que ningún otro país desarrollado“. Y continua Petras: “Contrario a lo que dice la propaganda mediática a favor de los negocios, entre un 67 por ciento y un 72 por ciento de las corporaciones no pagan ni un céntimo después de sus créditos y exenciones fiscales que reciben, mientras que los trabajadores pagan de un 25 a un 30 por ciento de sus ingresos en impuestos”. Lo que no te cuentan es que mientras Bezos y el resto de los 2 mil 500 hombres más ricos del planeta incrementaron el pasado año sus fortunas y se hacían más ricos disfrutando la vida en medio de la pandemia, millones de personas fueron arrojados a la pobreza y empeoraron sus vidas. Según Gabriela Bucher, directora ejecutiva de Oxfam Internacional: “El medio billón de dólares que los diez hombres más ricos del mundo han amasado en el último año, podría servir para tener una vacuna para todo el mundo, e incluso para que nadie caiga en la pobreza durante el tiempo de la pandemia, así que la escala de la diferencia es extraordinaria”.

Ahora, Jeff Bezos se va a la Luna y todos estaremos informados por los grandes medios y atentos a su viaje y su regreso. Después seguirá siendo vicepresidente de Amazon y uno de los más ricos de la Tierra; mientras que los pobres estarán a mayor distancia y seguirán siendo más pobres, esperando por la solución a la pandemia y por la cobertura mediática a las desigualdades sociales, al hambre y a la pobreza extrema, antes de partir prematuramente y de forma anónima, un metro bajo tierra.

*Miembro Distinguido de la Asociación Nacional de Economistas de Cuba.

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