¿Jardín de vegetales?
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El organopónico EMA No. 2, de Cumanayagua, parece estar permanentemente de fiesta. Con la época invernal, muy atípica este año, la producción de vegetales entra en su etapa plena, a la cual algunos denominan zafra, en franco apego a ese vocablo tan cubano y que se resiste a desaparecer.
A primera vista parece un jardín. Todo está sembrado y prima la limpieza. Predomina el color verde, pero están presentes otros, como el morado, por una lechuga que comienza a ser aceptada en la mesa.
En un sitio un tanto apartado de la localidad de Cumanayagua, José Miguel Curbelo y su hijo Yoeslis tienen muchas razones para sentirse orgullosos de lo que han logrado. El sitio era un solar yermo, abandonado, y hace doce años, cuando el programa de la Agricultura Urbana entró en pleno apogeo en el país, lo rescataron, prepararon e hicieron producir. Hoy los resultados son tan alentadores, que es uno de los pocos de la nación que ostenta la máxima categoría de Excelencia Nacional.
En los 932 metros cuadrados de canteros tienen de todos los cultivos reglamentados para los organopónicos, los cuales nacen y se desarrollan bajo un estricto control sanitario, una de las razones esenciales para tan meritorio reconocimiento otorgado por el Grupo Nacional.
¿Dónde radica el secreto del éxito?
“En no dejar perder el momento de la siembra”, responde Curbelo.
¿Cuántos cultivos tienen en estos momentos?
“17, entre los transplantados y los que están todavía en los semilleros”.
¿Cómo realizan la venta?
“Vendemos aquí y también salimos con un triciclo a la calle”.
¿Y lo venden todo?
“Antes la población no tenía hábito de consumir el rabanito, la remolacha, la zanahoria…, pero ahora lo compran todo”.
¿Y los revendedores?
“Aquí no tienen cabida. Ayer vinieron tres de Cienfuegos a comprarme toda la habichuela y les dije redondamente que no. Eso es un descaro”.
¿Ustedes entregan vegetales a alguna escuela?
“Al Círculo Infantil y al Hogar de Ancianos, todos los días… ¡eso es sagrado!”
¿Qué resultado les dan los canteros tapados?
“Rescatamos esos pedazos de tela de las siembras de tabaco. No están muy buenas, pero nos resuelven. Gracias a eso garantizamos lechuga todo el año”.
Ya tienen el máximo estímulo, ¿a qué aspiran ahora?
“A ratificarla cada vez que venga una visita. El mérito no sólo está en lograr la Excelencia, sino en mantenerla”.
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