Heredia: entre el prodigio y la poesía

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José María Heredia (1803-1839) es considerado hoy en el país, como uno de nuestros primerísimos poetas. Dicha aseveración se sostiene a partir de sus meritorias composiciones escritas con tan solo 14 años de edad, por lo cual podemos afirmar además, que Cuba tuvo también al primer niño prodigio en el terreno literario.

Entre los años 1817 y 1823, la voz poética del adolescente, por su exquisita calidad, logra insertarse en los planos más notables de la poesía cultivada a comienzos de siglo, no solo dentro del ámbito hispanoamericano, sino en cualquiera de los territorios de habla hispana.

Con solo 12 años, en 1816, aprueba Gramática Latina en la Universidad de Caracas, Venezuela; ejemplo fehaciente de una esmerada educación, apoyada por su padre José Francisco de Heredia y Mieses.

Toda esa formación precoz es vertida en sus primeros brotes independentistas, inmersos en las complejidades y contradicciones del momento histórico que le tocó vivir (desavenencias entre criollos y peninsulares, por ejemplo), matizados por el entusiasmo juvenil; la libertad, el amor, el erotismo, el deleite y la contemplación de lo bello; propios del pensamiento romántico en los albores del XIX.

Desde la Estrella de Cuba, A…, en el baile, A Emilia, En una tempestad, Niágara (en ese orden por su calidad literaria) hasta llegar a En el Teocalli de Cholula; una deslumbrante obra; a todas luces rara e insólita para la edad de Heredia (16 años).

En el Teocalli… lo sitúa con creces, según el investigador y crítico literario Salvador Arias, “en la vanguardia de toda la poesía que se escribía en lengua española hasta 1820”. Pero ¿qué otros elementos, en esencia, lo hacen tan especial y extraordinario?

La muerte del padre, estando en México, parece haber sido el detonante para su pronta madurez como persona y como poeta, que lehizo crearde este modo un texto con talesdelicadas resonancias.

Era la tarde; su ligera brisa/ las alas en silencio ya plegaba/ y entre la hierba y árboles dormía / Mientras el ancho sol su disco hundía/ detrás de Iztaccihual. La nieve eterna/ cual disuelta en mar de oro, semejaba/ temblar en torno de él; un arco inmenso/ que del empíreo en el cenit finaba,/ Como espléndido pórtico del cielo.

Solo en este fragmento, resaltan las características de uno los mejores poemas descriptivos del autor, heredero de obras anteriores similares como Al Popocatepelt, en el que atina al buen uso del endecasílabo, descollando, sobre todo,en la destreza desde el punto de vista estético.

La delineación de la naturaleza vista desde la cima del pináculo, donde el artista se halla sentado, hasta las meditaciones del autor que lo conducen hasta axiomas universales, como esa languidez que llega con el tiempo a cada cosa en el mundo; la muerte como gran señora de la tierra:

(…) Su brillo/ desfalleciendo fue; la blanca luna/ y de Venus la estrella solitaria/ en el cielo desierto se veían. / ¡Crepúsculo feliz! Hora más bella/ que la alma noche o el brillante día/ ¡Cuánto es dulce tu paz al alma mía!

Dentro de esa naturaleza de rasgos cósmicos, agigantados de las culturas originarias del país azteca, observamos también al poeta como espectador perenne que le confiere a la obra un marcado subjetivismo, sin pretensiones temáticas de índole filosófico o una sobrecarga del “sujeto lírico” como categoría literaria usual en otros autores del período. En el Teocalli… constituye pieza inigualable, sobria y apetecible, muestra espontánea de las renovadas expresiones románticas de Heredia.

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Hasta el propio José Martí lo constató años después, en 1888, afirmando que: “Sólo él ha puesto en sus versos la sublimidad, pompa y fuego de su naturaleza. Él es volcánico como sus entrañas y sereno como sus alturas”.

Tales motivos nos hacen volver a leer En el Teocalli de Cholula, y estimar no solo la perspectiva singular de un adolescente cubano especial, sino también la posibilidad de urdir en la voluntad poética de todo un continente.

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Delvis Toledo De la Cruz

Licenciado en Letras por la Facultad de Humanidades de la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas en 2016.

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