Hospital Pediátrico de Cienfuegos: Una historia de niños salvados o curados

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Era el año 1965, tiempos de Revolución nueva, y ya los sueños contemplados en el Programa del Moncada se cumplían para los cienfuegueros, y le nacía a la ciudad un Hospital Pediátrico, para la atención especializada a los más pequeños. Las monjitas de un asilo para ancianos, donaban el edificio y trasladaban sus servicios a otra institución. Un 12 de mayo abría sus puertas, entonces con pocos médicos y especialistas, pero ellos, los primeros, forjaron el futuro.

Para 1987 se inauguraban las torres que completarían la institución, la misma que hoy, con 19 servicios, se encuentra a disposición de los infantes y en la cual se realizan ensayos clínicosvacunales. El “Paquito González Cueto” cuenta hoy con la condición de Centro Amigo de la Niña, el Niño y la Madre, instituido por la Organización Panamericana de la Salud, y ostenta el mayor de los estandartes: la asistencia médica para salvar y cuidar a los más pequeños.

En diálogo con el Dr. Jean González Ramos, pediatra y vice director general de esa unidad de salud sureña, conocimos que los servicios se encuentran reorganizados ante la emergencia de la Covid-19, sin embargo no se ha dejado de prestar asistencia. El cuerpo de guardia lo han dispuesto de tal manera, que se prioriza, por una entrada independiente, el ingreso a la institución de los casos de enfermedades respiratorias, y el ingreso hospitalario por estas causas.

Nuestro colectivo celebró la fecha del 12 de mayo con el compromiso de ser mejores profesionales, humanos y preparados, devenidos de aquellos nueve médicos, que habían decidido quedarse en Cuba, y con los que se inauguraba nuestro Hospital”, afirmó el directivo.

Las médicas Ileana García y Mercedes Fonseca, imprescindibles especialistas del Servicio de Respiratorio, atesoran un montón de anécdotas, desde que aún estudiantes de Medicina, comenzaron sus vidas profesionales en este centro; sin embargo, la atención durante la epidemia de la Covid-19, el celo y cuidado puestos en la asistencia, las marcará para siempre, allí en su sala del “Paquito González Cueto”, donde asisten con todo el cuidado y protocolo establecidos y recuerdan la carita de cada niño que ha pasado por sus manos.

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La “seño” Tatiana Pérez Torriente, jefa de enfermeras del Pediátrico, dice: “Me siento orgullosa de mi personal; no ha habido titubeos a la hora de cumplir las misiones que nos han encomendado en esta etapa, tanto para atender a los niños sospechosos de la Covid-19, como para formar parte de las misiones de la ‘Henry Reeve’. Y quienes se han quedado cubriendo la retaguardia, lo han hecho muy bien. El capital humano de esta institución tiene mucho compromiso, es nuestra principal fortaleza”.

José Andrés llega en horas de la noche al Cuerpo de Guardia del “Paquito González”, es asmático y tiene una de sus crisis habituales, es atendido con esmero, y al llegar a la sala de respiratorio, donde será hospitalizado con un diagnóstico de IRA, la Dra. Ileana lo reconoce de los campamentos de verano para niños con esta afección, sonríe, aún con el aire entrecortado, y se siente seguro en las manos cálidas de esta doctora. Así son los hombres y mujeres de este centro.

Ileana García y Mercedes Fonseca, en primera línea contra la covid-19./Foto: Cortesía de las médicas
Ileana García y Mercedes Fonseca, en primera línea contra la covid-19./Foto: Cortesía de las médicas

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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