Henry Reeve, evocación perenne del internacionalismo

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En algún lugar del Cementerio de Reina, en la ciudad de Cienfuegos, yace el polvo de su cuerpo. Pero en la llanura de Yaguaramas, donde cayó hace 143 años, es perenne la evocación al patriota estadounidense, protagonista de la contienda mambisa del ‘68.

Allí volvieron a concentrarse este domingo pobladores del asentamiento, perteneciente al municipio de Abreus, junto a autoridades políticas y gubernamentales de la región centro sur de Cuba, para rendir el tradicional homenaje a Henry Reeve, El Inglesito, partícipe en más de 400 acciones combativas, y ascendido, en su momento, al grado de brigadier del Ejército Libertador.

Se recordó así la brillante página de servicios del héroe norteamericano, quien llegó a la Isla el 4 de mayo de 1869 a bordo del vapor Perrit, tras conocer del alzamiento independentista de La Demajagua, liderado por Carlos Manuel de Céspedes.

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Durante el solemne acto no faltaron las flores al pie del monumento erigido a su memoria y tampoco la referencia al ejemplo de internacionalismo que legó para todos los cubanos. Su entrega a la causa por la libertad del país, inspiró más de un siglo después la creación del contingente médico Henry Reeve, como justo honor a los cientos de patriotas extranjeros que pelearon en los campos de Cuba contra el régimen colonialista español.

Artífice del Rescate de Sanguily, El Inglesito obró su última hazaña en la sabana de Yaguaramas, el 4 de agosto de 1876. Luego de batirse en dos cargas al machete sin éxito frente al enemigo, es herido en el hombro, la ingle y el pecho. Huir era entonces una opción descartable por su condición de invalidez física, así que se aplicó el revólver a la sien derecha y, antes de rendirse, disparó para caer muerto por su propia mano.

La Declaración de Gobierno Mambí, casi dos meses después (el 29 de septiembre de 1876) redimió sobremanera el heroísmo del mártir estadounidense:

“Desgraciadamente no se compra la victoria ni se obtienen ventajas en la guerra sino al caro precio de valiosas vidas. Pocas han sido nuestras bajas; pero (…) hemos perdido al Brigadier H. M. Reeve, el héroe de Guaguabo, de La Soledad y de Yucatán, el distinguido en cien rudos combates, desde el centro [Camagüey], hasta Occidente, el que tenía tantas virtudes como cicatrices en su cuerpo acribillado a balazos; el joven de maduro juicio, el hijo incansable de su patria adoptiva, el jefe cuya honradez y rectitud le han conquistado para siempre en la historia de nuestra independencia el título envidiable de ‘digno discípulo de Ignacio Agramonte’”.

Los colaboradores cienfuegueros de la Salud también rindieron tributo a El Inglesito. /Foto: Karla Colarte
Los colaboradores cienfuegueros de la Salud también rindieron tributo a El Inglesito. /Foto: Karla Colarte

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Roberto Alfonso Lara

Licenciado en Periodismo. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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