Honduras: sublevación policial y arribo de marines: ¿qué está pasando?
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Marcadas por una huelga de cientos de efectivos policiales y la llegada al país de un contingente de marines estadounidenses, Honduras vive intensas jornadas de protestas contra el presidente Juan Orlando Hernández (JOH), que dejaron un saldo de al menos dos muertes el pasado miércoles y que, por ahora, no parecen llegar a su fin.
La tensión de las últimas semanas se desató a fines de abril cuando el Congreso aprobó dos decretos impulsados por el Ejecutivo, que planteaban cambios en las áreas de salud y educación, derogados al clamor de empleados de ambos sectores y de la población, que vieron intenciones del gobierno de privatizar esos servicios, en perjuicio de la ciudadanía y también avanzando sobre las conquistas laborales de médicos y docentes.
Aun así, las manifestaciones cobraron más fuerza en el país más pobre de la región, donde según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 65,7 por ciento de sus ciudadanos estaba en esa situación de precariedad en 2016, sobre una población total de 9 millones de personas.
Piden la salida del presidente
Ahora se han sumado a los manifestantes, colectivos campesinos y ciudadanos sin identificación partidaria o gremial. Asimismo, asociaciones de taxistas concretaron huelgas y los transportistas de carga frenaron sus actividades, afectando el normal desarrollo del comercio hondureño.
Los reclamantes piden que JOH abandone el Gobierno mientras la nación centroamericana afronta una dura situación social.
Al mismo tiempo, las denuncias por fraude que involucran al mandatario vuelven a marcar la agenda política de los manifestantes.
El malestar se originó en 2017, cuando Hernández logró la reelección con una diferencia muy estrecha, y la oposición tildó esos comicios como ilegítimos. A los pocos días, la Organización de Estados Americanos (OEA) —con sede en EE.UU.— expresó que “el proceso electoral estuvo caracterizado por irregularidades y deficiencias cuya entidad permite calificarlo como de muy baja calidad técnica y carente de integridad”. En resumen, el organismo no podía identificar a un ganador y planteaba disputar nuevas elecciones.
No obstante, Washington reconoció al actual Gobierno y Hernández obtuvo respaldo para sostenerse en el cargo sin disputar otra votación. Antes, las autoridades locales realizaron un nuevo conteo de algunas actas dudosas.
Hernández militariza las calles
Con este panorama, el presidente anunció en redes sociales que intensificará el despliegue de las fuerzas de seguridad en el territorio nacional para “garantizar el derecho a la libertad de locomoción, protección de propiedad privada/pública y desde luego la protección de integridad de la población”.
En medio del caos social y político, circularon versiones de que dirigentes contrarios a Hernández alentaron esos disturbios, acusación de la que tomó distancia el dirigente opositor Salvador Nasralla, quien pide la dimisión del mandatario y se autodefine como “presidente electo”.
De acuerdo con Nasralla, quien califica las protestas como legítimas, los actos delictivos en la vía pública los ha impulsado el propio Hernández para justificar una avanzada mayor de las Fuerzas Armadas y la Policía, ante la mirada de organismos internacionales.
Presencia estadounidense
A todas estas, las suspicacias aumentaron hoy viernes, luego que el mandatario diera la bienvenida a un grupo de marines estadounidenses de la Fuerza de Tarea Marina Aeroterrestre de Propósito Especial del Comando Sur, que acaban de llegar a Honduras.
Según afirma la propia Embajada norteamericana en Tegucigalpa, se trata de un equipo “de respuesta rápida” compuesto por 300 efectivos, que también tiene previsto “trabajar en Belice, El Salvador y Guatemala”. El argumento oficial es mejorar la asistencia humanitaria para los casos de desastres ambientales “a causa del cambio climático”, informó Hernández.
En una nación con un historial de golpes respaldados desde Washington, causa sospechas la coincidente presencia militar del país del norte.
Policías sublevados
Y mientras en las calles continúan los enfrentamientos entre manifestantes y policías, cientos de oficiales se declararon en huelga para no contener a la ciudadanía.
Se trata de uniformados que apoyan el reclamo general de la Plataforma para la Defensa de la Salud y Educación Pública. “Nos manifestamos por las violaciones a los derechos humanos, no por problemas de sueldo”, añadieron.
En las últimas horas Nasralla compartió un video donde se observa un aparente enfrentamiento con disparos entre distintos sectores de las fuerzas de seguridad.
El dirigente pidió en carta al Alto Comisionado de las Naciones Unidas se resguarde la integridad de los policías sublevados.
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