Hay garantía para el manejo de los grupos electrógenos

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Enclavado en un promontorio natural, donde una magnífica vista permite apreciar a un costado el hotel Pasacaballos con la entrada a la Bahía de Jagua y al otro el Castillo del mismo nombre, se encuentra el Centro Nacional de Certificación Industrial Julio César Castro Palomino.

 

DE POLITÉCNICO A CENTRO DE CERTIFICACIÓN

Muchos jóvenes de varias partes del país fueron formados en el antiguo politécnico que radicaba en esta edificación. Aquí entrenaban a los trabajadores que irían a laborar en la vecina Central Electronuclear (CEN), nunca concluida.

En el año 2000 se convertiría en el Centro Nacional de Certificación Industrial (CNCI), inicialmente solo concebido para certificar a electricistas e instrumentistas de metales y soldaduras y otras especialidades.

La instalación, perteneciente al Ministerio de la Industria Básica, posee una entidad homóloga en Canadá, el Instituto Tecnológico del Norte de Alberta, con la cual mantiene estrechos convenios de colaboración y participa en el proceso de certificación internacional.

“Desde que la dirección del país tomó la decisión del comienzo de la generación distribuida, a partir de finales de 2005 y hasta el momento la tarea fundamental ha estado dirigida a la preparación de operadores de baterías de grupos electrógenos”, comenta Uday Ramírez.

Ramírez, ingeniero electricista y profesor del Centro, actualmente asume la jefatura del Programa de Operadores de Proceso, el cual centra la preparación de todos los futuros operadores de grupos electrógenos de la nación.

 

TODO SOBRE LOS GRUPOS ELECTRÓGENOS

En estos momentos estamos preparando fundamentalmente a los operadores de grupos electrógenos de fuel-oil, señala Uday.

El especialista explica que “estas últimas plantas debían haberse montado primero, porque son las que trabajan en el régimen básico y las de diesel laborarían solamente en el horario del pico, de 6 de la tarde a 10 de la noche.

“Pero, como es sabido, la generación afrontaba -durante 2005 y 2006-, grandes dificultades, sobre todo asociados en un primer momento a los problemas en la Antonio Guiteras; y como las de diesel son mucho más rápidas de montar, se erigieron primero, supliendo la falta de generación.

“Y ahora se acomete la instalación de las plantas de fuel-oil, y a esos operadores de baterías de grupos electrógenos que funcionan con dicho combustible son los que preparamos aquí ahora en mayor grado”.

Actualmente el CNCI mantiene activos en la tarea a 8 grupos docentes, que engloban a unos 200 alumnos, en cursos de cinco semanas que adquieren una frecuencia continuada.

Solo en 2007 ya hay decenas de graduados de todas las provincias del país aquí. 1 300 estudiantes fueron adiestrados el año anterior.

El jefe del Programa afirma que entre los operadores de baterías de grupos electrógenos de combustible diesel y sus homólogos de los equipos fuel ya suman alrededor de 2 000 los egresados de la institución.

A ellos, agrega, habría que añadirles casi un centenar de trabajadores para el mantenimiento de dichas plantas a lo largo del país, también preparados en el lugar; así como 74 facilitadores.

Estos últimos son las personas responsabilizadas de transmitir las enseñanzas recibidas de boca de los especialistas del Centro a futuros colegas en sus respectivas provincias.

“Ellos impartirán a su vez el mismo curso en sus territorios de origen, pero el CNCI es el organismo encargado de hacer el examen porque somos el único centro del país autorizado a ello, en tanto es el que dirige el proceso a nivel nacional”, aclara Uday.

 

JÓVENES PREDOMINAN EN EL OFICIO

La masa estudiantil que acude a las aulas del Julio César Castro Palomino es captada por las OBE (Organización Básica Eléctrica) de las provincias, que convocan, efectúan las pruebas psicométricas y luego envían a los elegidos al curso.

Siete instructores son los encargados de atender el programa en la escuela, la mayoría de ellos ingenieros electricistas o mecánicos. Cuando existe una avalancha en la llegada de nuevos matriculados deben multiplicarse, y trabajan sin apenas descanso.

La generalidad de los futuros operadores de grupos electrógenos son jóvenes, en tanto su promedio de edad no supera los treinta años.

En el CNCI se les entrega, luego de rendir examen, una certificación teórica; y después, ya en el emplazamiento, reciben la certificación práctica, otorgada in situ también por un representante de la institución.

Dania Gavilán, de Güines, es una joven cursista, quien asegura “haber aprendido mucho de motores, calderas, emplazamiento, tipos de válvulas y compresores (en general todo lo que forma parte del funcionamiento integral del grupo electrógeno)”.

La también bisoña y güinera María Elena Sánchez hace hincapié en la excelente preparación docente y nivel de conocimiento del profesorado del CNCI, así como en la buena atención dispensada por todos sus trabajadores.

Es fundamental para nosotros toda la documentación y datos técnicos del emplazamiento que nos imparten, de igual modo que lo relacionado con las medidas de protección, normas de trabajo…, en fin, señala el trinitario Ernesto Lameiro.

El joven espirituano de 32 años, de siempre apasionado por este campo, resume el sentir del colectivo estudiantil: “Sabemos que esto es básico para la Revolución ahora; como tal lo asumimos, y nos sentimos útiles a la sociedad y responsabilizados con una tarea de la máxima importancia”.

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Julio Martínez Molina

Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Periodista del diario 5 de Septiembre y crítico audiovisual. Miembro de la UPEC, la UNEAC, la FIPRESCI y la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica

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