Inocuidad de los alimentos: ¿moda o necesidad imperiosa?

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Del término hemos escuchado hablar más de una vez, con énfasis en determinados momentos del año, como el pasado 7 de junio cuando Cuba celebró el primer Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, y una jornada alrededor del tema.

Es tan importante garantizar seguridad en la manipulación, almacenamiento y cocción de los alimentos, que un mes o un día no son suficientes para llamar la atención sobre el particular. De ahí que la intención de este comentario sea alertar sobre las medidas de conservación, a todas las escalas, máxime cuando transitamos por uno de los períodos más cálidos del año.

No pocas industrias cubanas, algunas enclavadas en Cienfuegos, cuentan con sistemas de inocuidad certificados, debidamente organizados y del conocimiento de quienes se involucran en los procesos productivos de esas entidades.

Buenas prácticas como las de la Empresa Pesquera Industrial y la Embotelladora Ciego Montero, constituyen muestras fehacientes de cómo prevenir riesgos transmitidos por la comida. De la misma manera, la Empresa de Servicios a Trabajadores de la Construcción y su mini industria garantizan el control de lo que allí producen.

No obstante, en el ámbito hogareño debemos observar igualmente normas higiénicas y de conservación para evitar brotes diarreicos u otros malestares. Es vital, entonces, que los productos se preserven a temperaturas adecuadas; pues para nosotros no es secreto cómo el calor contribuye en su descomposición acelerada.

Tampoco desconocemos que los elaborados a base de huevo han de consumirse rápidamente, y el agua y las materias primas de cualquier preparación deben poseer niveles de calidad sino óptimos, al menos adecuados.

Según expertos, en nuestro país las atenciones médicas por enfermedades diarreicas agudas han decrecido gracias a las acciones sanitarias; sin embargo, el tema deviene prioridad si se toma en consideración, que estas constituyen una importante causa de mortalidad en el mundo. De ahí que se insista, una y otra vez, en observar las medidas establecidas.

Existe en Cuba la voluntad y compromiso del gobierno para garantizar la salud humana. Eso nadie puede dudarlo.

Se realiza un trabajo conjunto entre la agricultura, comercio, salud pública, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) y el de Industrias; además del desarrollo creciente en la normalización, legislación y armonización de normas sanitarias para garantizar seguridad e inocuidad alimentarias. Pero no es lo único que se puede hacer.

Esta “batalla”, como muchas otras, la ganamos con el concurso colectivo; por eso hay que tener claro que la inocuidad de los alimentos es una necesidad imperiosa y está alejada de cualquier moda.

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Tay Beatriz Toscano Jerez

Periodista.

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