Hierbas medicinales: qué dolencias alivian y cómo usarlas

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Por Alexa Aguilera

Seguramente, mucha gente tiene recuerdos de hierbas medicinales asociados a nuestras abuelas o abuelos. Los míos tienen que ver con mi nona, una amante de las plantas, que desde que yo era pequeña me inculcó algunas nociones de su poder. Cuando salíamos a comer en familia, por ejemplo, era capaz de pedirle al mozo —con harta personalidad— una agüita perra como bajativo. Pero con la velocidad de la vida, uno suele dejar atrás esas costumbres y conocimientos. Yo la retomé hace unos meses, justamente en el proceso de confinamiento y los días fríos.

Las cualidades de las plantas medicinales, aunque pasan desapercibidas para muchas personas, son una de las grandes riquezas que tiene este país. No por nada el Ministerio de Salud las reconoce como un complemento a la medicina tradicional. Incluso existe un libro disponible en formato digital, donde puedes leer sobre sus usos y beneficios. Se llama Medicamentos Herbales Tradicionales, 103 especies vegetales (2010), una propuesta informativa del Minsal para que la comunidad tenga acceso a este tipo de conocimientos.

Qué dicen las expertas

Antes de entrar a la universidad a estudiar química farmacéutica, Cecilia Ramírez siempre tuvo interés por las plantas medicinales. “En mi casa siempre hubo para cultivar y también para tomar cuando uno tenía un tipo de dolencia”, relata. Tras egresar, se le dio una oportunidad de trabajo en la Farmacia Mapuche Makelawen, y así pasaron 14 años, en los que pulió sus conocimientos sobre las hierbas. “Los fui adquiriendo con los años, lo que hizo darme cuenta que las personas necesitan complementar sus terapias con cosas como estas: plantas a las que tenemos acceso en nuestros hogares”, puntualiza.

La historia de Isabel Cristina Ávila, irióloga y parapsicóloga, está relacionada con la tradición del campo chileno. Creció en Graneros, aprendiendo y absorbiendo los conocimientos de su abuelita. “Antiguamente, no se usaban muchos los medicamentos”, dice. “Ella siempre tenía para toda enfermedad una respuesta a través del campo. Por ejemplo, si a alguien le dolía el oído o tenía un resfrío, ella sabía qué planta había que usar para cada caso”.

Las hierbas medicinales pueden tener diferentes fines según la dolencia, pero siempre es bueno consultar al médico/ Foto tomada de Internet

Ambas, eso sí, aclaran en todo momento que el uso de hierbas medicinales es una terapia complementaria. “Perfectamente, si tienes algo de cultura o conocimiento al respecto, puedes añadirlas a los tratamientos típicos de un médico”, afirma Ramírez.

“A veces la respuesta, para tener el equilibrio que necesitamos, está en volver a la madre naturaleza”, reflexiona Ávila, quien durante años, en programas de radio en el valle de Colchagua, e incluso en televisión, recomendó algunas hierbas medicinales y secretos de la naturaleza a sus auditores.

Una hojita para cada dolor

Toronjil o melisa

Para Cecilia Ramírez, esta es una hierba infaltable. “En estos tiempos de pandemia, donde todas las patologías del sistema nervioso han aumentado, la melisa es muy buena para relajarnos”, explica.

En el libro del Minsal detallan que es usada en medicina popular para tratar estados depresivos y nerviosos, insomnio, dolor de cabeza, trastornos de la menopausia y afecciones cardíacas. Además es considerada de utilidad en malestares estomacales y respiratorios, como tos y bronquitis.

Ruda

“Es una hierba con muchos beneficios”, detalla Isabel Cristina. “Sirve para el dolor de estómago y también para la fiebre y la tos”. Advierte que hay que tener cuidado con la dosificiación, porque algunos suelen exagerar al momento de hacer la infusión. “Tienen que ser una o tres hojas por taza, no más”.

“Se utilizan las ramas con sus hojas, sobre todo para calmar los cólicos abdominales y eliminar parásitos intestinales”, dice la descripción de Minsal. “También como estimulante del flujo menstrual en casos de reglas dolorosas, irregulares y débiles. En forma externa se emplea para calmar dolores reumáticos, curar sarna, psoriasis, eccemas, conjuntivitis y como tratamiento natural de la pediculosis”.

