Huellas para el futuro

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En ocasiones la economía no ha considerado los límites de los recursos naturales. De esa forma no siempre se plantea un enfoque ecológico que tome en cuenta cuánto se pueden explotar los recursos materiales y energéticos, sin causar alteración de los ecosistemas.

El equilibrio entre crecimiento económico, sostenibilidad ambiental y equidad social es el centro de atención de la Economía Ecológica (EE), una ciencia independiente, cuyos instrumentos son utilizados por un grupo de profesionales de la Universidad de Cienfuegos con el fin de proponer medidas encaminadas a proteger los recursos naturales disponibles.

Eduardo López Bastida, al frente de las investigaciones, señala cómo “son estas herramientas para evaluar y proponer medidas encaminadas a disminuir ese efecto negativo sobre la Tierra y aumentar la calidad de vida de las personas dentro de las posibilidades reales del país, sin convertirnos en una sociedad consumista.

Dr. C Eduardo Julio López Bastida, profesor universitario e investigador cienfueguero, obtuvo el galardón de la XII edición del Premio Pensar a Contracorriente. /Foto: Darilys Reyes
Dr. C Eduardo Julio López Bastida, profesor universitario e investigador cienfueguero, obtuvo el galardón de la XII edición del Premio Pensar a Contracorriente. /Foto: Darilys Reyes

“Desarrollamos indicadores que desgraciadamente casi nadie conoce, como la huella ecológica, ciclos de vida, procedimientos para lograr matrices energéticas sostenibles, planes de producciones más limpias, normas de gestión ambiental y energética adaptadas a contextos específicos, programas para manejo integral de zonas costeras, agrícolas e industriales, etc.”.

Pudiera parecer entonces, a simple vista, que se trata de conocimientos teóricos sin resultados concretos, sin embargo, la correcta aplicación de esos instrumentos no solo beneficia la economía y la naturaleza, sino además la calidad de vida de las comunidades.

En tiempos actuales, para hablar de economía medioambiental muchas veces es preciso traducir en números y datos los perjuicios a la naturaleza, de otra manera muchos no entienden los daños a los ecosistemas.

La investigación del Grupo de Economía Ecológica y Producciones más

Limpias, con casi 200 colaboradores, centra de esa forma su atención en el equilibrio entre crecimiento económico, sostenibilidad ambiental y equidad social.

HUELLAS ECOLÓGICAS

Para muchas personas en el mundo, el modelo de sociedad exitosa es el estadounidense, sin embargo, se necesitarían ocho planetas para soportar la carga consumista de la nación norteamericana.

Así lo expone su huella ecológica, una medición que desde hace algún tiempo indica la demanda de la humanidad sobre la naturaleza y la sobreexplotación del ser humano sobre esta. El término indica el área de tierra requerida por una persona para vivir, la cual se compara con la capacidad de carga del planeta (cuánto puede soportar la naturaleza).

Pero, ¿cuáles son los indicadores de Cuba? ¿Vivimos en la Isla acorde a los índices de desarrollo sostenible?

La huella cubana indica que cada uno de nosotros necesita 1,6 hectáreas para vivir y esa área de tierra se reparte entonces en indicadores energéticos o huella de carbono (cantidad de árboles a sembrar para disolver el CO2 consumido), la de alimentos, la de pastoreo para fomentar proteínas animales a consumir, de bosque (para el sustento de madera, leña, papel, etc.), de pesca, y de superficie construida.

Cuba figura entre los países con desarrollo sostenible, un indicador cuya suma combina alto índice de desarrollo humano y baja huella ecológica.

Aunque nuestra nación es de las pocas que tiene una huella ecológica casi igual a la capacidad de carga, con un índice de desarrollo humano alto por los niveles de escolarización y salud fundamentalmente, existen muchas cuestiones aún por debajo de los parámetros ideales, como la agricultura y la energía.

“Alrededor del 98 por ciento de la generación de electricidad y el 80 de la matriz energética total se logran a partir de combustibles fósiles…, con tanto bagazo, viento y sol para aprovechar”, reconoce el profesor López Bastida.

