Huelgas generales azucareras en Cienfuegos

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La primera huelga general azucarera que conmocionó a la zona de Cienfuegos comenzó por Cruces el 19 de septiembre de 1917. Antes habían sido manifestaciones locales, reducidas, pero ésta tomó características de huelga general del sector.

Después volvería a suceder así en otras ocasiones. Coincidentemente en septiembre, pero de 1933 ocurrieron grandes paros azucareros en territorios sureños que en esta ocasión determinaron la organización de gobiernos locales obrero-campesinos que llamaron “sóviets” y estuvieron apoyados por los estudiantes secundarios en estrecha coalición rebelde.

Y es que en la industria azucarera, junto con la de los trabajadores de los puertos, laboraban aguerridos hombres y mujeres, muy explotados, que reclamaban sus derechos, orientados por dirigentes comunistas locales.

Hacia 1917 algunos sectores económicos habían logrado conquistar jornadas diarias de ocho horas, en vez de las largas interminables quince, doce, diez horas que anteriormente se veían obligados a laborar para obtener un salario miserable. En la industria azucarera, sin embargo, las jornadas diarias de mantenían en doce horas, en dos turnos laborales, porque no existían suficientes obreros calificados en los ingenios azucareros para poner tres turnos diarios. Ante la negativa de los patronos, acudieron a la huelga como única salida para presionar a los abusadores. Fueron los azucareros crucenses los primeros, pero enseguida le siguieron los trabajadores de otros ingenios aledaños. Así comenzó la huelga que recordamos hoy, la de 1917.

El Gobierno de Estados Unidos, preocupado, envió a Cuba a un especialista que se nombraba ‒y actuaba‒ como el pirata del siglo XVIII, Henry Morgan, para hacerse cargo del Consejo de Defensa Económica. Vino a la Isla para actuar como si estuviera en su tierra de origen, y a fuerza de engaños y represión aplastó aquella huelga general nacional que nació en los ingenios de nuestra región.

Los años pasaron y en la industria azucarera, con jornadas agobiantes, los salarios no habían aumentado, de manera que en 1933, después del derrocamiento del dictador Gerardo Machado por una potente huelga general de todos los sectores laborales del país, el combativo proletariado azucarero cienfueguero volvió a hacer sus reclamaciones, esta vez con la experiencia de la huelga que había derribado al déspota, que en Cienfuegos había sido de las más largas y mejor organizadas del país.

Desde la segunda quincena de agosto de 1933 hubo reuniones clandestinas y comenzó la preparación del paro con reuniones con obreros agrícolas, pequeños colonos independientes, obreros industriales y algunos administrativos que se reunían en secreto.

Las reuniones y asambleas, por grupos, estuvieron orientadas por dirigentes comunistas locales y se desarrollaron, sobre todo, en los centrales Hormiguero, Parque Alto, Soledad, Manuelita, Constancia (de Abreus), San Agustín y Portugalete, todos de la región de Cienfuegos. En los dos primeros mencionados, tuvieron el mayor desarrollo, al punto que se crearon los mencionados “sóviets” que funcionaron como auto-gobiernos locales de obreros y campesinos, con formación de comités “de estaca”, como llamaban a los de obreros con palos y otras armas rudimentarias con que combatían contra la Guardia Rural que los reprimía; de abastecimientos, para acopiar alimentos y otros artículos para mantener abastecidos a los hospitales y los comedores obreros y cocinas económicas para las familias de los huelguistas con bajos recursos, y otros grupos necesarios.

Así pudieron mantener el paro laboral durante muchos días. Esto constituyó una experiencia para otras importantes huelgas que se realizaron en los años siguientes en nuestra ciudad, antes de desembocar en la huelga general revolucionaria que apoyó y determinó el triunfo de la Revolución el primero de enero de 1959.

Por eso en Cienfuegos se cumplió en aquellos años 30 de grandes luchas obreras y campesinas, la consigna lanzada por Blas Roca, secretario general del Partido Socialista Popular, que había sustituido a Rubén Martínez Villena a su muerte, de “tomar el poder por los trabajadores, en todos los lugares donde las condiciones lo permitieran”. Llámense “sóviets” o no, aquellas direcciones de los movimientos rebeldes, revolucionarios, nuclearon y desarrollaron a obreros y campesinos y estudiantes, y sirvió para impulsar nuevas luchas y alcanzar más victorias, anteriores al gran triunfo de la Revolución cubana.

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Andrés García Suárez

Periodista, historiador e investigador cienfueguero. Fue fundador de 5 de Septiembre, donde se desempeñó como subdirector hasta su jubilación.

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