Las ramas de la ruda, con sus hojas, sobre todo sirve para calmar los cólicos abdominales y eliminar parásitos intestinales. /Foto tomada de Internet

Pero además de las propiedades curativas, la ruda está asociada a espantar las malas energías. “Es bueno tenerlas en la entrada de la casa: una ruda que es la mujer y un rudón que es el macho a modo de protección”, afirma la irióloga y recomienda ponerle una ramita roja en el palito para que no se seque y para echar las malas energías.

Boldo

“Este es un arbusto que ayuda con todos los problemas hepáticos, como cuando comes cosas pesadas, ya que sirve para digerir mejor”, comenta la químico farmacéutica de Makelawen.

En el libro de Minsal destacan también su propiedad contra los trastornos hepáticos. “En menor medida, en afecciones renales; se considera que disuelve los cálculos biliares y renales. También se emplea como estimulante y sedante nervioso”.

Lavanda

“En medicina popular se emplean los tallos con hojas y flores, por vía oral, para combatir trastornos nerviosos (insomnio, palpitaciones) y estomacales”, dice el texto del Ministerio de Salud. Explican que también se usa “en compresas y baños para mitigar dolores reumáticos. Por su acción balsámica se utiliza en inhalaciones y vahos en casos de laringitis, bronquitis, catarros y resfríos”.

“Hay niños que tienen pesadillas, o los mismos adultos, y algo natural que puedes hacer es tomar tres ramitos de lavanda debajo de la almohada”, sugiere Isabel Cristina, para “que tengas un sueño tranquilo y un buen dormir”.

Este no es su único secreto, ya que otra recomendación es poner un ramito de lavanda —tallo más flor— en un vaso de agua fría, y beber esto en la noche como tranquilizante natural.

Matico

“Es una planta que ayuda a cicatrizar, ya sea de forma interna o externa”, explica Cecilia Ramírez. “Por ejemplo, si tienes una úlcera gástrica, puedes tomar infusiones de matico para ayudar a cicatrizar el tejido dañado”. Lo mismo pasa si se tiene una lesión pequeña en la piel.

En el texto del Minsal aclaran que “el matico es una de las plantas más apreciadas en medicina popular por sus propiedades cicatrizantes”, y está asociada a afecciones como “dolor de estómago, úlceras estomacales, diarrea, colitis, afecciones hepáticas y de la vesícula”.

Romero

Aunque es una de las hierbas más usada en la cocina para sazonar y elevar sabores, el romero también tiene propiedades curativas que a veces pasan desapercibidas.

Se trata de una planta con propiedades antiinflamatorias y antiespasmódicas. “En medicina popular el romero se utiliza en afecciones del tracto digestivo, como espasmolítico, colagogo, colerético y emenagogo (es decir, que favorece la menstruación)”, dice el texto del Ministerio de Salud. Entre otros usos, se destaca como una hierba para padecimientos reumáticos.

En medicina popular el romero se utiliza en afecciones del tracto digestivo, como espasmolítico, colagogo, colerético y emenagogo. /Foto tomada de Internet

Isabel Cristina recomienda hacer friegas con esta planta. En medio litro de alcohol se debe poner harto romero a remojar por un día. Esto puede “ayudar a las personas cuando están con problemas de huesos, artrosis o reumatismo”, y añade que ella misma se hace masajes en las piernas con esta solución.

“El agüita de romero sirve para la circulación. La dosificación es muy importante: una hojita o dos. Más que eso no”, apunta la irióloga.

Conocer y usar esta tradición

“Una planta no reemplaza a un medicamento, sino que lo complementa”, afirma Cecilia Ramírez. “Por ningún motivo hay dejar el medicamento que te recomendó el médico por un fitofármaco o una infusión”.

“La verdad es que uno nunca tiene que olvidar sus raíces”, afirma Isabel Cristina. “Como me crié en el campo, siempre han estado presentes en toda mi vida la naturaleza, las hierbas medicinales y todo este mundo precioso que me enseñó mi santa abuela”.

Las plantas, en este sentido, pueden estar al servicio de las personas. Solo depende de cada uno brindar la oportunidad de complementar un tratamiento o usarlas a nuestro favor en dolencias menores. Personalmente, me gusta pensar que son un regalo de la naturaleza y que están a disposición de todo aquel que busque una respuesta y conexión con la tierra. (Tomado del sitio digital LT La Tercera)

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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