“Hay una política definida con el fin de alcanzar en 2030 un 20 por ciento de energía renovable, pero en la actualidad solo tenemos un 6 por ciento. Existe la intención, pero nos falta hacer mucho todavía”, añadió.

“Igual pasa en la agricultura, donde cultivos como la caña, el café y otros, exhiben significativos niveles de atraso con respecto, incluso, a naciones no tradicionalmente productoras”.

El grupo, además de determinar la huella ecológica de estos alimentos y otros como el huevo, también lo hizo de los municipios de Cienfuegos, e incluso el sector del turismo, resultados presentados a las máximas autoridades de cada territorio.

Asimismo, la huella hídrica determinó que el consumo de agua de los nacionales, para no tener grandes jardines o carros como en la sociedad estadounidense, es similar a los de esa nación norteña, por tanto está desproporcionada.

Por ello “hay que enfocarse en la juventud, para que comprenda cuánto se puede vivir bien sin tener por qué consumir más”.

El doctor en Ciencias ejemplifica que no podemos aspirar a que cada cubano tenga un carro, pero sí a que haya un transporte eficiente y eficaz, porque el camino del consumismo es insostenible.

“La sociedad cubana ha cambiado y a muchos jóvenes les interesan los sistemas consumistas: tener el último modelo de celular, por ejemplo, aunque no sepan ni puedan hacer nada con muchas de sus prestaciones”.

A pesar de los esfuerzos de este grupo de investigadores, queda mucho todavía por hacer para lograr una mayor conciencia ecológica, también en las materias vinculadas a la economía.

Datos alarmantes en cuanto al uso irracional de los recursos naturales, demuestran que actualmente la Tierra tarda 17 meses en regenerar los recursos utilizados en un año, de ahí la importancia de vincular tales indicadores de la economía ecológica a los procesos de cada país.

La humanidad necesita lo que la naturaleza le proporciona, pero estudios como estos permiten entonces saber cuánto utilizamos y modificar conductas de acuerdo a cuánto debemos utilizar.

Mientras a muchos podría no importarle el futuro del planeta por no avizorar en el tiempo la escasez de sus recursos, a otros les preocupa el mundo que quedará para su descendencia.

¿Dejamos hoy una huella hacia la sostenibilidad o el desastre? Sensato es, entonces, aplicar a nuestra economía conceptos ecológicos y a la postre modificar nuestra impronta ecológica, antes que desaparezca la Tierra y no quede siquiera, nuestra rastro.

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Glenda Boza Ibarra

Periodista. Graduada en 2011 en la Universidad de Camagüey.

Un Comentario en “Huellas para el futuro

  • el 18 noviembre, 2016 a las 12:56 am
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    Cuba debe tener una estrategia de transporte público, bicicletas eléctricas y el menor número posible de autos y carreteras, que destruyen el bosque, y pedraplenes, que destruyen el sistema costa-mar. Otro aspecto es cuidar que la inversión extranjera se haga en industrias ecologicamente aceptables o amigables. Otro aspecto es desarrollar investigaciones sobre bancos de semillas adaptadas al cambio climático y sembrar cortinas rompevientos en los bosques, ya que estamos expuestos a megaciclones como el Matthew, que dejó un “paisaje lunar” en Maisi. No existe aún en Cuba, ni en el ICRT y otros medios, ni en las emisoras locales, un enfoque estratégico sobre qué medidas específicas, en cada localidad, se deben adoptar para enfrentar el cambio climático. Ni este problema, del que se habla en general, sin una base científico matemática, se enseña en las escuelas. No creo que podamos culpar a la población de inconciencia ante el problema, si la propia superestructura no la tiene ideológicamente. Analice las informaciones sobre cambio climático que aparecen en la prensa de Cuba y verá que son intemporales y vacías de contenido científico objetivo, no le dicen nada a nadie, ni son capaces de movilizar masas hacia un objetivo dado. Este artículo es el primero que veo que cita cifras objetivas y enfoca algunos aspectos específicos del problema. ¿Acaso, cada localidad de Cuba cuenta con una reunión de factores y especialistas para analizar el cambio climático y cómo lidiar con el problema o escenario localmente?

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