Historias de vida: el barrendero de la Doble Vía

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Era casi mediodía del feriado de este 10 de octubre. Paseaba al pastor belga de casa cuando vi venir a Rolando Torres Ochoa, el barrendero de la Doble Vía, arrastrando su carretilla.

Lo divisé a lo lejos fácil distinguirlo, porque en previsión lleva colgado en su carromato la señal con el triángulo amarillo ribeteado en rojo que alerta a los conductores de la presencia de un hombre trabajando en la vía.

Así a distancia lo vi ayudar a una embarazada a quien le pidió la pesada jaba… Y cómo se trata de un día en el que casi todos descansan, me puse a detallarlo mientras se acercaba.

Intercambiamos saludos, y un poco azorado “porque ya hoy es extraño encontrar que alguien a quien no conoces te desee un buen día”, me soltó con pose de meteorólogo convencido: “Ahorita mismo está lloviendo, vaya, en tres horas”.

“Sobre las 4:00 de la mañana ya estoy dando escoba, desde el punto de amarillos que está al comienzo de la Doble Vía hasta la entrada de Punta Cotica”. /Foto: Magalys
“Sobre las 4:00 de la mañana ya estoy dando escoba, desde el punto de amarillos que está al comienzo de la Doble Vía hasta la entrada de Punta Cotica”. /Foto: Magalys

Azuzada por la curiosidad saqué mi teléfono, me identifiqué y le pedí me hablara un poco de su trabajo. Entonces me miró con ojos cansados, de sueño, y como preguntándose, “¿Qué hago yo para que me entrevisten?”.

Se trata de un hombre común solo en apariencias, porque quienes se encargan de la higiene de la ciudad, y lo hacen bien, son héroes anónimos. Conste que lo digo con total responsabilidad.

Sobre las 4:00 de la mañana ya estoy dando escoba, desde el punto de amarillos que está al comienzo de la Doble Vía hasta la entrada de Punta Cotica. Vivo en Carolina y llego a la ciudad en lo que encuentre, en botella, me monto en lo que sea, y ahí estoy hasta las 12:00 del día o la una de la tarde”, me cuenta y sonríe, cuando le digo que madruga demasiado.

¿Le pagan bien?

Sí, la paga es buena. Yo trabajo de barrendero en Comunales desde hace como un año. Soy nacido en Holguín, luego viví en la zona de Camagüey, y hace un tiempito mi mujer y yo vinimos para acá, detrás del único hijo que tenemos; él mismo me ayudó a construir una casita en Carolina. Siempre trabajé en una cooperativa cañera, duro, así que estoy acostumbrado a madrugar”.

¿Y encuentra muy sucia su área de trabajo?

No, si supieras, está bastante limpia, algunas basuras que tiran desde los carros, pero lo que más hay es tierra que arrastra la lluvia. Lo malo es que resulta peligroso, porque hay mucho ir y venir, pero yo me cuido, por eso uso un chaleco que se ve en la oscuridad y pongo mi señal por donde estoy barriendo. Traigo mi merienda y dinerito en el bolsillo para comprar algo de comer. Cuando llego a la casa me baño, pero sigo en los quehaceres, nada de dormir, hasta la noche, lo que eso sí, me acuesto temprano”.

Le pregunto la edad, si es que la puede compartir con los lectores. Y es impreciso, pero al final, me dice:

Tengo 54 años y voy para 55, y me siento cómodo con este trabajo, vaya, le he cogido la vuelta”.

Y entonces le espeto la pregunta, esa que nos hacemos todos los que amamos a la ciudad de Cienfuegos y la queremos ver limpia y cuidada.

¿Cuál cree que sea la causa de que falle la higiene?

No hay conciencia en muchas personas, gentes que les da lo mismo ver la ciudad sucia; entonces nosotros, que nos sacrificamos y madrugamos para que esté limpia a veces nos sentimos mal cuando no cuidan lo que hacemos. Trabajo todos los días, de lunes a sábado, y muchos domingos también vengo, es la costumbre, para adelantar y que el lunes no amanezca sucia la Doble Vía”.

¿Sabe qué día es hoy?

Claro, hoy es feriado, le dieron este día la libertad a los esclavos y los mambises cogieron la manigua; y también están pasando cosas importantes en La Habana, para todos nosotros”, me dice con desenfado y sigue viaje a la Universidad, donde guarda su carretilla y los instrumentos, para luego continuar rumbo a Carolina, un barrio distante unos 8 kilómetros de Cienfuegos.

Rolando Torres Ochoa, el barrendero de la Doble Vía, arrastrando su carretilla. /Foto: Magalys
Rolando Torres Ochoa, el barrendero de la Doble Vía, empujando su carretilla. /Foto: Magalys

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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