Innovar es de sabios

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La labor de los trabajadores con constante espíritu creador ha mantenido activos no pocos equipos e industrias imprescindibles para la producción y los servicios

Innovar es de sabios, lógicamente. Y no solo me refiero al conocimiento que debe tenerse para buscar y encontrar soluciones a complejos problemas técnicos, sino también a la voluntad de contribuir, de ayudar a que los equipos y las industrias no se detengan en sus procesos productivos o de servicios.

¿Dónde no hay un trabajador que, con su ingenio y disposición, haya “inventado” algo? Pueden contarse por cientos, miles… La mayoría de ellos están afiliados a la prestigiosa Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir), pero los hay quienes no pertenecen a ella, por diversas razones, y también aportan.

Conozco de primera mano soluciones notables dadas en la unidad económica de base Torrefactora Cienfuegos, la empresa termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes, el Centro de Ingeniería Clínica y Electromedicina y en muchos otros, donde sin la actividad innovadora el panorama hoy fuera otro.

Hay que tomar en cuenta en ese sentido el notable grado de obsolescencia tecnológica que tienen la mayoría de las industrias y centros en el país, debido a que los serios problemas económicos y financieros que se afrontan y el recrudecido bloqueo del gobierno de los Estados Unidos contra el pueblo cubano no han permitido modernizar el equipamiento, pues el país no cuenta con los miles de millones de dólares necesarios ni las ofertas en el mercado internacional, debido a que son constantemente coartadas por las garras imperiales.

Con razón se ha insistido en la importancia de fortalecer el funcionamiento de la Anir en todas sus aristas, y de potenciar la estimulación moral y material a los innovadores y racionalizadores. En tal sentido queda un gran trecho por andar, no solo en Cienfuegos, sino también en el resto de las provincias.

En reiteradas ocasiones se ha planteado la necesidad de adecuar el monto de la remuneración monetaria de acuerdo con la importancia de la solución dada. Una y otra vez se ha afirmado que ese lógico reclamo tendrá una respuesta, pero evidentemente, se ha dilatado mucho en el tiempo. Dada la situación que afrontan las industrias y otras entidades, no debe demorarse más una decisión definitiva al respecto.

Como he escuchado decir a muchos aniristas, ellos no aportan soluciones pensando en el dinero, pero “al César lo que es del César” y es justo reconocerles cuanto aportan y también motivarlos, como se señalo con énfasis en la II Conferencia Nacional de la Anir.

Durante todo el mes de octubre tuvo lugar la Jornada Nacional de Homenaje a los Innovadores, la cual propició acciones, sobre todo, de reconocimiento. No obstante, aún no resultan suficientes. Por un lado, esos períodos enmarcados en fechas pueden aprovecharse más con ese fin, y por otro, el agasajo no debe circunscribirse a apenas 30 días en el año.

Los aportes de esos hombres y mujeres pesan sobre la economía cubana y ante ellos, simplemente, “hay que quitarse el sombrero”.

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Ramón Barreras Ferrán

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos.

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